Cuestión de tiempo

En el horizonte de unos 12 millones de trabajadores está la posibilidad de que su jornada laboral pase de 40 horas semanales a 37 horas y media de jornada máxima. ‘Informe semanal’ ha puesto el acento en las primeras impresiones de trabajadores y pequeños empresarios, para quienes la medida puede suponer ventajas o inconvenientes. La profesora de Economía Ana Ginés está convencida de que "tener más autonomía para gestionar el tiempo de trabajo mejora la productividad y el bienestar de los trabajadores". Pero empresarios de pequeños negocios, como el transportista José Luis, creen que esta medida supondrá para ellos unos incrementos de costes importantes. "Esto va a ser una bomba de relojería al final ", dice.

Según el ejecutivo, se van a ver beneficiados especialmente mujeres que trabajan en hostelería, supermercados o limpieza. El programa ha estado con camareras de un restaurante que ven la medida con diferente perspectiva. También con empresarios del campo, para quien la medida supondrá un incremento de costes y una dificultad mayor aún para contratar. Pero los sindicatos, han dicho que aplicar la reducción de jornada es posible: "Creo sinceramente que es una cuestión más de voluntad que una cuestión económica aceptarla o no. Es el momento de repartir la riqueza que se genera en las empresas", señala la secretaria de Acción Sindical de Comisiones Obreras. 

La carrera para lograr la aprobación en el Congreso del anteproyecto de ley se prevé compleja y necesitará equilibrios parlamentarios. Expertos como Aleix Pons director del Departamento de Economía y Finanzas de la Fundación Cotec, tienen claro que "el reto es trasladar la reducción de jornada de forma digerible a un conjunto más amplio de empresas y para ello, será necesario implementar mecanismos de gradualidad y accesibilidad para hacerlo posible"