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El Prado conmemora el 150 aniversario del nacimiento de Simonet con una pequeña muestra

  • Se expone su obra más destacada Flevit super illam, tras ser restaurada
  • Está valorada como la pintura religiosa más importante del XIX en España
  • La muestra coincide con donaciones de la familia Simonet a la pinacoteca

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La pintura 'Flevit super illam' de Enrique Simonet  (1892).
La pintura 'Flevit super illam' de Enrique Simonet (1892).

El Museo del Prado conmemora el 150 aniversario del nacimiento de Enrique Simonet (Valencia, 1866-Madrid, 1927) con la presentación, en la sala 62 A, de una selección de obras donadas recientemente por la familia, junto a la obra más destacada del artista Flevit super illam. Esta, realizada en 1892, es el ejemplo más significativo de la pintura española de asunto religioso de su tiempo.

Tras una laboriosa y cuidada restauración en los talleres del Prado, y tras haberse reenmarcado con una moldura similar a la que tuvo en el Museo de Arte Moderno, esta obra se presenta en las mejores condiciones y de modo conforme a su importancia.

Viaje a Palestina

Flevit super illam revela el interés por la representación fiel del ambiente por parte del artista, que viajó a Palestina para conocer el escenario y los tipos humanos. Tomó el asunto del Evangelio de San Lucas (19,41): “Videns Jesus civitatem flevit super illam (Al ver Jesús la ciudad lloró por ella)”, pasaje que profetiza la destrucción de Jerusalén.

Simonet estudió especialmente la figura de Jesús, llevado por su deseo de mostrar la dimensión más profundamente humana de Cristo, en consonancia con otras aproximaciones entonces frecuentes en la pintura europea, influidas por el libro Vida de Jesús del escritor francés Ernest Renan.

Autorretrato de Enrique Simonet

Esta obra obtuvo una primera medalla en la Exposición Internacional de Bellas Artes de 1892 de Madrid y fue, sin duda, la pintura de mayor proyección entre todas las del artista y motivo de inspiración para otros cuadros que realizó después.

La presentación incluye obras significativas donadas por la familia del pintor: el retrato de Enrique Simonet y Baca, padre del artista, realizado en 1893 en Málaga tras su vuelta de Roma como pensionado; el Autorretrato de 1910 que muestra a Simonet en disposición de pintar, con el retrato de su padre al fondo; la medalla otorgada a Flevit super illam en la Exposición de Bellas Artes e Industrias Artísticas de 1896 de Barcelona; y cinco cuadernos de dibujo que utilizó como instrumentos de trabajo y que revelan la