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Cannes 2024: resumen y favoritos para una Palma de Oro incierta que se debate entre lo gamberro y lo político

  • Anora, de Sean Baker, y The seed of the sacred fig, del iraní fugado Mohammad Rasoulof, favoritas
  • La española Karla Sofía Gascón, una de las favoritas para el premio mejor actriz por Emilia Pérez

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Festival de Cannes 2024: resumen y películas favoritas para una Palma de Oro
Imágnes de 'Anora', de Sean Baker, y 'The seed of the sacred fig', de Mohammad Rasoulof.

Que el Festival de Cannes 2024 volaba un poco más bajo que el de 2023 se ha repetido prácticamente desde el primer día. Y, sin embargo, el buen cine ha terminado proyectándose con un puñado de grandes películas a última hora que abren una incógnita sobre la Palma de Oro que anunciará este sábado (a partir de las 18:45 en la gala de clausura) el jurado que preside Greta Gerwig y del que forma parte J.A. Bayona.

Nueve personas deciden los siete premios (Palma de Oro, Gran Premio del Jurado, mejor dirección, mejor guion, mejor actor, mejor actriz y Premio del Jurado) del festival más importante, hecho que no conviene olvidar porque el consenso es limitado y proclive a las sorpresas. J.A. Bayona decía en una entrevista con RTVE que lo importante “era el cine y no lo coyuntural”, pero la coincidencia de ambas en The seed of the sacred fig, del iraní condenado y fugado de Irán, ha puesto patas arriba las quinielas. Repasamos lo mejor de doce de días de competición.

Anora, de Sean Baker

La película con más consenso a su alrededor. Y eso que Anora era una mezcla de tonos que podía despeñarse a la mínima, pero todo funciona en la comedia romántica salvaje de Baker, que no se desprende de su vocación de cine social hacia los marginados, pero que por primera vez retrata a la élite económica para satirizarla.

‘Pretty Woman filmada por Tarantino’ se ha utilizado para definirla, pero la película solo le pertenece a Baker porque el cineasta estadounidense no renuncia al cariño hacia sus personajes. Casi un clásico instantáneo, una cinta con mucho recorrido en salas, que acompaña a una escort que inicia una relación con el hijo de un oligarca ruso en Nueva York.

The seed of the sacred fig, de Mohammad Rasoulof

Cannes programa las películas con más opciones en sus días centrales, pero el gran golpe llegó el último día con Mohammad Rasoulof, cineasta iraní crítico con el régimen de su país que ha sido condenado a ocho años de cárcel y cuya fuga de Irán se anunció en los primeros días del festival.

Lo extracinematográfico parecía llevarse todo por delante, pero The seed of the sacred fig es un drama familiar ambientado en las revueltas tras la muerte de una joven detenida por no llevar al velo en 2022, que ha conmovido al festival. Un puñetazo emotivo y contundente, una película canónica sobre el presente de Irán.

Emilia Pérez, de Jacques Audiard

La favorita para la chauvinista crítica francesa es el giro del habitualmente contundente Jacques Audiard con una propuesta insólita: un musical en español sobre un narcotraficante mexicano que inicia su cambio de género a mujer. Melodrama almodovariano cantado, la explosiva mezcla funciona, aunque suene más original de lo que realmente es y como musical no es novedoso.

La actriz española Karla Sofía Gascón es una de las favoritas para mejor actriz por su papel de narcotraficante trans si Emilia Pérez no consigue un premio más importante (no es posible acumular dos premios por las normas del festival).

As we imagine light, de Payal Kapadia

La directora india Payal Kapadia se aleja de la experimental de su anterior obra documental para retratar a Prabha (Kani Kusruti), una enfermera de Bombay que sueña con la vuelta de su marido que se ha instalado en Alemania para trabajar en una fábrica. La película es un triple homenaje de mujeres cuidadoras con un tono agridulce de película indie envuelto en la atmósfera nocturna la de la ciudad.

Kapadia tira por un realismo humanista, pero no olvida su vena poética. La película es la primera de una cineasta india en competir en Cannes y la favorita para la prensa anglosajona.

Bird, de Andrea Arnold

La cineasta británica vuelve a su registro de mejor cine social inglés, pero le aplica capas de lirismo e, incluso, fantasía. También mucha música de brit-pop de los 90 (Blur, Coldplay) que insuflan buen rollo a lo que no deja de ser un drama social de desamparados sobre la amistad de una adolescente de familia desestructurada con un adulto. Arnold ya ha ganado en Cannes tres veces el Premio del Jurado (Red Road, Fish Tank y American Honey).

Grand Tour, de Miguel Gomes

Cannes programa con cuentagotas las obras más experimentales, pero en Cannes ha fascinado la mayor de ellas (junto a Caught by the tides, de Jia Zhangke). Grand Tour, del portugués Miguel Gomez. El director de Tabú propone el viaje de un hombre a comienzos del siglo XX: un inglés huye de su compromiso con una mujer mientras recorre el sudeste asiático. Lo que comienza como una cinta de época pronto se cubre con imágenes actuales: es la mirada de un occidental en todo caso que fluctúa por los dos tiempos. Película bisagra, la segunda parte acompaña el recorrido de ellas tras sus pasos.

The substance, de Coralie Fargeat

O la película más punki del festival. En la línea de Titane, pero más juegetona, Coralie Fargeat arma una película de horror sobre el star system y la obsesión de la sociedad moderna por la eterna juventud. Grotesca y sangrienta, Demi Moore y Margaret Qualley protagonizan la fábula más loca y bestia sobre la cosificación del cuerpo femenino.

Como Julia Ducournau, Fargeat es heredera David Cronenberg, presente en Cannes con The shoruds con la historia de un hombre de negocios que inventa un dispositivo para conectarse con los muertos.

Sorpresas y decepciones

Tras la gran decepción del regreso de Francis Ford Coppola con Megalópolis, o la fallida Oh, Canada, de su compañero generacional Paul Schrader, Cannes también ha traído versiones menores de dos grandes nombres del cine actual como Yorgos Lanthimos (Kinds of kindness) o Paolo Sorrentino (Parthenope).

El festival ha tenido un buen nivel medio en películas como el cine social de Diamant Brut, de la debutante Aghate Riedinger, sobre una adolescente adicta a las redes sociales y la estética como camino para llegar a la fama; o The girl with the needle, turbio cuento oscuro sobre el tráfico de bebés del sueco Magnus Van Horn.

The apprentice, de Ali Abassi, sobre el ascenso de Donald Trump, y Limonov, de Kirill Serebrennikov, acercamiento al inclasificable escritor ruso, ilustraron la dificultad de los biopics para escapar de los convencionalismos del género.

Finalmente, como suele ocurrir, el cine francés ha competido con algunas películas que difícilmente pueden justificarse sino por su nacionalidad: Marcello mio, de Christope Honoré; The most precios of Cargoes, de Michel Hazanavicius; o L’amour ouf, de Gilles Lellouche.