Israel estuvo en guerra con sus vecinos árabes en los años 50, 60, 70 y los venció en todas las ocasiones. Egipto y Jordania firmaron la paz. Siria está arrasada por su guerra civil, como ya pasó en el Líbano. El resto del mundo árabe ha ido reconociendo a Israel por unos u otros motivos. La paz sin embargo no llega a Palestina. Los palestinos, refugiados, arrinconados en los últimos enclaves o ciudadanos de segunda en el propio Israel, han ido respondiendo a la ocupación con furia, con terrorismo, con piedras, a lo que sigue más represión en una espiral que nos ha dejado episodios tremendos. Así seguimos en estos días, en un capítulo más de la cruenta guerra interminable que, la comunidad internacional y Estados Unidos a la cabeza, no han querido cerrar.
Hablamos también de las elecciones locales del Reino Unido, donde destaca la nueva debacle del laborismo y la victoria independentista en Escocia. Su ministra principal, Nicola Sturgeon, plantea otro referéndum para la secesión que Londres no termina de aceptar.
La Unión Europea lanza un debate sobre su futuro, una conferencia abierta a los ciudadanos que debe completarse en 2022. Más de 7.000 europeos se han inscrito para participar y se ha lanzado un manifiesto federalista con apoyos muy diversos, lo que podría influir en este debate. La duda es si las conclusiones serán aceptadas por los estados miembros si suponen ceder soberanía a la propia Unión.
