Enfrentarse al suicidio

El suicidio es una de las causas más frecuentes de muerte, con graves consecuencias. Uno de los principales factores de riesgo es la enfermedad mental. Sin embargo, nunca se trata de un único factor, sino de una multitud de circunstancias, presiones y emociones. El reto de prevenirlo recae en toda la sociedad. En este punto los amigos y la familia desempeñan un papel fundamental.

Cada año, cerca de quince millones de personas en Estados Unidos se plantean quitarse la vida. Muchos miles lo hacen. Pero muchos miles más lo evitan gracias a que alguien interviene en el momento oportuno.

El estigma social que rodea al suicidio dificulta la obtención de ayuda por parte de los familiares y de aquellos que se encuentran en una situación de crisis.

El remido más poderoso es una sociedad atenta, que no de la espalda al problema, sino que hace preguntas y anima a las personas que están en crisis a buscar ayuda.

Para las personas que se encuentran en una crisis suicida agua, el primer paso hacia la recuperación pueden ser los servicios de emergencia, o las líneas y centros de ayuda en crisis, donde pueden recibir ayuda psicológica o médica. Es vital que las personas en situación de inmediato peligro no se queden solas.

La clave es una estrategia de prevención del suicidio que se considere una tarea de toda la sociedad y se aplique a escala nacional.