Los giros de 180 grados de Angela Merkel

La crisis griega le valió a Merkel el sobrenombre de canciller de hierro, que solo hablaba de ahorrar. Después, vinieron los cambios de opinión radicales, giros de 180 grados: en energía nuclear, en salario mínimo, en servicio militar obligatorio, en matrimonio homosexual, en admitir para Europa un fondo de reconstrucción con deudas comunes tras la pandemia. Pero su gran cambio, por el que pasará a la historia, se produjo cuando abrió las puertas a un millón y medio de refugiados.

Foto: Angela Merkel (Ina Fassbender/AFP)