Haakon VII Se convirtió, por elección popular, en el primer soberano de una Noruega independiente. El rey destacó por su vocación democrática y la defensa de la soberanía de su país durante la invasión alemana en la Segunda Guerra Mundial. Ante la adversidad, estableció un gobierno paralelo al de los nazis convirtiéndose en un símbolo de la resistencia.
El 9 de abril de 1940 las tropas del Tercer Reich invadieron Noruega. Dos semanas después, los alemanes tenían el control de todo el territorio, estableciendo una administración militar que coexistía con un gobierno civil formado por noruegos simpatizantes de los nazis. Esta ocupación se mantuvo hasta el 8 de mayo de 1945.
Noruega, por su posición estratégica, era un país que los contendientes querían de su parte. Poseía una extensa costa que permitía el control del Atlántico Norte, además sus puertos naturales en los fiordos podían utilizarse como bases navales y exportar, desde ellos, el hierro de Suecia que era vital para la industria bélica. Todos estos factores dotaban al país escandinavo de una amenaza latente por parte de Francia, Reino Unido y Alemania.
Tras la invasión alemana, Hitler instó al rey a aceptar un ultimátum, pero Haakon VII comunicó al gobierno su decisión de rechazarlo. El gobierno respaldó por unanimidad al monarca y se dieron por finalizadas las negociaciones. Noruega entró en la Segunda Guerra Mundial
Asunción Mateos, periodista y entusiasta de los hechos históricos del siglo XX, nos dará su personal visión de este rey que se negó a ser un títere de Adolf Hitler.
