Tras publicar “El origen de las especies” Darwin escribió otro libro “la expresión de las emociones en el hombre y en los animales” en el que defendía una tesis tan atrevida o más que la de su obra cumbre. En él defendía que los procesos mentales, incluido instintos y emociones también han evolucionado a partir de antepasados animales. En concreto algunas emociones se han relacionado con un sistema prelingüístico de comunicación social, que el ser humano comparte con otros muchos mamíferos. Cuando un chimpancé por ejemplo se queda sin comida o pierde a su cría de manera inesperada se pone en marcha una serie de mecanismos biológicos para que acabe expresando una emoción de tristeza, que será útil para obtener ayuda del resto de los miembros de su tribu y sobrevivir, para ayudar a una segunda cría a que crezca mejor o incluso para favorecer sus posibilidades de volver a quedar preñada. Los seres humanos hemos desarrollado una herramienta mucho más precisa para pedir ayuda, en forma de lenguaje, pero es cierto que las emociones aún colorean nuestra manera de expresarnos, todas las emociones tienen su razón de existir. Las variaciones del estado de ánimo no son problemáticas si son temporales y de una intensidad razonable, de hecho, en algunas ocasiones son incluso recomendables, pero cuando provocan un sufrimiento extremo y prolongado seguramente nos adviertan de la existencia de un trastorno del estado de ánimo. Hoy enciende el fuego de la cueva el psiquiatra Cristian Llach autor del libro "En el laberinto. Guía ilustrada de psiquiatría", iluminamos la complejidad de la mente humana, sacamos a la luz algunos de los trastornos psiquiátricos que afectan a casi 1000 millones de personas en el mundo… Alteraciones cerebrales que son capaces de desconectarnos de la realidad, de ocupar nuestros pensamientos con eternas preocupaciones, nos vacían de recuerdos, de ideas, de energía, nos impiden relacionarnos con los demás o mantenernos motivados.. Todas ellas surgen de una combinación única de factores biológicos y ambientales, una tormenta perfecta que hoy, gracias a los tratamientos actuales podemos ir amainando.
Con nuestro maestro tecnológico, Jaime García Cantero recuperamos el sueño cibernético de Salvador Allende cuando se cumplen 50 años de su asesinato, y en el túnel del tiempo nos reencontramos con el escritor Mario Benetti.
