Más de cuatro millones de personas han salido de Ucrania en estos 43 días de guerra; la inmensa mayoría con destino a Polonia. Para todos ellos, Leópolis se ha convertido en la última parada. Pese a que la ciudad atiende a más de 200.000 desplazados, los funerales y las sirenas, sus habitantes aún intentan mantener una cierta normalidad e intentan que la economía no pare y los productos continúen llenando a los mercados. "Muchos clientes acogen a gente en sus casas, por eso sigo regalando pescado", dice Lida, pescadera en un mercado de la ciudad. Lexa, que vende miel, reconoce que acudir a su puesto le ayuda a mantener cierta normalidad, "es mejor estar aquí que en casa escuchando las sirenas", dice.
Informa Carmen Julia Hernández, enviada especial a Leópolis.
