Ocho periodistas mexicanos han sido asesinados en 2020 mientras que otros 400 temen por su vida

Omar Bello trabajaba en la Costa Grande de Guerrero....Y allí, como en otras zonas de México, las reglas del periodismo las dicta el narco... La situación se complicó cuando entraron en juego varios grupos criminales rivales...Obedecer a uno, le convertía en enemigo del otro...Después de incontables amenazas y dos secuestros, le llegó el aviso definitivo...  Desde hace 3 años vive semi escondido en la Ciudad de México, bajo la protección del organismo oficial que vela por su seguridad y la de otros 400 periodistas amenazados de todo el país...Omar ha tenido que dejar atrás toda su vida anterior, pero no es el único que ha salido perdiendo...  Sin testigos, políticos corruptos y criminales pueden actuar a su antojo. El silencio sigue ganando terreno en México...