Empezamos con El cofre de Nadie, de Chiki Fabregat, una novela optimista, ágil, que ahonda en la búsqueda de la identidad de una adolescente adoptada en Kenia; una historia de descubrimiento en la que una adolescente se pregunta quién es ella realmente, y qué terrible secreto oculta su pasado.
Seguimos con El señor Galíndez, del autor argentino Eduardo Pavlovsky, una obra que trata sobre la tortura política y la dimensión psicológica del torturador. Su realidad consiste en mantener el siguiente engranaje: unos hombres que obedecen ciegamente -sin saber por qué ni para qué-, al escuchar una voz en el teléfono que les encomienda determinadas misiones.
En la sección de poesía vamos a recordar a la escritora sueca Karin Boye, de vida breve y final trágico pero también de escritura rotunda. Es una de las poetas que enlazan la salida de una escritura más clásica con el acceso a la modernidad, quizá no en lo formal pero sí desde luego en la temática, con esa tensión tan llamativa entre lo político y lo personal
Y terminamos con La señorita Julia, de August Strindberg, una obra con muchos planos de significado que no deja de fascinar y de causar desconcierto. Cuenta la historia de la hija de un conde que se deja seducir por su criado una noche de solsticio de verano, y que a la mañana siguiente, carcomida por la angustia, se suicida.
