Sinopsis
Nombres como Jose Couso, Miguel Gil, Julio Fuentes o Ricardo Ortega forman parte de esa triste lista de reporteros que perdieron la vida ejerciendo su profesión. Este lunes se ha confirmado el asesinato en Burkina Faso de David Beriain y Roberto Fraile.
Hacía 17 años que un periodista español no fallecía en una zona de conflicto. El último fue Ricardo Ortega, en 2004, en Haití. Murió en un tiroteo en una manifestación. Recibió dos balas, una en el abdomen y otra en el torax.
Un año antes, el cámara de Telecinco, José Couso, falleció en la guerra de Irak. Como la mayoría de los periodistas internacionales, estaba en el Hotel Palestina en Bagdad. Un proyectil de un tanque de EE.UU. impactó en el edificio y le provocó heridas, que terminarían siendo mortales.
En esa misma guerra y tan solo un día antes, Julio Anguita Parrado, corresponsal del periódico El Mundo, falleció a causa de un misil tierra aire.
También periodista de El Mundo era Julio Fuentes, que murió en Afganistán, cuando un convoy de la prensa sufrió una emboscada entre Kabul y Jalalabad.
En el año 2000, murió en Sierra Leona uno de los corresponsales de guerra más experimentados, el cámara de televisión Miguel Gil. Recibió disparos en una emboscada de una guerrilla.
Luis Espinal, en Bolivia, Juantxo Rodríguez, en Panamá, Jordi Pujol Puente, en Yugoslavia, y Luis Valtueña en Ruanda, completan la lista de los periodistas y reporteros españoles que hasta hoy han muerto en alguna de las zonas convulsas del mundo. Sin su presencia, el resto no sabría lo que ocurre en esos rincones donde pocos se atreven a mirar.
Foto: el cámara español José Couso, en Bagdad (Telecinco)
