Escritor de culto y niño prodigio de las letras escandinavas, anarquista y joven genio desasosegado que le hizo parecerse en ocasiones a su torturado y turbulento compatriota August Strindberg, el sueco Stig Dagerman (nacido en 1923 y fallecido en 1954) escribió su obra entre los años 1945 y 1949. Es decir, tan solo de los 21 a los 26 años.
El que sería el escritor más mítico y emblemático de su generación, mezcla de periodista y literato, en 1954, inmerso desde hacía tiempo en una profunda angustia y desesperación que le impedía escribir, se metió en su coche con las ventanas cerradas y el motor encendido, y se suicidó. Tenía sólo 31 años. Dejaba tras de sí cuatro novelas, cuatro obras de teatro, un célebre reportaje, Otoño alemán, por Alemania, recién acabada la Segunda Guerra Mundial y un volumen de novelas cortas, cuentos, ensayos y poemas. Su magnífico volumen El hombre desconocido, aparecido en nuestro país en la editorial Nórdica, reuniría una selección de los mejores relatos de este escritor sin duda excepcional.