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'Túnez, la excepción'

  • Cinco años después de la 'Primavera tunecina' sus habitantes siguen sin derechos fundamentales
  • El programa 'En Portada' ha viajado hasta allí para recoger sus testimonios
  • 'Si un pueblo quiere vivir...' se emite el jueves 14 de enero, a las 23:45, en La 2 de TVE

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En portada - Si un pueblo quiere vivir

El Nobel de la Paz de 2015 ha sido el reconocimiento a un esfuerzo colectivo, representado por el Cuarteto del Diálogo Nacional Tunecino, que evitó que el proceso de democratización se frustrase y acabase, como en otros países árabes, en represión o en guerra.

En su discurso, los representantes del Cuarteto reconocen que “la clave para la estabilidad de Túnez estriba en la creación de más oportunidades de trabajo para nuestros jóvenes y en prestar mayor atención a nuestras regiones del interior, especialmente las zonas fronterizas, las cuales han sufrido durante décadas la marginalización y en las que nuestra gente está esperando tras la Revolución conseguir mejores condiciones de vida

Eso es lo que nunca consiguió Mohamed Bouazizi, el joven que, desesperado y harto, decidió inmolarse el 17 de diciembre de 2010 en Sidi Bouzid y que, sin pretenderlo, encendió la llama de la “Primavera Tunecina”.

Cinco años después, las demandas de aquellos días,  “pan, trabajo, libertad, dignidad”, siguen pendientes y el ambiente general es de frustración, sobre todo en ese Túnez profundo, del que Sidi Bouzid forma parte: tradicionalmente marginado, históricamente rebelde.

A la pobreza, al paro, a la falta de oportunidades, a la desesperanza, se añade una nueva amenaza….. el terrorismo yihadista, que se cobra víctimas no sólo en las zonas turísticas o en la capital.

Mabruk Soltani era un adolescente como otros muchos de la región de Sidi Bouzid. Vivía con su madre en Jemla, un aldea de difícil acceso y sin servicios básicos, y se encargaba de cuidar un pequeño rebaño de ovejas en la cercana sierra de Mghila.

Una mañana, cuando estaba en el monte junto con su primo, Nassim, de 14 años, fueron sorprendidos por los yihadistas que operan en la zona. Los terroristas decapitaron a Mabruk y mandaron de vuelta a casa a Nassim con la cabeza de su primo para que avisase a la familia.

Según su padre, mataron a Mabruk por negarse a darles algunas ovejas. Según otros, fue un aviso, ya que los yihadistas lo acusaban de informar de sus movimientos a las fuerzas del orden.

Mabruk Soltani, de 16 años, fue asesinado el viernes de 13 noviembre de 2015. El mismo día que París se vio sacudida por una serie de atentados islamistas. El caso de Mabruk abrió los informativos de la televisión tunecina, pero sus familiares reprocharon el abandono de las autoridades, la tardía reacción de las fuerzas de seguridad. Un desamparo tal que uno de los parientes de Mabruk se preguntó si ellos no eran seres humanos.