Bienvenid@s a un bosque habitado que nos pide que escuchemos, por favor, a la ciencia.
Dice el profesor Joan Carles March, en “La voz del Sur”, que la inacción no puede seguir siendo tolerada, que la situación es tan grave que hace necesaria la movilización de la comunidad científica para exigir que se actúe de inmediato. Por ello, invita a toda la comunidad científica, a todos los colectivos y actores sociales y a toda la ciudadanía, a firmar el manifiesto redactado por los miembros de Rebelión Científica y a pasar a la acción. Llegó la hora de exigir unos cambios que, de no producirse, van a ocasionar una cantidad inimaginable de sufrimiento. Un sufrimiento que puede ser evitado. Solo si asumimos que nuestro maravilloso planeta tiene límites, y que somos nosotros y nosotras quienes nos tenemos que adaptar a ellos.
En una época de guerras por los escasos recursos, de vulnerabilidad colectiva de la humanidad sin precedente alguno, necesitamos a la inteligencia colectiva funcionando, el compromiso de tod@s para reconocer que ha llegado el momento de pasar a la acción, y la valentía para hacerlo. Por esta razón, este programa de hoy, todo un pensamiento emboscado con Joaquín Araújo, invocamos a la más inteligente colectividad humana y lo hacemos desde los mensajes, los datos y las peticiones ineludibles de los sabios y de las sabias en rebelión. Como les llama Joaquín.
Además, contamos con el esperanzador, sensato y necesario discurso de dos jóvenes universitarias de Granada, Ana Krell Calvo y Paula Martínez Hidalgo, tan de acuerdo con la Rebelión de l@s científicas, y que nos trae Natxo Blanchart López de Arriba las ramas, en "Las ramas arriba", para conocer a Fridays for future Granada. También los textos de Agnès Delage, Ignacio Abella, Fernando Valladares, Raúl de Tapia que es Raúl Alcanduerca y el propio Joaquín Araújo. Club de la Hojarasca: Pilar Socorro, Isabel Ruíz Lara y Alvaro Soto. Música para esta “Era”, de León Benavente.
Y ahora cambia la asfixia por la libertad de respirar, absorbe la energía solar con los cinco o catorce sentidos, defiende las verdades que sustentan la vida y bella, serena y éticamente apuesta por la paz rebelde, la rebeldía pacífica científica, sin duda, territorio conmovido… ¡Arriba las ramas!
