Aquí no se puede vivir

El elevado precio del alquiler, las hipotecas al alza, la falta de vivienda social y el aumento de la oferta y la demanda de pisos turísticos están expulsando a los inquilinos de las ciudades. Vivir de alquiler hoy es un 8% más caro que en 2022. Y arrendar una habitación cuesta hoy lo mismo que hace siete años costaba alquilar una casa entera. Los españoles destinan una media del 40% de sus ingresos al pago del alquiler, seis puntos porcentuales más que hace cinco años. Compartir piso a las afueras o vivir en una caravana en el extrarradio son algunas de las soluciones que están encontrando quienes buscan hoy una vivienda en alquiler. ¿A qué distancia acabaremos viviendo?

Juan es uno de los muchos ocupantes de un aparcamiento de caravanas a las afueras de Palma de Mallorca. Vive en su casa rodante de 12 metros cuadrados. Antes pagaba 500 euros de alquiler, pero ahora le piden 1.000 y el sueldo no llega. A sus 74 años, Daniel es un maestro jubilado que ha parcelado los 220 metros que tiene su casa para hacer habitaciones y alquilarlas. Él duerme en el sofá. Tiene diez inquilinos y asegura ingresar unos 2.000 euros al mes por el arrendamiento de la casa, situada a las afueras de Madrid. Luis es uno de sus inquilinos, tiene dos trabajos, uno de mañana y otro de tarde. Paga 367 euros por la habitación y su sueldo, dice, son unos 1.500 euros mensuales. César tiene 69 años, se ha dedicado a la hostelería y lleva once años viviendo en habitaciones.