Plástico, ¿suicidio colectivo?

La industria petrolera ha optado por sus elevados beneficios en lugar de por la salud de la población mundial y la agonía de nuestros océanos. Científicos de todo el mundo alertan de los nocivos riesgos del plástico sobre nuestra salud y el medio ambiente.

De los 8.300 millones de toneladas de plástico producidas, 6.000 millones se han convertido en residuos y si estas dinámicas continúan al mismo ritmo, los científicos alertan de que para 2050 en el océano habrá más plástico que peces. Además, la recogida y selección de plástico no son eficaces. Tan solo el 16% de todos los plásticos llega a los centros de reciclaje y en Europa cerca de la mitad de esos materiales no son aptos para el reciclado.

A la lacra de la contaminación de los océanos, en especial en las zonas del planeta más deprimidas, se suma el grave problema de la rápida degradación de los plásticos en nanoparticulas que afectan a los organismos marinos.

La toxicidad de los plásticos es, sin duda, el problema más grave para nuestra salud. Decenas de miles de sustancias químicas peligrosas están presentes en los alimentos que comemos y en los envases reciclados que los contienen.

La nefasta gestión de este material convierte al plástico en uno de los principales retos de nuestra sociedad moderna.