En el quincuagésimo sobresalto de Poesía Exterior -lluvia en homenaje a nuestros dedos meñiques- introducimos nuestra curiosidad en el agujero juguetón de las metáforas para ver lo que encontramos dentro.
Definimos una metáfora como “A es B” pero, cuando un niño juega a hacer metáforas, ni siquiera una fórmula tan sencilla como ésta pude llegar a simplificar el universo tan hermoso que se está de esa manera descubriendo: a él mismo, a los demás y lo que ambos pueden llegar a hacer.
La experta en juegos Alicia Vallejo -licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación, con 40 años de experiencia en rodearse de niños y 25 vueltas alrededor del sol educando a los maestros- analiza con nosotros esta singularidad autoconstructiva del juego metafórico.
Según cedemos la razón, así logramos siempre conservarla. ¡Feliz Júpiter!, no fuera a hacerte falta.