Pícaros y poetas

En el siglo VII, la Península Ibérica con sus montes, sus bosques y sus ríos, era una tierra tentadora para los hombres del norte de África y del cercano oriente. El oasis, como pequeño paraíso y lugar de encuentro, se magnifica en la Hispania visigoda y se convierte en un sueño seductor, un sueño casi al alcance de los pueblos del Islam. La conquista de España por los hombres del Islam es cuestión confusa, incluso contradictoria. En este capítulo repasamos la historia para intentar dilucidar las claves de esa conquista: la verdad histórica del conde don Julián; Tarik, gobernador de la Península visigótica de Tingitania (la actual Tanger) a las órdenes de los hijos de Witiza será protagonista de excepción. La entrega Toledo al califa de Damasco o la derrota de don Rodrigo son algunos de los hechos históricos fundamentales para intentar comprender esa historia. Las ansias de poder, los celos y las envidias provocan enfrentamientos tanto entre las facciones visigodas como entre los propios árabes; surgen verdaderas guerras civiles que convierten a Al - Andalus en un constante campo de batalla. El pasado romano y visigodo de España va a influir en la relación vital con el mundo árabe conquistador de Al - Andalus. El arte hispanoárabe se basa, ante todo, en el de la España anterior, de modo que la tierra conquistada se vera favorecida por una cultura matizada por el saber de ese pasado. Hasta el famoso arco de herradura y las bellas yeserías son deudoras de la de la nación española preislámica. La bella, noble y esencial arquitectura mozárabe supondrá un ejemplo de sabiduría ejemplar que aúna, siempre con éxito, lo atractivo de la forma con la razón del contenido. Este capítulo concluye en el siglo XII en el que el poeta Aben Guzman escribía sobre la vida cotidiana y el geógrafo Al Idrisi trabajaba en su libro 'Recreo de quien desea recorrer el mundo'. De Al - Andalus le emociona ante todo Córdoba, Sevilla y Badajoz; de esta última dirá que es bella y fuerte.