La historia personal del deportista de élite Rodrigo Conde está marcada por la pasión por su deporte, el remo, y también por el esfuerzo y el sacrificio. Pero tuvo que dar un golpe de timón a su vida y anteponer su salud a su desempeño. Toda su vida giraba en torno a las competiciones, hasta tal punto que la exigencia de no pesar más de setenta kilos, por motivos relacionados con su deporte, se convirtió en una obsesión que derivó en prácticas inhumanas asociadas al hambre y la deshidratación. Esos requisitos propios del peso ligero le llevaron al límite con los Juegos Olímpicos de Tokio en ciernes, pero decidió parar para reorientar su camino hacia un tipo de remo que se ajustara a sus necesidades. Sobre todo ello ha charlado con Chema García Langa en esta entrevista.
El gallo que no cesa
El ejemplo de Rodrigo Conde sobre salud y deporte de élite
28/05/2024
11:59
