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Mario Casas: "'Contratiempo' ha sido para mí como hacer el teatro que nunca he hecho"

  • El actor protagoniza el thriller Contratiempo, segundo largometraje de Oriol Paulo
  • RTVE.es entrevista al director y al actor y a Ana Wagener y José Coronado
  • Duelo de Casas y Waneger en este homenaje a los clásicos del cine de misterio

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Mario Casas protagoniza el thriller 'Contratiempo', la nueva película de Oriol Paulo

Adrián Doria (Mario Casas) es el personaje principal de Contratiempo, un joven empresario de éxito que goza de una gran reputación y reconocimiento, felizmente casado y con una preciosa hija. Pero, el arranque del segundo largometraje de Oriol Paulo (El cuerpo, 2012), lo sitúa en una habitación de hotel en la que aparece asesinada su amante, Laura (Bárbara Lennie).

Acusado de este asesinato, del que se declara inocente, el exitoso empresario contrata los servicios de Virginia Goodman (Ana Waneger), la mejor preparadora de testigos del país. En el transcurso de una noche, ambos trabajarán para encontrar una duda razonable que le libre de la cárcel, pero la aparición de un nuevo testigo de cargo (José Coronado) amenaza con destrozar la estrategia de la defensa obligándoles a recomponer a contrarreloj las piezas de un puzle imposible.

Mario Casas y Bárbara Lennie en una secuencia de la película.

La segunda película del guionista y cineasta barcelonés, que se estrenará el 6 de enero, es un "thriller con tintes judiciales" que pretende rendir "homenaje" a los clásicos del cine de misterio partiendo de las "novelas de cuartos cerrados" que presentan una habitación herméticamente cerrada por dentro de la que es imposible entrar o salir, pero en la que, sin embargo, se ha cometido un asesinato, explica en una entrevista con RTVE.es el director, que con su primera película fue nominado al Goya a mejor dirección novel y que cita como referentes literarios del género a John Dickson Carr, Agatha Christie, Edgar Alan Poe, Conan Doyle y G.K. Chesterton.

"Me apetecía jugar un poco con estos elementos, pero darles un poco una dimensión más humana y meter en la historia a cuatro personajes y hacer un caleidoscopio de ellos y contar sus vidas y miserias y porqué se produce este misterio dentro del cuarto cerrado", afirma Paulo, quien lamenta que en los últimos años "el género de misterio haya quedado un poco enterrado por el de terror".

El también guionista de Los ojos de Julia (2010) confiesa que está "cansado" de que el cine de terror se haya convertido en "un cine de efecto" que repite la fórmula de la "suma de sustos" y en el que apenas hay "propuestas nuevas y sorprendentes". "Me dan mucho aire películas como Perdida, de David Fincher, que de repente es una apuesta pura y dura por el cine de misterio y un claro homenaje a Patricia Highsmith, y cuando uno vibra con algo te preguntas por qué y al final vas ahí", abunda el cineasta de 41 años sobre el origen de Contratiempo, que reconoce que estéticamente tiene como referente la última película del director estadounidense por su apuesta por el "naturalismo". En el plano narrativo, además de las novelas de Christie, los referentes son Muerte de un ciclista (1955) y Laura (1944).

Celebramos el aniversario de uno de los títulos míticos del cine negro, dirigido por Otto Preminger, en 1944, y protagonizado por Gene Tierney, Dana Andrews y Vincent Price

El personaje "más difícil" de Mario Casas

Para componer el puzle de Contratiempo, Paulo ha escrito cuatro personajes con numerosos matices. En el caso de Mario Casas (Mi gran noche, La mula), el actor gallego reconoce que se ha enfrentado al "personaje más difícil" de su carrera, pero tuvieron tiempo en los dos meses anteriores al rodaje de preguntar mucho al director sobre la personalidad de cada uno de los protagonistas y trabajarlos en los ensayos.

"Adrián tiene múltiples personalidades. Es un personaje rasgos psicopáticos, esta gente con poder y dinero que está arriba y que no tiene problema en pisar a nadie para llegar a diferentes sitios. Y, dependiendo por dónde va la situación y por dónde lo lleva Virginia Goodman, él va a tender a convertirse en diferentes cosas: en manipulador, un tío atractivo, un tío bueno… Es un personaje un poco cebolla que tiene muchas capas y que Virginia va a intentar ir quitando para descubrir quién hay debajo. Todas esas capas hay que construirlas desde la inocencia, porque al final es un tipo inocente, y como construcción es un personaje difícil y complicado por todo lo que pasa en la película", dice Casas, que reconoce a RTVE.es lo dificultoso que es también hablar de su personaje sin "destripar la película", cuya premisa debe ser "que no te la cuenten".

Ana Waneger y Mario Casas en 'Contratiempo'.

Wagener, ganadora del Goya en 2012 a mejor actriz de reparto por La voz dormida, explica sobre Virginia Goodman que se trata de una preparadora de testigos "impecable". "Es un mujer que no deja margen al error, asertiva, observadora y para quien el detalle es fundamental porque, como dice, 'la verosimilitud se encuentra en los detalles'. Y cuando ve a Adrián tiene enfrente a alguien que está a su mismo nivel, dos triunfadores cada uno en su campo, y ahí comienza un pulso vertiginoso hasta el final de la película", explica la intérprete.

El de Victoria Goodman es un personaje fundamental en la trama, lo que le ha supuesto una "grandísima responsabilidad" y una preparación "muy exigente" a la actriz canaria, que confiesa sentirse "muy afortunada" por haber sido la "elegida" para encarnarlo. "Creo que también es una gran estratega, al igual que Adrián. Y entre ellos hay un duelo como los del clásico Oeste pero en este caso la pistola es el verbo. A mí me parecía absolutamente apasionante, porque no es una balanza descompensada, sino absolutamente compensada, y lo que va pasando es que la temperatura va subiendo, y esto al espectador le tiene continuamente activo porque no puede perder la atención en los detalles", cuenta emotivamente la también actriz de cintas como Vulcania y El Bola, que alaba el guion de Paulo, que califica de una "joya" para la que, como actores, había que "estar a la altura".

En esto coincide también Casas, que subraya el "talento innato" de Oriol Paulo para dirigir y escribir: "Es un tipo que sabe manejarte desde la sencillez y el darte las teclas justas en los momentos necesarios, sobre todo durante el rodaje. De repente antes de empezar una secuencia te venía con un mp3 y te pedía que escuchases una canción o te enseñaba una foto de una carpeta... es un tío muy especial. Yo no he hecho teatro nunca y para mí ha sido como hacer teatro, porque al final era sentarme en una mesa con Ana y Oriol y trabajar un poco como normalmente se trabaja en el teatro, dentro de esa habitación, que es un poco un escenario, una obra de teatro. Para mí ha sido muy especial y muy gratificante y he aprendido muchísimo en todos los sentidos", asegura el actor de 30 años que se dio a conocer hace diez años con la serie Los hombres de Paco.

El cargador de actores

El tercero de los cuatro personajes centrales es el de Tomás Garrido, que interpreta el veterano José Coronado (No habrá paz para los malvados, La caja 507) y que el propio actor dice que es el "contratiempo" del personaje de Casas y lo define como "un buen hombre, humilde, tenaz y justiciero que quiere que salga la verdad por encima de todo".

Y en el diagnóstico del buen hacer del director de la película coincide con sus compañeros Coronado, que además repite bajos sus órdenes: "Es un tremendo cargador de actores. En El cuerpo me lo demostró y ahora se ha superado. No tiene miedo a ninguna pregunta que el actor pueda hacer sobre los personajes porque los lleva perfectamente entendidos en la cabeza y además tiene la facultad de saber transmitirlos".

Por su parte, el aludido, reconoce que ha sido "más difícil" hacer esta segunda película que la primera porque dice "sentir la presión" de tener que "superar la primera".

El director Oriol Paulo y Mario Casas en un momento del rodaje.