Falsos culpables

Ahmed Tommouhi pasó 15 años en prisión acusado de un sinfín de violaciones que no cometió. Las victimas lo identificaron y ahí comenzó su pesadilla. También una rueda de reconocimiento fue suficiente para mandar a la cárcel a Jorge Casaleiro acusado de un robo con violencia que no cometió. Todavía hoy ambos recuerdan su paso por prisión con angustia y escalofríos. Ellos y otras personas que han sido condenadas por error en España, nos han contado sus historias. La psicología del testimonio lleva años advirtiendo sobre el riesgo de las ruedas de reconocimiento. Según explican los expertos son muy poco fiables, el margen de error es muy alto porque la memoria no funciona como una cámara de video y muchas de estas identificaciones se han hecho de forma poco profesional durante demasiados años. Jueces, abogados y psicólogos recuerdan que las víctimas no mienten, están convencidas de lo que vieron, pero la ciencia aclara que dicho recuerdo pocas veces se acerca a la realidad porque el tiempo de exposición y las condiciones de estrés en las que se producen, dificultan ese ejercicio de memoria. Por eso piden que no se pueda condenar a una persona teniendo como única prueba una rueda de reconocimiento. Así lo establece el anteproyecto de ley de enjuiciamiento criminal que todavía no ha sido aprobado. Aunque resulte increíble a día de hoy se sigue juzgando con leyes del siglo XIX. ¿Cómo se vive en la cárcel siendo inocente, que secuelas deja una experiencia así, hay rencor, por que no han recibido indemnización? Las respuestas en En Portada.