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Violencia de género

El 25% de las adolescentes ha sufrido violencia psicológica o de control en pareja: "Me decía que era por amor"

  • Un informe de Save The Children alerta de las graves consecuencias de ese tipo de violencia entre chicos de 16 y 17 años
  • A la ONG le preocupa la normalización e invisibilización de las violencias machistas, así como del extendido negacionismo
  • El 016 es el teléfono de atención a las víctimas de violencia machista, es gratuito y no deja huella en la factura

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La normalización de la violencia de género y la repetición de roles sexistas están presentes entre adolescentes.
La normalización de la violencia de género y la repetición de roles sexistas están presentes entre adolescentes.

"Yo siempre asociaba la violencia de género como algo de adultos, la típica madre con hijos, y no me imaginaba que se pudiera dar también entre adolescentes, en personas como yo”, dice Carla, una joven que empezó a sufrirla cuando tenía 13 años y a la que le costó mucho tiempo reconocerse como víctima. También Alba vivió una experiencia similar con su pareja cuando tenía 15 años: "Mi relación siempre estuvo marcada por el maltrato psicológico, sobre todo amenazas. Me decía que era por amor, porque él me protegía".

Ambos testimonios han estado presentes este martes en la presentación de "No es amor", el último informe de la ONG Save the Children, que analiza las políticas, estudios y datos existentes en España sobre violencia de género entre adolescentes y alerta de las graves consecuencias de la violencia psicológica y de control que sufren 1 de cada 4 adolescentes de 16 y 17 años, según los datos recogidos por la Macroencuesta de Violencia de Género del Ministerio de Igualdad (2019).

"Nos preocupa, y mucho, que casi el 25 % de las adolescentes (24,9 %) reconozca que han sufrido violencia psicológica o de control. Y, si cabe, todavía nos preocupa más el negacionismo que existe entre los adolescentes respecto a la violencia machista", ha señalado Andrés Conde, director general de la ONG.

"Yo no me sentía ninguna víctima de nada"

La violencia psicológica y de control, por tanto, es la que sufren con más frecuencia las adolescentes. Sus parejas les dicen qué pueden o no pueden hacer, controlan sus horarios, impiden que vean amigos o familiares o deciden cómo tienen que vestirse. Además, es muy frecuente que el control se ejerza a través de las redes sociales.

"Yo nunca me sentí una victima de violencia de género, primero porque no sabía realmente lo que era. Yo no empiezo a conocer el término violencia de género hasta que no lo escucho en los medios y veía que eso solo pasa en mujeres adultas, que eran ellas quienes son asesinadas por parejas o exparejas", cuenta Alba durante la presentación telématica del informe de Save the Children.

Han pasado más de diez años desde que pudieron alejarse de la violencia machista, pero recuerda bien su desconocimiento y su sensación de desprotección. Nadie le había enseñado, dice, que un maltrato psicológico también es un tipo de violencia de género.

"A mí nunca me puso la mano encima, salvo en una ocasión en la que yo no queria seguir con él. Me convenció de ir a su casa y me acuerdo de que nunca cerraba con llave y esa vez sí. Intentó mantener relaciones conmigo. Yo no quise y entonces me agarró del cuello. Me dijo que si no iba a ser la ultima vez. Con todo eso yo no me sentia que fuera ninguna víctima de nada y me sentía culpable porque creía que había provocado esas situaciones", recuerda la joven.

Se muestra convencida a día de hoy de que las familias y los educadores pueden ayudar a que las chicas jóvenes identifiquen que esas actitudes que son reprobables y denunciables: "Pueden aprender que eso no es amor, es una violencia", subraya.

La ONG sostiene que las adolescentes quedan fuera del foco de campañas y recursos

Respecto a los motivos por los que hay que abordar la violencia machista hacia las adolescentes "de manera distinta" y específica, Conde menciona que se trata de una etapa vital de "especial vulnerabilidad" en la que las redes sociales tienen un enorme protagonismo porque "facilitan el ejercicio de la violencia a distancia". Además, alude a la influencia determinante de la pornografía en estas edades (un 71% de chicos varones y un 28 % de chicas la ve habitualmente) y a la elevada prevalencia de la violencia de control y de la violencia sexual .

El informe señala que la normalización de la violencia de género y la repetición de roles sexistas se mantienen entre adolescentes y sostiene que quiene sufren estos tipos de violencia se encuentran "barreras" para acceder a servicios de atención integral que aúnen tanto la perspectiva de infancia como la de género.

"Debemos contribuir a cambiar ese paradigma. La violencia hacia la adolescencia y la violencia de género confluyen y, como tal, la perspectiva ha de ser integradora. De no ser así, seguiremos abordando esta problemática de forma parcial e invisibilizando a las adolescentes que sufren este tipo de violencia", asegura Catalina Perazzo, directora de Incidencia Social y Políticas de Infancia de Save the Children.

Esta problemática conlleva, además de la inexistente integración de ambos enfoques, la falta de confidencialidad dependiendo de si la adolescente tiene más o menos de 16 años, la necesidad de denuncia para acceder a ciertos servicios o la escasez de formación y de recursos especializados. La organización ha constatado que las niñas y jóvenes menores de 18 años quedan en gran medida fuera del foco de las campañas y recursos contra la violencia de género, pero también de las centradas en la prevención de la violencia hacia la infancia y la adolescencia, produciéndose una mayor invisibilización de sus circunstancias.

De las más de 29.000 víctimas de violencia de género con medidas de protección y/o cautelares, registradas por el Instituto Nacional de Estadística en 2020, 514 eran menores de 18 años. Save the Children insiste además en la necesidad de que los y las adolescentes de entre 13 y 17 años sean identificados como colectivo específico en los estudios y las encuestas realizadas por los organismos oficiales para conocer la magnitud del problema: por ejemplo, la Macroencuesta de 2019 solo contabiliza casos a partir de los 16 años.

Los datos recogidos por la Macroencuesta de 2019 también indican que el 6,2% de las adolescentes de 16 y 17 años han sufrido violencia física por parte de parejas o exparejas, el 6,5% violencia sexual, el 16,7% violencia emocional y el 24,9% violencia psicológica o de control.

Alertan de que el negacionismo se está extendiendo entre adolescentes

La ONG también considera preocupantes los datos del último Barómetro Juventud y Género de la Fundación FAD que señala que 1 de cada 5 chicos de entre 15 y 29 años considera que la violencia de género no existe. “Si bien hemos avanzado mucho a lo largo de los años, vemos que todavía queda mucho por construir y es una tarea más compleja cuando se cruza la violencia contra la infancia y la de género. El negacionismo de la violencia de género se ha extendido, tomando un mayor protagonismo. Si negamos las causas que provocan la violencia, se volverá mucho más difícil luchar contra ella”, insiste Perazzo.

Asimismo, Save the Children considera vital la prevención de la violencia de género en edades tempranas para evitar situaciones de violencia tanto durante la adolescencia como en la edad adulta. Trabajar con los y las adolescentes es fundamental para que dejen de normalizar roles y relaciones que perpetúan la desigualdad y la violencia, y que consideren deseable y beneficiosa la igualdad de género.

Desarrollo de la Ley de Protección de la Infancia frente a la violencia

Save the Children pide que esta problemática se aborde "desde las actuales herramientas legales con las que se cuenta", teniendo como principal la Ley Orgánica de Protección Integral de la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia, aprobada este año.

Para que esto ocurra, la organización pide una dotación presupuestaria mayor que la reflejada en el actual proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado: "Debería contemplarse partida de 155 millones de euros. Ahora mismo, según el borrador, las partidas previstas para atención a la infancia y familias respecto a la violencia de género incluyen medidas para desarrollar esta ley, pero siguen sin ser suficientes", ha señalado Perazo.

“Necesitamos que la Ley Orgánica de Protección Integral de la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia despliegue todas sus medidas a todos los niveles administrativos. Esta ley, que nos ha situado a la cabeza a nivel mundial en legislación de protección a la infancia, no puede convertirse en papel mojado. Para ello, se debe elaborar ya la Estrategia de Erradicación de Violencia contra la Infancia, que pueda dotar de medidas de prevención, la detención temprana y la atención integral”, añade la directora de Incidencia Social y Políticas de Infancia de la organización.

Entre las medidas clave dentro de la esta Ley, Save the Children considera fundamentales para la lucha contra la violencia de género entre adolescentes la educación afectivo-sexual desde edades tempranas, el uso seguro y responsable de los entornos digitales, el desarrollo de recursos de atención integral con enfoque de infancia y adolescencia y de género y las políticas de salvaguarda y protocolos de detección y actuación en escuelas con perspectiva de género. También pide impulsar y reforzar los programas de reeducación para adolescentes agresores, establecer mecanismos de denuncia seguros confidenciales, desarrollar registros para la recopilación de datos específicos y, por último, adaptar el sistema judicial a las necesidades de la adolescencia.

En este sentido, instan a que la sociedad revise de manera crítica cuestiones mitos del amor romántico y todo lo que conllevan para la juventud, arquetipos que llegan a normalizar conflictos y conductas violentas, como la entrega total, “el amor lo puede todo” o los celos como expresión del amor.

El respeto a las llamadas “nuevas masculinidades” también son cruciales para, según Save the Children, derribar las barreras y la presión social y de grupo que sienten los adolescentes. Asimismo, insiste en que se necesitan dar a chicos y chicas modelos de comportamiento y relación que poder y desear reproducir.

De forma paralela al informe 'No es amor', la ONG lanza también una guía Coeducar en familia para ayudar a madres y padres a educar en igualdad, así como un curso para padres y madres. También ha puesto en marcha una recogida de firmas para exigir al Gobierno que se invierta en prevención de la violencia en la adolescencia.