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Más de 200 personas han muerto ahogadas en lo que va de año: "Sin formación es muy difícil sacar a alguien"

  • El ahogamiento es la tercera causa de muerte por traumatismo no intencional en el mundo, según la OMS
  • En el año 2022 causó el fallecimiento de 394 víctimas en España, la mayoría en espacios acuáticos sin vigilancia

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Un salvavidas cercano al mar
El Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos se celebra cada 25 de julio desde 2021

Son la tercera causa de muerte por traumatismo no intencional en el mundo y, en lo que llevamos de año, ya se han cobrado la vida de más de 200 personas en España. Los ahogamientos, según la Organización Mundial de la Salud, son “un problema de salud pública altamente prevenible” que, además, tiene impacto en todos los países. A datos de 2019, la organización calcula que mueren al año unas 236.000 personas por esta causa en todo el mundo, de ahí la importancia del Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos, que se celebra cada 25 de julio desde 2021.

Centrando el foco en lo local, en un país turístico como España, -en el que gran parte del ocio se realiza en playas y piscinas durante el verano-, se sigue cobrando vidas, muchas de corta edad como la del menor de diez años, vecino de Bilbao, que falleció ahogado el pasado miércoles 20 de julio en las piscinas municipales de la localidad burgalesa de Poza de la Sal.

Este verano apunta a récord de muertes por ahogamiento en el agua

Y es que “las probabilidades de morir ahogado son mucho mayores que las de morir en un accidente de tráfico”. Lo dice a RTVE.es el director de la escuela Española de Salvamento y Socorrismo, Alberto García, que pertenece también a la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS).

“Mucha gente se ahoga porque no quiere llamar la atención pidiendo ayuda”

En este punto cabe preguntarse qué implica un ahogamiento. El propio García explica que se trata de “una asfixia reversible o irreversible causada por la sumersión o inmersión en el medio acuático”. El director pide que no se confunda con el llamado “corte de digestión”, aunque también puede derivar en un ahogamiento “cuando el síncope se produce en el interior del medio acuático”.

Son muchas las cosas que pasan en el organismo cuando decidimos sumergirnos en el agua. Según asegura el médico adjunto de Urgencias del Hospital Universitario de A Coruña, Adrián Rosende, “a medida que vamos reteniendo la respiración, el oxígeno se va empezando a consumir poco a poco” y cuando estamos en complicaciones “nuestro cerebro nota los signos de la hipoxia y empieza a generar adrenalina” para forzar al cuerpo a salir a la superficie.

Por ello, es peligroso -y no es fácil- acercarse a una persona que se está ahogando, ya que, según el médico, “si no tenemos la formación especializada, la persona que tiene una descarga de adrenalina puede arrastrarnos hacia abajo”. Tras esa adrenalina, si no conseguimos salir a la superficie, “nuestro cerebro nos lleva a la hipoxia”, acabamos “perdiendo el conocimiento” y, después, “a la muerte por asfixia”.

Los expertos piden extremar las precauciones para prevenir ahogamientos en piscinas y playas

El socorrista y rescatador con diez años de experiencia en las playas de España, Joaquín Acedo, asegura a RTVE.es que lo más difícil para una persona en apuros es “la gestión del estrés”. Nos ponemos nerviosos y, en una corriente, intentamos "nadar hacia la orilla, a través del camino más corto y en línea recta”, algo que, en su opinión, es un error, ya que nos hace estar más atrapados.

Si nos encontramos con la suficiente fuerza “pediremos ayuda, levantaremos la mano y gritaremos”, dice Acedo, pero las fuerzas son limitadas y, muchas veces “no queremos llamar la atención”, por eso la gente “lucha y nada contra la corriente”. "Mucha gente se ahoga así, sin pedir ayuda”, asegura, y todo ello puede darse en cuestión de cinco minutos, según el tiempo-barrera de ahogamiento que marca el médico del Hospital de A Coruña.

Imprudencias, accidentes o patologías, principales causas del ahogamiento

Atendiendo a las cifras de la RFESS de 2022, año en el que murieron 394 personas por ahogamiento en nuestro país, la mayoría lo hizo en playas (217 personas), seguidas por otros lugares acuáticos (71), los ríos (54) y, por último, las piscinas (52). Son más hombres los que se ahogan que mujeres, con 315 víctimas masculinas frente a 76 femeninas, y la mayoría de incidentes (183) tuvieron lugar en espacios acuáticos sin vigilancia.

Sobre los perfiles donde más ahogamientos fatales se producen, hay tres grupos principales según edad. El primero es de niños menores de tres años, en los que “el reflejo glótico no está tan maduro" y puede bloquear “completamente el paso de aire", afirma el médico de Urgencias Adrián Rosende.

Más de 210 ahogados en lo que va de año: casi un 60 % más que en el primer semestre de 2021

Después, tal y como afirma el especialista, se encontraría el grupo de entre 15 y 25 años, donde las causas principales son “o por imprudencias o por consumo de alcohol y de drogas”. Y el último se encuentra ya en ancianos mayores de 65 años que tienen otras patologías: “Por ejemplo un diabético al que le da un bajón, queda inconsciente cuando el agua le da por las rodillas y se acaba ahogando”, destaca el especialista.

Hay tres grupos de edades principales donde se produce la mayor parte de los ahogamientos fatales

En cuanto a las causas, el profesor en la Escuela Segoviana de Socorrismo, Luis Miguel Pascual, afirma que, el baño “quizá se hace de manera inadecuada”, pero asegura que es algo que “hay que matizar”, ya que las causas pueden ser muchas.

Según Joaquín Acedo, estas pueden ser dos. La primera pasa por “ahogamiento como patología primaria”, en el que "las condiciones del mar o del entorno te superan”, también por no tener "una buena habilidad en el agua”, o por meterse "donde hay una corriente”. Y la segunda tiene que ver con lo que hablaba Rosende del grupo de mayor edad, el llamado ahogamiento como patología secundaria.

Llegados a este punto, el representante de la RFESS, Alberto García, suma otros motivos como “traumatismos tras zambullidas en aguas poco profundas, prácticas deportivas, caídas en el medio acuático sin saber nadar o accidentes por falta de vigilancia”, estos últimos muy habituales en niños.

Se trata, en su mayoría, de un accidente "silencioso"

Muchas personas tienen en su imaginario que, alguien que se está ahogando, grita, chilla o chapotea. Esto no tiene por qué ser así, de hecho, la mayor parte de la gente no lo hace. Según el profesor en socorrismo Luis Miguel Pascual, “esa persona está debajo del agua con la cara tapada intentando sacarla para poder respirar”, por ello “intenta empujar hacia arriba en un movimiento como si subiera una escalera de mano”. Pascual que, además de ser profesor, es responsable del proyecto ahogamiento.com, ha recogido datos -a través de las noticias en medios de comunicación- desde 2013 hasta 2020 sobre ahogamiento en España.

La cuestión de la “escalera invisible” también la destaca Alberto García, que asevera que “el ahogamiento es silencioso” ya que, cuando la víctima logra salir del agua por momentos, “lo aprovecha para respirar”.

Otras respuestas motoras instintivas del ahogamiento son que la persona "se encuentre debajo de la superficie del agua de manera intermitente”; que tenga “la mirada casi perdida” o que mire “hacia arriba”; o tener “los ojos cerrados y el pelo en la cara”. También podemos saber que alguien está en apuros cuando extiende sus brazos “para intentar apoyarse y elevarse”.

Mantener la calma y llamar a emergencias, los dos primeros pasos para ayudar

Lo primero que debemos hacer si somos nosotros los que estamos sufriendo un ahogamiento es “mantener la calma” e intentar flotar, tal y como afirma el socorrista y también rescatador de Salvamento Marítimo Joaquín Acedo. Esto último es importante, ya que flotando se gasta “mucha menos energía que luchando contra el mar” y, a partir de ahí, se debe pedir ayuda.

Debemos mantener la calma y saber gestionar que lo que tenemos que hacer realmente no es salir, es flotar

Si no somos nosotros los que estamos en apuros, lo principal es también “pedir ayuda”, según Alberto García, al igual que afirma el médico Adrián Rosende, manteniendo la calma para darle a los servicios de emergencias todos los detalles. Y es que no es tan fácil sacar a alguien del agua, ya que los ahogamientos son de los accidentes “que más víctimas secundarias conllevan”. Muchos son los ejemplos de personas que han muerto al intentar rescatar a otra del agua.

"Si no estás formado y no tienes el material adecuado, es muy difícil sacar a alguien”, afirma Rosende, ya que, “vas a tener los brazos inutilizados agarrando a esa persona o al flotador y vas a tener que salir de la corriente solo con tus piernas llevando los kilos de la otra persona”. Por tanto, rescatar a alguien sin formación ni medios “es casi imposible”, dice, al tiempo que aconseja que lo mejor es no ponerse en peligro.

¿Cómo debemos actuar en caso de presenciar un ahogamiento en una piscina?

Aunque a este respecto hay excepciones, como la de una persona desvanecida en la orilla por causas naturales, que se puede intentar levantar, o un niño pequeño en una piscina, al que podríamos “sacarlo inmediatamente del agua” según Luis Miguel Pascual.

Si estamos en un medio natural sin vigilancia, tras pedir ayuda al 112, podemos lanzarle a la víctima "algún flotador o salvavidas” si lo hay, o "un palo largo o toalla” para que se intente agarrar, asevera Rosende. Y, si logra salir o podemos sacarla y vemos que no respira, habría que hacerle una reanimación cardiopulmonar, clave, según Alberto García, “para la supervivencia”.

Los expertos coinciden en que la prudencia es clave contra los ahogamientos

Algo común en todas estas recomendaciones es que la prudencia es la mejor arma contra los ahogamientos. Sobre esta se basa la mayoría de recomendaciones, como la de Adrián Rosende de “no dejar a los niños sin supervisión” en el agua y enseñarles a nadar “desde temprana edad”. Aparte, el médico pide “evitar el consumo de alcohol y de drogas cuando vamos a realizar deportes acuáticos”, también “no bañarse nunca con bandera roja”, y seguir las recomendaciones de socorristas como Joaquín Acedo. Este también incide en la importancia de la prudencia y de no meterse en espacios naturales “que nos cubran” o de los que desconocemos las condiciones.

Evitar situaciones de riesgo para prevenir los ahogamientos

De los 394 ahogados en 2022, la gran mayoría (183) murieron en espacios no vigilados, por ello Luis Miguel Pascual insiste en “no bañarse en sitios sin socorrista” y recomienda chalecos salvavidas en los niños en vez de manguitos.

Por su parte, el representante de la RFESS, que añade que no hay que confiar plenamente “en el material de flotación”, como colchonetas, y que no debemos alejarnos en demasía de la orilla con estos artículos. Asimismo, recomienda García desde la institución que no se deben “practicar juegos peligrosos en el agua ni en zonas rocosas”.

"Lo primero que hay que hacer son campañas de prevención en España”

La Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS) se encarga de contabilizar, de manera oficial, las muertes por ahogamiento en España, así como de desarrollar campañas de sensibilización y prevención sobre esta problemática como la la campaña #StopAhogados.

El organismo es partidario de que, a nivel estatal, se creen acciones de este tipo para sensibilizar algo que, en la actualidad, no se está haciendo como en el caso de los accidentes de tráfico. Esta es la opinión del profesor de salvamento Luis Miguel Pascual, que considera clave, además, “introducir la prevención del ahogamiento en la escuela”.

Para el médico Adrián Rosende también se hace imprescindible “que la población reciba formación en primeros auxilios” y que esta sea actualizada para que, en situaciones como estas, no se pierdan vidas.