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Lo de Évole

Las reflexiones de Morad sobre el racismo, pagar impuestos y los menas

  • El rapero habló con Jordi Évole de todo y sin tapujos
  • Desde su dura adolescencia o su paso por el centro de menores, hasta ganar más que un jugador de primera y pagar a hacienda

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Morad
Morad

Anoche se estrenó la nueva temporada de 'Lo de Évole' con Morad como primer invitando. El artista, a quien Évole ni conocía, logró sorprender al presentador con sus sinceras respuestas y reflexiones sobre su vida. "Eres pobre, pero no pobrecito. Eres pobre en dinero pero no en valores... Es el dinero lo único que te falta, pero dinero hay en todos lados", dice ahora que sabe lo que es el éxito, el reconocimiento y ganarse la vida con su trabajo.

El rapero habló de su niñez y de sus primeros contactos con el racismo. Cuando era pequeño en su barrio no sentía que hubiese racismo, ya que había muchos niños como él (de origen marroquí), pero le cambiaron de colegio. Como se portaba mal, su madre lo llevó a un colegio de Jesuítas en otro barrio. Allí entendió lo que era el racismo. También reconoce que escuchaba comentarios que le hacían a su madre como "Mora de mierda" o "Vete a tu país", pero que él asimilaba por aquella época como algo normal. Ahora, desde la distancia, se ríe incluso de esos comentarios que para él, en el siglo XXI, no tienen ningún tipo de sentido. "¿Tú quieres ser racista? Pues matáte tú solo", dice desde la ironía.

"Cuando me dicen vete a tu país. Les digo: 'Sí, tranquilo, el mes que viene que tengo vacaciones voy". Pero, "¿tu país cuál es?", le pregunta Évole. "Mi país es Marruecos", dice muy convencido. "Pero si has nacido aquí", le contesta Jordi. "Pero mis raíces son de ahí. ¡Que no me han querido ver español en ningún lado!"

Morad relata cómo fue su experiencia en el colegio de Jesuítas. Todo eran diferencias con el resto de niños. Desde la ropa, los bolis, los equipos en los que jugaban, hasta el desayuno. "Como niño te duele todo... ¡Hasta el desayuno! Ellos llevaban unos bocatas de puta madre o iban a comprar a la cafetería". Morad admite que se comparaba todo el rato con ellos. A veces la psicóloga le daba 5 euros para comprarse un bocadillo como el que tenían ellos y eso le alegraba el día.

El cantante también habló de sus inicios. Cuenta que al principio de su carrera Sony le ofreció firmar por 60.000 euros y que él rechazó la oferta. Habla de cuando apenas tenía tres canciones. En ese momento solo tenía 19 años, pero sabía que podía llegar mucho más lejos. "El niño puede caer en la tentación y firmar el papel", afirma Morad, que, sin embargo, él no firmó. "Sabía que 60.000 euros los iba a hacer yo solo", reconoce el artista, que habló con su manager a quien también le dijo: "que venga él a verme a mí si quiere", cuando le intentaban convencer para presentarle a otro artista. Jordi entonces le pregunta si es muy orgulloso. Él reconoce que lo es y que ese orgullo le hace ser quién es hoy en día.

"Nunca había salido del barrio. La primera vez que salí fue por la música", dice mientras los niños del barrio gritan su nombre desde la ventana. Solo había ido a Marruecos y en coche. "Nunca había salido de fiesta, ni a cenar con amigos. Tenía dinero, pero era para lo justo". Cuenta que del primer tour no sacó beneficios porque le pago todo a su equipo y a sus amigos. Jordi muestra curiosidad por saber cómo consigue dinero sin discos. "Es verdad que he ganado dinero, más que un judador de primera en un año. Puedo llegar a hacer un millón al año de Youtube, Spotify y los bolos", y añade que no tenía cuenta antes de empezar a cantar. "Hasta ese momento no había cotizado ni un euro", confiesa, dado que los bancos no le querían abrir una cuenta. Fue su madre la que se la hizo en un banco de otro barrio.

Ahora que gana dinero y cotiza, se muestra orgulloso de hacerlo. "Me parece bueno porque siento que estoy contribuyendo. Me gusta que ese dinero vaya al médico que es público y a las escuelas que son públicas. Me encanta. Ahora que tengo la oportunidad de cotizar hasta el máximo, me siento bien de ganar dinero legal".

Su infancia no fue fácil. Vivía con siete familiares en un piso de 50 metros y describe esa etapa como una de las mejores de su vida, pero todo cambió cuando le quitaron la custodia a su madre y le trasladaron a un centro de menores. “Fue la situación más difícil de mi vida, yo quería estar con ella. Estaba loco con ella. Hasta los 18 no volví a mi casa”, detalla.

Sobre su experiencia en el centro, aclara: "Es una cárcel de menores. Es el mismo sistema de adultos, menos pena, pero igual. Sales con una rabia que puedes acabar preso otra vez”. Morad subraya que eso le hizo pensar en cambiar. De hecho, en su mente siempre está el recuerdo del cristal con su madre detrás, “para recordar lo que no tengo que hacer de verdad”.

Una reflexión sobre los menas

El presentador le pregunta qué piensa cuando escucha la palabra mena. "Usan a un mena como que él ha violado. Todo el castigo del mundo, a rajatabla con esa persona. Pero en España los que más violan son los españoles. Los que más pegan a sus mujeres son los españoles. ¿Por qué solo es el mena el que ha violado, el que ha hecho algo? Saca la verdad, di que los españoles también hacen eso", apunta. "¿Al otro le ponen mena porque ha venido debajo de un camión?", destaca el rapero, que manda un rotundo mensaje: "Pero cuando ya hablamos de niños, cuando hablamos de niños, tú no puedes hablar ni de control ni de nada, estás hablando de un niño".