Música y significado   MÁS ALLÁ de Tristán e Isolda... 20/01/2017 58:31

La zozobra cromática de Wagner, su nebulosa, la incertidumbre sonora (y de la otra)… fueron invadiendo la música europea. El primer fascinado fue Liszt: sus canciones "Lorelei" y "Me gustaría pasar como el crepúsculo" (S. 296). Siguió Bruckner: el sombrío Adagio de su Novena Sinfonía. Y después Mahler, que cita el "tema de la mirada" y el "motivo del filtro del amor" en el Adagietto de su Quinta Sinfonía. ¿Por qué?… ¿No era un regalo de amor para Alma?… ¿Por qué alude a ese amor maldito wagneriano?… Otros se hastiaron de tanto "repollo agrio" híper-romántico e hicieron mofa del Tristán: Debussy y su "Golliwogg Cake-Walk", con ese aire tan cabaretero. En la frontera, nada menos que nuestro amigo Schoenberg cita el "motivo de la desesperanza" en "Noche Transfigurada" para ese amor aquejado de sombras nocturnas. Un paso más allá en la disolución de la tonalidad y del "ethos" romántico: el Wozzeck de Alban Berg. Pero también la huella del Tristán y su primer tema ha llegado a Hollywood: el "King-Kong" (el bueno, el de 1933) de Max Steiner, y el amor brumoso e inquietante de "Vértigo" (1958) de Bernhard Herrmann. Felices amores brumosos.

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