Palabra Voyeur   Elegía a Ramón Sijé. Miguel Hernández 06/12/2021 03:37

Queridos voyeurs, estamos de vuelta y abrimos con una delicia para vuestros sentidos, el poema de Miguel Hernández

Queridos voyeurs, estamos de vuelta y abrimos con una delicia para vuestros sentidos, el poema de Miguel Hernández, Elegía a Ramón Sijé. Nuestro querido compañero Juan Megías dejó, entre muchas cosas, esta increíble interpretación de este poema que no hace falta ni explicar. La profundidad de Miguel Hernández en esta declaración del corazón, no puede tener mejor voz que la de nuestro querido amigo. En homenaje a él, aquí tenéis nuestro pequeño regalo.

Texto:

Yo quiero ser llorando el hortelano

de la tierra que ocupas y estercolas,

compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracoles

Y órganos mi dolor sin instrumento,

a las desalentadas amapolas.

daré tu corazón por alimento.

Tanto dolor se agrupa en mi costado,

que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,

un hachazo invisible y homicida,

un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,

lloro mi desventura y sus conjuntos

y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,

y sin calor de nadie y sin consuelo

voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,

temprano madrugó la madrugada,

temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,

no perdono a la vida desatenta,

no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta

de piedras, rayos y hachas estridentes

sedienta de catástrofe y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,

quiero apartar la tierra parte

a parte a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte

y besarte la noble calavera

y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:

por los altos andamios de mis flores

pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.

Volverás al arrullo de las rejas

de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,

y tu sangre se irá a cada lado

disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,

llama a un campo de almendras espumosas

mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas…

de almendro de nata te requiero,

que tenemos que hablar de muchas cosas,

compañero del alma, compañero.

Autor: Miguel Hernández

Libro: Antología poética (El rayo que no cesa)

Poema: Elegía a Ramón Sijé

Editorial: Cátedra

Música: Ainara Pardal y Lisi Búa

Vídeo: Ainara Pardal

Voz: Juan Megías

Agradecimiento a Guadalupe González Triano por este regalo.

Palabra Voyeur
Más opciones