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¿Cómo se investiga el origen de un incendio forestal?

  • Acompañamos a una brigada de investigación para conocer cómo trabajan para identificar si un incendio fue intencionado
  • Mejor Contigo, de lunes a viernes, de 12:30 a 15:00, en La 1 de TVE y en RTVE.es

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¿Cómo se sabe si un incendio fue fortuito o intencionado?

¿Cómo se investiga un incendio forestal? ¿Cómo se sabe si su origen fue fortuito o provocado? Fuegos como los producidos en los últimos días en Ribas de Sil (Lugo) y Sierra Bermeja (Málaga), donde falleció además un bombero forestal, han generado estas y otras preguntas en la ciudadanía y en Mejor Contigo acompañamos a una brigada de investigación para tratar de encontrar respuestas.

"Sabemos dónde fue iniciado, estudiamos los indicadores de la zona y obtenemos el grado de intencionalidad. En este caso, fue intencionado", explica a Mejor Contigo uno de los agentes forestales encargados de investigar el incendio de Ribas de Sil, donde ardieron 1.700 hectáreas e intervinieron más de 100 brigadas.

Estabilizan los incendios de Ribas de Sil que han quemado 1.500 hectáreas

La investigación descubrió que hubo dos puntos de inicio del fuego, lo que apunta a su intencionalidad. "Los indicadores nos muestran dónde es mucho más intenso el daño del fuego. Tenemos claro que fue intencionado" y, apunta el agente José María Carlés y, al no encontrar la fuente de ignición, "creemos que fue un mechero".

De seis a 20 años de prisión por incendios intencionados

"Es bastante difícil localizar le punto de inicio, requiere mucho tiempo y constancia. Tenemos que reconstruir el incendio desde donde finalizó hasta su área de inicio y, una vez allí, tamizar la zona y buscar cualquier medio de ignición", añade Carlés. Las brigadas de investigación de incendios forestales se coordinan con cuerpos y fuerzas de seguridad para elaborar el informe técnico pericial.

Los investigadores dividen a los causantes de fuegos intencionados en dos grupos: los incendiarios, cuyo fin es obtener rédito económico o provocar daños a terceros, y los pirómanos, cuya motivación es una tendencia patológica.

Las penas a las que pueden enfrentarse los autores de incendios intencionados pueden alcanzar hasta seis años de prisión por deterioro medioambiental, llegando a ascender hasta 20 si hubiera peligro para las personas, siendo incluso acusados de homicidio en caso de haber víctimas mortales. Sin embargo, son muy pocos los localizados y condenados.

En cualquier caso, tanto en casos de incendio fortuito como provocado con intencionalidad, los agentes forestales subrayan la necesidad de concienciación y sensibilización a la ciudadanía.