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De cantaor de atrás a revolucionario de la comedia

  • El documental analiza la influencia del humor y el lenguaje propio de Chiquito de la Calzada en la cultura contemporánea

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Chiquito de la Calzada fue un artista, curtido en los tablaos como cantaor de acompañamiento, que sin pretenderlo revolucionó la forma de hacer comedia. Más de 20 años después de su debut como humorista, su lenguaje surrealista sigue presente en nuestros hábitos sociales. Chiquito falleció el 11 de noviembre de 2017 y, justo un año después de su muerte, 'Imprescindibles' le rinde homenaje con este documental.

“Chiquito, el cantaor de atrás” es la historia de alguien que estuvo en esa parte de atrás del escenario poco iluminada por los focos y la fama y que durante años tuvo que sudar mucho arte para poder llevar un jornal a casa.

El documental es de producción propia al 100% de RTVE y está dirigido por Gemma Soriano y Manel Arranz.

El fenómeno del chiquitazo

“Dos borrachos en un bar y le dice uno al otro: eres un fistro…” Así arrancaba el chiste con el que Gregorio Sánchez Fernández, conocido como “Chiquito de la Calzada”, se presentó en un modesto programa de televisión en 1994. Meses más tarde, se hablaba del fenómeno del chiquitazo: no había nadie en este país que no supiese quien era ese señor de 62 años que contaba unos chistes tópicos y desclasados, que salía a escena dando saltitos y que soltaba palabras sin significado alguno.

Imprescindibles - Chiquito, El cantaor de atrás - ¿Qué significa fistro?

Para unos, Chiquito de la Calzada era la peor de las criaturas mediáticas de la década de los 90, el paradigma de la cultura basura; para otros, Chiquito era un genio porque era capaz de arrancar una carcajada antes de decir o hacer nada en un escenario.

Chiquito aportó al humor una nueva forma de contar los chistes de toda la vida, creando un relato propio lleno de inflexiones y onomatopeyas, con muletillas absurdas como “te das cuen”, “No puedor” o “pecadorl”. En definitiva, una puesta en escena completamente surrealista que rompía las expectativas del espectador hasta el punto de quedar fascinado esperando una apoteosis final que nunca llegaba, el chiste se desarticulaba en mitad de la historia. Lo que contaba nunca fue importante, lo fundamental era cómo lo hacía, la forma de narrar.

El cantaor de atrás

El cantaor de atrás IMPRESCINDIBLES

Para el escritor Javier Pérez Andújar, Chiquito construyó un lenguaje propio al que todos hemos recurrido en algún momento. La periodista Mariola Cubells reconoce a Chiquito un don especial: el de establecer vínculos sociales con el lenguaje hasta el punto que más de 20 años después de su irrupción mediática aún recurrimos a expresiones suyas para entendernos. Prueba de ello es el éxito en las redes sociales del personaje y sus palabras ya sea a través de gifs o de memes, la mayoría de ellos fabricados por gente que ni siquiera había nacido en la década de los 90.

El secreto está en el compás

Chiquito tenía un gran dominio del ritmo en sus chistes. “Manejaba el gag con un cierto compás – analiza el humorista y presentador de televisión Andreu Buenafuente – era como escuchar un cómodo patrón musical que no querías que acabase nunca”.

Durante muchos años se ganó la vida como cantaor de atrás, acompañando al baile, en infinidad de cuadros flamencos. “Ese es el arte especial de Chiquito” recuerda en el documental el bailaor José Mercé, que compartió muchas tablas con el humorista. De ahí aprendió el arte de saber contar los chistes por bulerías o soltar su conocida retahílade muletillas en el momento oportuno del espectáculo marcando bien los tempos, de la misma manera que en un cantaor de atrás sabe cuándo tiene que marcar el ritmo con sus jaleos.

El flamenco fue su medio de vida, con el que pasó “muchas fatiguitas” según relataba él mismo.

El flamenco fue su medio de vida, con el que pasó “muchas fatiguitas” según relataba él mismo. Cuando era joven entretenía con su cante a los señoritos a cambio de unas monedas o un bollo de pan. Mucho trabajo y muchos tablaos después Chiquito de la Calzada consiguió hacerse un hueco en el mundo del flamenco malagueño, aunque sin llegar a traspasar nunca la frontera del éxito. Éste llegó tarde, después de que un productor de televisión le descubriera en un restaurante de la Costa del Sol donde amenizaba, con sus cantes y ocurrencias, la comida de unos banqueros y empresarios.

Chiquito de la Calzada en sus épocas de cantaor en los tablaos de la Costa del Sol

Chiquito de la Calzada en sus épocas de cantaor en los tablaos de la Costa del Sol IMPRESCINDIBLES

Chiquito de la Calzada nunca buscó la trascendencia de su obra, nunca hizo un análisis del lenguaje de la comedia con la intención de renovarlo o revolucionarlo. Sin embargo, todos los cómicos de este país coinciden en que lo logró y sobre todo consiguió lo más importante a lo que puede aspirar cualquiera que se dedique al oficio del humor: hacer feliz a la gente.