Dice el viejo refrán que “de casta le viene al galgo” y créanme que he vuelto a comprobar por enésima vez que prácticamente todo el refranero castellano surge de contundentes realidades. Por eso este Parque se lo dedico a MANU PILAS, un galgo de casta musical de la buena, porque es hijo de dos artesanos de emociones de mi casta (me está gustando mucho la palabra “casta”, no sé por qué…):
MANOLO TORO y SOL PILAS, dos profesionales de la música grabada y en vivo, difíciles de definir por lo gigantes que son ambos. Manu tiene una voz que atraviesa (cómo la de su madre) y un sentido musical único (cómo su padre). Los dos trabajaron conmigo durante más de 40 años y este Parque es una glosa al talento de su joven hijo MANU, que busca su espacio en el area de dar la cara y la voz, y un tributo personal y sincero a dos personas maravillosas que han vivido por, para, de y con LA MÚSICA, en su espacio privado DETRÁS DE LAS CANCIONES.
