Sapiens   Construcción de identidades. Con Almudena Hernando 09/12/2023 01:04:23

Un rascacielos metálico y cristalino, de impecable diseño futurista, con fachadas de espejo que reflejan la luz del sol y atraen todas las miradas y que se levanta fálica y orgullosamente en el núcleo blanco rico y poderoso de Europa y EEUU. Así imagina la arqueóloga y prehistoriadora Almudena Hernando el edificio que representa nuestro momento histórico. Se asienta, escribe, sobre un subsuelo cavernoso, incómodo y lleno de estrecheces en el que habitan ciudadanos que no tienen derecho a ver la luz del día, ni a disfrutar del confort o de la alimentación o de la higiene o de los cuidados médicos o de los tiempos de ocio que se dan por descontado en los pisos superiores, y donde siguen entrando por la puerta de atrás los últimos recursos animales, vegetales y minerales que son necesarios para sostener el confort, el calor, los menús de lujo, los avances tecnológicos, los viajes de placer y el consumismo atroz que define la vida de los pisos superiores. A esa gente de inmensa riqueza que hace tiempo dejó de querer ver la pobreza que genera su vampiresco modo de crecimiento se le ocurre por ejemplo irse a vivir a Marte. Algunos de los hombres con el máximo grado de individualidad dependiente del planeta, escribe Almudena Hernando, están compitiendo ya por ser los primeros en colonizar el nuevo territorio. La masculinidad desconectada de cualquier emoción o empatía va siendo cada vez más el modelo identitario de los hombres que lideran política y económicamente el mundo, por lo que puede anticiparse que la cosificación de los cuerpos de las mujeres no hará sino aumentar, del mismo modo que lo hará la homofobia, la transfobia o el rechazo de cualquier trasgresión de la norma patriarcal así como la precarización del trabajo y los niveles de sufrimiento emocional y social.

Pareciera que el edificio no puede seguir construyéndose así que la lógica de crecimiento del supuesto progreso está encontrando su punto de quiebre, su límite de sostenibilidad, su contradicción final. Pareciera que muchas de las personas que habitamos los pisos bajos estamos entendiendo que nuestro edificio está próximo a derrumbarse porque nuestra cercanía al suelo nos permite contemplar el fin de los bosques, la subida del nivel del mar, el aumento de la temperatura global, las muertes de inmigrantes en el Mediterráneo, la precariedad de la vida de quienes consiguen entrar en nuestros sótanos, de las identidades mestizas, las condiciones de trabajo de quienes fabrican nuestras ropas o zapatos o tecnologías. Pareciera que vamos entendiendo que la única posibilidad de supervivencia es acabar con esta lógica de construcción del edificio social y volver a un sistema de construcción en extensión, no en altura, transformar el discurso de verdad que nos rige para potenciar una socialización basada en la empatía, la solidaridad, el cuidado de lo humano y lo no humano. Pero ¿Es eso posible? Hoy encendemos el fuego de la cueva para iluminar la corriente de la historia, para reconocer la contradicción de lo que somos.

Con Jaime García Cantero nos subimos al AVE a Asturias para hablar de grandes infraestructuras y en el túnel del tiempo nos reencontramos con el escritor Camilo José Cela.

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