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Turismo rural

El Carpio, Córdoba: una ruta por el patrimonio hidráulico del Medio Guadalquivir

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El Carpio, Valle Medio del Guadalquivir, Córdoba
El Carpio, Valle Medio del Guadalquivir, Córdoba

El Valle Medio del Guadalquivir . Durante siglos las crecidas del río han enriquecido sus tierras, ocupadas desde la antigüedad por numerosos pueblos que encontraron allí un lugar ideal para establecerse. Con el agua del río, romanos o árabes cultivaron el valle que hoy sigue siendo una de las grandes despensas del continente. En este reportaje te contamos lo mejor del turismo por la zona, lo mejor para ver y hacer en El Carpio.

En El Carpio se encuentra una de las obras hidráulicas más singulares del Renacimiento heredera de aquellas primeras civilizaciones que utilizaron el agua del Guadalquivir. Son Las Grúas que mandó construir Luis Méndez de Haro, primer marqués de El Carpio, en 1561, como nos explica Manuel Lavírgen Blánquez, Técnico de turismo del Grupo de Desarrollo Rural Medio Guadalquivir. "Su principal función, como bien dice su nombre, es recuperar agua del río Guadalquivir para poder utilizarla como regadío y para uso del primer marqués del Carpio que tenía parte de su vivienda y demás propiedades aquí".

Esas norias iban recogiendo el agua y la iban subiendo a la cota superior del edificio

Parte de este monumento hidráulico es el azud de 120 metros de largo que desviaba el agua del Guadalquivir hacia las grúas, tres norias de 14 metros de diámetro. "Esas norias –dice Manuel- iban recogiendo el agua y la iban subiendo a la cota superior del edificio y a través de canales y de arquetas y demás conseguía distribuirla en la parte superior donde estaban todos los cultivos y el palacio del marqués".

Las grúas de El Carpio

Las grúas de El Carpio

A esta ruta de patrimonio hidráulico pertenece también la central eléctrica de El Carpio. Un edificio neo mudéjar de principios del siglo XX premiado en la exposición de artes decorativas de París en 1925. "Es muy característica –explica Manuel Lavírgen- por las dos cúpulas blancas que la cubren y también porque cuenta con un balcón que está sostenido por una cabeza de elefante que lo que viene a simbolizar es la potencia energética que se produce en ese sitio". Y Junto a la central, completando el conjunto, la Presa de El Salto y su singular arco de herradura que recuerda el arte arquitectónico andalusí.

La central eléctrica de El Carpio

La central eléctrica de El Carpio

Las crecidas del Guadalquivir, el secreto de la fertilidad de la tierra

Como en tiempos de romanos y árabes, el regadío sigue siendo hoy la base de la economía del valle, como nos recuerda Jesús Orcaray, gerente del Grupo de Desarrollo Rural Medio Guadalquivir, buen conocedor de la comarca. "Superamos las ciento cincuenta mil hectáreas en regadío y esto nos permite, el tener agua, junto con la fertilidad de estas tierras bañadas por el Guadalquivir y el clima que tenemos, podemos tener una diversidad de cultivos bastante importante que también nos permite que eso pueda tener un desarrollo agroindustrial y que veamos el futuro con cierta esperanza en ese sentido".

Superamos las ciento cincuenta mil hectáreas en regadío

Cereal, cítricos, hortalizas o almendros son algunas de sus producciones que modelan y dan una gran variedad al paisaje del valle. "Le otorgan también una belleza especial –comenta Jesús- dentro de eso que hemos considerado como los paisajes agrarios en este caso podíamos denominarlos paisajes agrarios del agua, lo que el agua significa, lo que el agua modela y lo que junto con la actuación del hombre ha conformado este valle que, insisto, es de una belleza verdaderamente particular".

Cultivos en el cortijo 'La reina'

Cultivos en el cortijo 'La reina'

Hablamos con Jesús en el cortijo 'La Reina', en el que se han encontrado testimonios de actividad agrícola desde tiempos de los romanos y que conserva su nombre ininterrumpidamente desde el siglo XV. A mediados del siglo pasadose instalaron los primeros sistemas de regadío que se han venido modernizando desde entonces hasta hoy. Las primeras obras las realizó en la década de los 50 el abuelo de José María Cabrera, técnico del cortijo, quien en los últimos años ha tomado el relevo en estas tareas.

Son tierras superfértiles, con el agua, que es nuestro recurso más preciado

”Se eliminó lo que es el riego por gravedad,-nos dice- el riego a pie y se instalaron sistemas de riego por pívot, sistemas de riego por goteo y sistemas de riego por aspersión. Son tierras superfértiles, con el agua, que es nuestro recurso más preciado y es la que nos da toda la vitalidad y la que nos permite crear este entorno económico”.

Entre los proyectos más inmediatos del cortijo está abrir estos cultivos a los visitantes para que puedan conocer cómo se trabaja y la extensa variedad de sus producciones, como enumera José María Cabrera: "Tenemos cultivos de invierno como espinacas, como los grelos, hacemos también maíz dulce, hacemos cebolla, patata, ajo, tenemos almendro, que empezamos en el año 2014, aceite, mucha diversidad de cultivos, casi todos enfocados al riego, aunque también hacemos algo de secano".

Del patrimonio hidráulico y agrícola al patrimonio gastronómico en “El tomate” de Bujalance

Los productos que se producen en el valle, nutren también su cocina. En este caso nos acercamos a uno de los restaurantes de más y bien merecida fama, ‘El tomate’, en Bujalance, (puedes ver más de gastronomía de la zona en este reportaje).

Al frente está Alfonso Tello de la Rosa, que nos muestra orgulloso su colección de fotos en las paredes del local con todos los famosos que lo han visitado. Y después nos muestra uno de sus platos estrella.

El patrimonio gastronómico de nuestro pueblo, de Bujalance, es la patata rellena

"El plato que vamos a preparar es el patrimonio gastronómico de nuestro pueblo, de aquí de Bujalance, que es la patata rellena. Lleva carne picada de cerdo y de pollo y va aliñada con ajo y perejil". La preparación es sencilla, “Lo primero que se hace, es cortar dos lonchas de patatas. Se pochan en la sartén y a media fritura las sacamos y ponemos en medio la carne picada, como un sándwich. A continuación la rebozamos con huevo. Y después se fríe en aceite de oliva, claro está, y así conseguimos la patata rellena de aquí de Bujalance”.

Alfonso Tello muestra el menú del restaurante 'El tomate' en Bujalance

Alfonso Tello muestra el menú del restaurante 'El tomate' en Bujalance

Fuera de la cocina, Alfonso nos sugiere un acompañamiento para degustar con la patata rellena de Bujalance: "qué mejor que acompañarla con nuestro plato cordobés por excelencia como es el salmorejo y nuestros caldos de Montilla-Moriles, cómo no, un buen fino...".

‘La aguilita blanca’, un alojamiento rural con todo el sabor de las casas de labranza

La tradición se mantiene en la gastronomía, como cuenta Alfonso Tello, pero también en muchos alojamientos d elos pueblos de este curso medio del Guadalquivir. Un ejemplo lo encontramos en ‘La aguilita blanca’ en Morente. “Es una casa centenaria con muros de ochenta y cinco centímetros que hemos mantenido con sus curvas y con todos los remiendos que le han ido haciendo durante cien años”, nos explica Emma Reyes, su propietaria y decoradora.

Está diseñada para que la gente esté cómoda

La casa conserva entre sus muros blancos los elementos originales de su pasado campesino. “La casa empezó a tomar un aire rústico ibicenco que era lo que quería conseguir –comenta Emma- y darle un aire mediterráneo, mezclado con lo rústico ¿no? Y yo creo que se ha conseguido bastante, la verdad que sí. Tiene tres dormitorios y dos camas más supletorias en el salón. Luego tiene un salón de estar, donde está la televisión, un salón comedor, unido a la cocina y el patio. Está diseñada para que la gente esté cómoda...", concluye Ana en uno de los cómodos sillones del patio junto a la pequeña piscina ideal para combatir el calor cordobés.

Casa rural 'La aguilita blanca' en Morente

Casa rural 'La aguilita blanca' en Morente

El Carpio, un pueblo que nació en el siglo XIV alrededor de la torre de Garci Méndez

Las viviendas tradicionales, como ‘La aguilita blanca’ están enraizadas en la historia. Otros ejemplos de construcciones similares se pueden contemplar en El Carpio,adonde volvemos. El pueblo creció alrededor de una torre defensiva la de Garci Méndez durante la Reconquista como nos explica Anastasia Padloznaya, una bielorrusa que es técnico de turismo del ayuntamiento. “Fue construida en el año 1325 y a ella se debe el origen de nuestro pueblo. La construyeron por orden, en aquel tiempo, del primer señor de El Carpio, Garci Méndez de Sotomayor”.

La torre de Garci Méndez fue construida en el año 1325 y a ella se debe el origen de nuestro pueblo

A la torre se accede por una rampa por la que podían subir las caballerías desde la calle a los niveles superiores. En su interior encontramos tres salas en los diferentes niveles. En el primero está la sala de los mosaicos. “Se la llama así, comenta Anastasia, porque estaba cubierta de mosaicos romanos. Los restos de uno de ellos está ahora en el Museo Municipal de Historia porque la torre se utilizó mucho durante la Guerra Civil y estaba muy deteriorado. La otra sala, en el segundo piso, se llama la sala de Los lobos porque esos animales estaban dibujados en el escudo de armas de la familia de Haro. Y la tercera, que está más decorada y la más bonita de todas, en el nivel superior, sirvió como habitación principal a la familia de Garci Méndez de Sotomayor”. Una sala decorada con arcos de herradura cuyas vistas al valle sólo las supera la azotea del edificio…

Torre de Garci Méndez, uno de los principales monumentos de El Carpio

Torre de Garci Méndez, uno de los principales monumentos de El Carpio

En la parte baja se encuentra los antiguos graneros de la torre hoy museo municipal. Dos amplias galerías de ladrillo, que conservan dos aljibes y dedicado ahora a muestras temporales de pintura.Y muy próximo al conjunti, el palacio de los marqueses de El Carpio donde se dice que Velázquez pintó la Venus del Espejo…

Un paseo por el Guadalquivir: deportes fluviales para observar el patrimonio hidráulico y natural

Aquí la historia va unida a la naturaleza. En Las Grúas, en la ribera del Guadalquivir, tiene su punto de inicio una de las numerosas rutas por el río que forma parte de una amplia oferta de deportes acuáticos, como nos explica María del Mar Berbén Varón de la empresa TNT Aventura, antes de iniciar con otros compañeros la travesía en kayak hasta la cercana Villafranca. “Tú puedes recorrer el Valle del Guadalquivir haciendo rutas completamente diferentes. Ésta en concreto la llamamos 'El descenso de El Carpio'. Lo que hacemos es entrar aquí en El Carpio, donde hay un pequeño salto de agua que le da mucho encanto al recorrido y hacemos un primer tramo hasta la central hidroeléctrica. Allí se forma una especie de playita de arena, ribereña, paramos, nos bañamos y ahí digamos es donde acaba la zona de los rápidos... A partir de ahí continuamos hasta Villafranca y en total pues hacemos un recorrido de unos doce kilómetros”.

El Guadalquivir, un río tranquilo con corriente a favor

El descenso de El Carpio por el Guadalquivir

El descenso de El Carpio por el Guadalquivir

Una ruta al alcance de todos: “Es un río tranquilo pero con corriente a favor. Digamos que para navegar es bastante cómodo porque la misma corriente nos va ayudando y entonces hace que sea un recorrido bastante sencillo de hacer”

Un paseo por el Guadalquivir para disfrutar de su original patrimonio hidraúlico y su naturaleza más amable. Os lo mostramos todo en Agrosfera.