El bosque habitado   ¡Animal, animal, animal! 30/01/2022 01:59:08

Bienvenid@s a un bosque habitado por el mejor de los piropos… ¡Animal, animal, animal! Sí, porque somos animales y más deberíamos serlo. Y en ese reconocimiento de nuestra propia identidad completarnos con la mayor de las éticas, que es la de la Madre Naturaleza, al relacionarnos simbióticamente, como dicta la ley universal del equilibrio, con todo lo que respira. Mirar a quien nos mira y sentir cómo emanan sustancias que provocan una red de apoyo incluso entre relaciones interespecistas. Quizá, a los humanos animales nos falte más que al resto de la demás "gente" desarrollar la inteligencia emocional. Debatiremos la nueva ley de protección animal y sus evoluciones.

Dice Joaquín Araújo que todo lo viviente vive porque respira. Y respirando profundo, lenteando y emboscándonos, hablamos con Joaquín de esas personas no humanas que nos asisten Raúl de Tapia que es Raúl Alcanduerca, Joaquín Araújo, Marta Tafalla y José Galindo, autor de “Relatos Ecoanimalistas” y responsable de Blog Sostenible que, por cierto, es el invitado de Natxo Blanchart López en “Las ramas arriba” de hoy. También, las reflexiones pioneras animalistas, de 1944, del mismísimo Wenceslao Fernández Flórez, inspirador de este bosque animado y habitado. Además, el educador ambiental y geógrafo, David Gutiérrez Ferreiro nos ilustra con la presencia del maestro en Educación Ambiental y también geógrafo Nacho Ibarra en “La Cobertura del Bosque”. Club de la Hojarasca: Rodrigo Suárez, Alvaro Soto y José Manuel Sebastián.

Si tu pensamiento no está falseado por una apetencia incontrolada, se puede llegar a reconocer que ha sido, precisamente, la elevación del conocimiento, también, por supuesto, de la sensibilidad, lo que nos ha llevado a las cuatro generaciones de derechos universales, entre los que asoman ya los de los animales. La UNESCO en 1977 proclamó estos derechos, a la cabeza de los cuales, figura el más fácil de entender: el que los animales tienen a no morir sufriendo, torturados y menos como diversión. Y casi sin excepciones, los filósofos de la ética están de acuerdo en que es un mal moral, el causar el causar dolor y muerte, intencionadamente y con regocijo, a otro ser. Seamos filósofos y filósofas de nuevo, activistas, animalistas con alma, ecologistas, hijos e hijas de la tierra que hemos acordado llamar animales. Somos animales… Hoy ¡Animal, animal, animal!

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