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¿Y si Mark Twain hubiera hecho un pacto con el Diablo?

  • Koldo Azpitarte y Mikel Bao publican El Diablo y el señor Twain, uno de los cómics del año
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Detalle de la portada de 'El Diablo y el señor Twain'
Detalle de la portada de 'El Diablo y el señor Twain'

Mark Twain (1870-1904) es uno de los escritores más famosos de la historia, gracias a obras como Las aventuras de Tom Sawyer, El príncipe y el mendigo o Un yanqui en la corte del Rey Arturo, Pero en sus últimos años pasó penurias económicas de las que lo rescató un misterioso personaje. Basándose en ese hecho real, Koldo Azpitarte (Reliquias, Cara de Ángel) y Mikel Bao (La resistencia, El Balancín) nos proponen una obra apasionante El Diablo y el Señor Twain (Dolmen editorial)

“El cómic surgió de un modo casual –nos comenta Koldo-, estaba investigando para un proyecto sobre Nikola Tesla y descubrí que había sido un buen amigo de Twain, lo que me llamó la atención, porque hay una cierta diferencia de edad entre ambos y no les hacía yo en la misma liguilla. También descubrí que, el mismo día que Tesla y Twain se habían reunido para sacar unas fotos de sus fenómenos eléctricos, Twain había cenado con Bram Stoker, el creador de Drácula”.

“Entonces pensé que había que contar esta historia –añade el guionista-. En esa época Mikel y yo colaborábamos para la revista La Resistencia y le propuse hacer una primera historia en torno a ese encuentro entre Tesla, Twain y Stoker. Una cosa llevó a la otra y al final acabamos desarrollando esta novela gráfica de ciento ochenta páginas”.

Página de 'El Diablo y el señor Twain'

El forastero misterioso

El cómic está ambientado en los últimos años de Mark Twain, cuando el escritor tiene dificultades económicas debido a sus malas inversiones. La aparición de un genio financiero de aspecto bastante siniestro, Henry H. Rogers, la relación con su esposa y su familia, y la búsqueda de una última gran obra marcarán el destino del protagonista.

El forastero misterioso, la novela póstuma de Mark Twain publicada en 1916 ha sido una de las principales fuentes de inspiración de este cómic: “Sí, es uno de mis libros favoritos –confiesa Koldo-. Y cuando comenzamos esta historia, nuestro principal objetivo era intentar profundizar en el proceso de creación de ese libro. Pero cuando comencé a escarbar, a mirar la correspondencia de Twain, su bibliografía… me encontré con que la cosa era más interesante y compleja de lo que parecía. Y gracias a eso desarrollé la historia”.

En Viñetas y bocadillos, nuestro espacio de Radio 5, podéis escuchar nuestra entrevista con con los autores del cómic

El cómic gira en torno a encuentros con personajes como Bram Stocker, Nikola Tesla, Sigmund Freud y… ¿el Diablo? “Para mí el mayor descubrimiento, cuando me puse a investigar sobre la vida de Mark Twain, fue Henry H. Rogers, un multimillonario que fue la mano derecha de Rockefeller. Un hombre hecho a sí mismo que, partiendo de la nada, se volvió uno de los hombres más ricos de Estados Unidos gracias al petróleo”.

“Me parecía –añade el guionista-,que había paralelismos entre la vida de este misterioso personaje y la de Mark Twain, que también se convirtió en el escritor americano más famoso de su época partiendo de cero. Entre estos dos hombres había un juego de espejos en el que podemos ver muchas diferencias, pero también grandes similitudes. Me pareció una forma muy interesante de abordar la compleja personalidad de Mark Twain”.

Pero… ¿Por qué decidió Koldo identificar a ese multimillonario con el mismísimo diablo: “En esa época Mark Twain era un hombre muy obsesionado por el bien, el mal, la religión y Satán. Hay muchos escritos que así lo atestiguan. En su momento, algunos de esos textos no fueron publicados porque su mujer no le dejaba, porque eran opiniones demasiado controvertidas para la sociedad de la época”.

“Yo pensé –añade el guionista-, que si Mark Twain tenía ese debate interno acerca la naturaleza del bien y el mal, cualquier persona que se hacía multimillonario partiendo de la nada era sospechoso de ser un agente del mal o incluso el mismo Diablo. Así que proyecté mis prejuicios sobre la gente que se ha enriquecido y se ha hecho a sí misma, para crear e la ilusión de ese diablo que, probablemente, está más en los ojos de quien lo ve que en la realidad”.

Página de 'El Diablo y el señor Twain'

Mucha realidad y poca ficción

El cómic se divide en doce capítulos en los que hay un poco de ficción y bastante de realidad. “Inicialmente –nos comenta Koldo-, la división de capítulos obedecía a la publicación por entregas. Por eso queríamos que cada capítulo funcionara como una historia independiente que, a la vez, hiciera avanzar la historia global”

“Además –continúa Koldo-, a la hora de afrontar la explicación de cómo era el proceso creativo de Mark Twain, lo que nos pareció más adecuado fue ir adaptando historias y fragmentos de historias de sus escritos de aquella época concreta, para que el lector tuviera una idea más aproximada de lo que nadie tiene por qué conocer a Twain cuando inicia la lectura de esta novela gráfica”.

Página de 'El Diablo y el señor Twain'

Una gran documentación bibliográfica y estética

Destacar la fantástica documentación que manejan ambos autores, lo que da a esta obra un montón de matices interesantísimos.

“Mark Twain realizó una autobiografía en vida bastante censurada -nos cuenta Koldo-, pero también dejó escrita otra autobiografía para ser publicada a los 100 años de su muerte. Por eso en 2010 se publicaron tres tomos autobiográficos de enorme tamaño y más de 3.000 páginas en los que explicaba muchos detalles de su vida sin censura, ya que las personas a las que podía ofender ya habían muerto. Es una fabulosa fuente de documentación”.

“Además –añade el guionista-, tengo otras biografías en inglés y castellano, y por supuesto toda la obra de Twain. Destacaría un libro que se titula De los manuscritos de El forastero misterioso, que nos ofrece los cuatro manuscritos que Mark Twain dejó escritos, con anotaciones acerca de su proceso creativo. Lo que nos da una idea muy aproximada de cómo trabajaba”

El dibujante Mikel Bao también ha hecho una gran labor de documentación: “Cuando Koldo me pasaba los guiones de cada capítulo incluía todo tipo de documentación gráfica que le parecía importante, pero también me dejaba mucha libertad para investigar por mi cuenta. Y al final compartimos y contrastamos muchísima información”

“Para la documentación del guion –continúa el dibujante-, Koldo ha podido manejar diez palmos estantería de libros, muchísimos más de los que ha mencionado. Y yo lo que he hecho ha sido seleccionar lo necesario, porque no quería apabullar al lector con detalles innecesarios. Me parece mucho más importante que el dibujo comunique y que los personajes sean reconocibles”.

“Para eso –añade-, he usado fotografías de los personajes de esa época en concreto. Hay algunos cuya imagen más reconocible es cuando eran mayores, como me pasó con Sigmund Freud. Cuando conoce a Twain era mucho más joven que la imagen suya que todos reconocemos. Por eso tuve que ir investigando a esos personajes en esa época concreta”.

“Pero afortunadamente hay mucha documentación sobre el tema, muchas fotografías de la época y muchas películas –asegura el dibujante- Por ejemplo, el traje con el que aparece la viuda de Barnum es el traje con el que Kate Winslet sube a bordo del Titanic, en la película de James Cameron. Solo falta la pamela. Pero insisto en que no hay que perderse en los detalles, porque corres el riesgo de no terminar nunca. Por ejemplo, si dibujas una mesa con comensales es importante saber el aspecto que puede tener la mesa, pero no preocuparse del aspecto que deberían tener los tenedores porque puedes perder la cabeza”.

Página de 'El Diablo y el señor Twain'

Un estilo de dibujo muy original

En cuanto al estilo del dibujo, Mikel Bao nos comenta que: “Es muy estilizado, muy “sencillo”, entre comillas. La idea era encontrar un estilo que me permitiese dibujar ese elevado número de páginas sin que hubiera grandes diferencias estéticas. Un estilo que sea flexible que permia que los personajes sean siempre reconocibles y que te permita realizar el cómic en un tiempo razonable. Esas son las razones de que escogiera este estilo”.

El cómic tiene una línea estética y unos colores muy originales, de los que nos habla Mikel: “El estilo es así y he elegido esos tonos ocres por dos razones. Por una parte me facilitaba mucho la tarea, en el sentido de que no tenía que tomar decisiones de color, sino que tenía que adaptarme a esa paleta, seguirla y sacarle el máximo partido posible”.

“Y la segunda razón es que esos colores remiten mucho al aspecto que podía tener un libro de esa época –añade Koldo-. Obviamente, en esa época solo existen los cómics de prensa, pero sí que remite un poco a la idea, de ese papel de la época. Por eso también hemos usado un papel que no es blanco sino un poco ahuesado. Resumiendo, queremos que parezca un libro de esa época, un libro antiguo. Todo el diseño, desde la portada al propio aspecto del libro, va en esa idea. Empezando por la división por capítulos, ya que en esa época muchas novelas se publicaban por entregas en revistas y luego se recopilaban en libros”.

Una gama cromática que, en un momento determinado, cambia por completo, por necesidades dramáticas. “La gracia de utilizar una misma gama de colores es que, cuando te apartas de ella, obviamente señalas que es por un motivo –asegura el dibujante-. Lo lógico es que el color no cambie simplemente porque sí, sino que haya una razón narrativa”.

“Si te fijas en el trabajo de la gente que controla realmente el tema del color –concluye el dibujante-, en el cómic el color siempre es más narrativo que realista. Es decir, se trata de que el color también comunique cosas algo. Y en este caso ese cambio de color tiene un sentido narrativo muy determinado”.

Otra de las cosas más llamativas es que todas las páginas llevan un recuadro: “La idea es utilizar ese recurso para remitir también a ese aspecto de libro de época –añade Mikel-. Ese motivo se repite en el diseño de todo el libro, Incluyendo la portada y la contraportada. Digamos que es una manera de unificar todo el diseño del libro”.

Imagen de 'El Diablo y el señor Twain'

Un sorprendente desenlace que redondea un gran cómic

Destacar el sorprendente último capítulo. “Más que un desenlace sorpresivo –asegura Mikel-, lo que hace es rematar la historia, cerrar las tramas de los otros capítulos que nos han dirigido hasta ese momento. Por eso es el capítulo más largo y en el que hay ese cambio estético que rompe un poco la historia. Pero la clave no es tanto un final sorpresa sino redondear todas esas cosas que se han ido insinuando a lo largo del libro”

“El cómic –añade Koldo-, podía haber funcionado simplemente como un ensayo biográfico, como un retrato de época. Pero cuando nos pusimos a darle vueltas a la naturaleza del personaje de Rogers, a la lucha interna que mantiene Mark Twain con su alter ego… Ahí nos dimos cuenta de que la obra podía dar un salto hacia arriba, es decir, podía ayudarnos a profundizar en una reflexión que verdaderamente fuera personal nuestra, que no fuera simplemente una traslación biográfica, sino en la que ejerciéramos una pequeña tesis acerca de la naturaleza del proceso creativo y la dualidad de la imagen pública y la imagen privada”.

Portada de 'El Diablo y el señor Twain'

Sus proyectos

En cuanto a sus proyectos, Koldo Azpitarte nos asegura que: “En el proyecto sobre Tesla que derivó en Twain estaba trabajando con Ángel Unzueta, con el que ya hice Cara de ángel o Reliquias. El problema es que Unzueta está liadísimo con Marvel, dibujando grandes colecciones como Iron Man. Tenemos ya apalabrado el proyecto para una miniserie de cuatro números, con una editorial americana. Hay un cómic entero hecho y el guion está prácticamente terminado, pero dependemos de la agenda de Ángel. Esperemos que no tarde mucho en salir”.

“Además, Mikel Bao y yo –añade el guionista-, tenemos otro proyecto en marcha. La estructura de guion está armada y estamos en el proceso de diseño de personajes. Calculo que de aquí a un año estará listo. La protagonista es una mujer española del siglo XX, una persona real que también tuvo una vida muy azarosa y conoció a gente muy interesante. A mí me sorprendió muchísimo cuando estaba investigando sobre ella y creo que a la gente también le sorprenderá”.