Enlaces accesibilidad
FEM Z TOPICS

De baby boomers a Gen Z: ¿Cómo ha cambiado el feminismo?

  • ¿Cuál es su relación con el feminismo y la posición que este ocupa en su vida?
  • Hemos reunido a dos generaciones de mujeres, madres e hijas, para descubrir cómo ha cambiado el movimiento estos años
  • Más noticias en Playztrends

Por
Focus Group 8M

Hace tan solo unos días, en Gen Playz reunimos a madres e hijas con motivo del Día Internacional de la Mujer para entender de primera mano qué ha cambiado en lo que a ser mujer se refiere gracias al feminismo.

Para ello, contamos con la presencia de Argentina San Martín y su hija Alejandra; Guadalupe Domínguez y su hija Alejandra Hidalgo; Loli Cortés y su hija Noelia Cortés; y Teresa García y su hija Laura Valdés.

Primera vez que escuchan “feminismo”

Aunque cada vez está más normalizado hablar sobre feminismo, hace unos años no era algo tan común. Muchas de nuestras madres tuvieron que luchar contra el patriarcado sin apenas conocer el movimiento.

“Yo empecé a hablar de feminismo desde que tengo uso de razón, pero básicamente porque en mi casa era todo lo contrario. Mi padre era machista por excelencia y entonces el feminismo no existía. Veía a esas mujeres que luchaban y salían en la televisión defendiendo sus derechos y libertades y mi padre no lo entendía. Era el típico que pensaba que la mujer estaba para servir al hombre, para tener hijos, cuidar de la casa y derechos los justitos”, recuerda Argentina.

Sin embargo, a pesar de haber sido víctima de una educación machista en casa, Argentina pronto se da cuenta de que no tiene por qué ser así: “Te das cuenta, con el paso de los años, que eso no puede ser. Eduqué a mi hija en todo lo contrario, porque yo padecí mucho el machismo de mi padre de no tener ningún tipo de libertad, entonces intento que mis hijos tengan todo lo contrario a lo que yo tuve”.

Por otro lado, a la zeta Alejandra Hidalgo le cuesta recordar cuándo fue la primera vez que escuchó hablar sobre el movimiento feminista: “No tengo ni idea, porque yo nací con esa palabra”. Su madre reconoce que ha vivido en un hogar donde era el hombre el que mandaba hasta que empieza a crecer: “A mí aquello no me parecía bien y empiezo a protestar porque se me ponían una serie de limitaciones que a mi hermano no se le ponían”.

Aunque todas estas madres son de la misma generación, a Lola le sorprende la educación que han recibido sus compañeras: “En mi casa ha sido totalmente lo contrario, y luego dicen que los gitanos son más machistas”.

Teresa se siente identificada con Lola porque ella tampoco se ha educado en un ambiente machista: “El feminismo como concepto no lo recuerdo a lo largo de mi infancia y adolescencia pero lo empiezo a percibir como una lucha a través de mi hija Laura”.

Cambios generacionales

Aunque solo nos separan unas décadas, lo cierto es que el feminismo ha ganado peso durante estos últimos años. De hecho, muchas madres, por desgracia, no conocían el movimiento hasta que sus propias hijas se lo enseñaron.

“Mi hija es la que realmente me ha enseñado”, cuenta Teresa. A ella le llama la atención especialmente que la generación de su hija es “que están mucho más concienciados que nosotros y que, sobre todo, luchan por sus derechos, se mueven, son conscientes de que las cosas tienen que cambiar”.

A Argentina le parece evidente que nosotras nos movemos muchísimo más que ellas en su época. “Tienen otros medios que nosotras no teníamos, ellas ahora mismo gracias a nuestras madres y abuelas disponen de esa libertad y decir lo que les dé la gana que no les va a pasar nada”, continúa.

“Gracias a lo que hicieron, somos el resultado”, afirma Laura. “Todo lo que estamos viviendo son las consecuencias de ello, no podemos idealizar ciertas actitudes porque el contexto no es el mismo, no podemos copiarlo y pegarlo”, advierte.

Libertades

“Antes si una mujer salía con tres diferentes era una puta directamente, y ahora puede elegir con quién estar en cada momento y hacer lo que le da la gana, es súper importante que puedas decidir lo que haces con tu vida y con tu cuerpo”, opina Loli.

Su hija Noelia se acuerda de una anécdota relacionada con el tema: “Un muchacho que ambas conocemos le dijo a mi madre que me regañara que yo iba muy suelta, que me ponía mucho escote, y mi madre le dijo ‘pues claro que sí que para algo le compro los sujetadores bonitos, para que los enseñe’”.

Alejandra a la hora de pedir consejo, lo tiene claro: su madre. Argentina, por su parte, escucha aunque a veces le cueste entenderla: “Me cuesta porque yo no he sido así, me asombra la libertad que tienen ellas para hacer y deshacer con los chicos lo que les da la gana, me parece estupendo, ya me hubiera gustado a mí”.

Teresa identifica otro cambio de su generación a la nuestra: “Nuestras hijas tienen la posibilidad de hablar con nosotras con mucha más libertad que yo no tenía, mi madre nunca se sentó conmigo a hablarme de chicos de manera profunda”.