La más soberbia representación de ese viaje arquetípico que va de las sombras a la luz más desbordante. Los lóbregos acordes iniciales del órgano introducen el "De Profundis". Un coro tenebroso, a tientas, desfila como una procesión expresionista, clamando por su redención.
El estruendoso clúster del "Ven Emmanuel". La aparición de los niños mensajeros, el ángel barítono, y el despliegue del quodlibet más colosal de la Historia: un entreverado de villancicos germanos, franceses y anglosajones, en torno al "Stille Nacht". La tercera parte es un titánico canto de alabanza sobre el cual vuela la Salmodia medieval del V tono: "Laudate Dominum Omnes Gentes". La gran coda en que van descendiendo los recuerdos y los presagios de felicidad, hasta el silencio. ¡FELIZ NAVIDAD!
