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Érase una vez cuentos populares que hablaban de la muerte y el duelo

  • Un libro recopila cuentos tradicionales del mundo y su relación con la muerte
  • La autora aconseja que las historias se lean y no solo se vean imágenes
  • Propone El Patito Feo como narración que ensalza la transformación

Por
'Ophelia', John Everett Millais, 1851-52
'Ophelia', John Everett Millais, 1851-52

Desde el principio de los tiempos, el hombre ha narrado a través de cuentos populares los ciclos de la vida, el miedo a la muerte y los vanos intentos de los humanos por esquivar su inevitable destino.

Estas ideas aparecen en las leyendas de la China milenaria, en la tradición oral de la India y fluye en mitos diseminados por toda España. En Asturias, por ejemplo, es muy conocida la fábula del Güercu, un personaje que encarna a la muerte en diferentes siniestras apariencias.

“Nadie sabe bien cómo es el Güercu, pero se aparece con la figura de un hombre vestido de negro y callado, muy callado, y cuando alguien lo ve, se acabó. A veces se aparece en forma de pájaro negro…” [Cuentos Populares de la Madre Muerte]

Carmen Moreno Lorite, psicóloga social y autora de La muerte y el duelo a través de los cuentos (Editorial Kolima Books, 165 páginas, 18 euros) señala que los cuentos son viajeros y una misma historia aparece con pequeños cambios en diferentes partes del mundo.

"En muchos cuentos la esencia es que la muerte da sentido a la vida y es algo natural. En esta línea, hay una frase que citan muchas civilizaciones: 'Yo que un día voy a morir, que debo hacer ahora…', y es genial, porque nos invita a vivir el día a día”, explica la investigadora en una entrevista a RTVE.es, en la que añade que ha constatado que muchas culturas reflejan en su tradición oral la muerte como una etapa más y no como un final.

'La muerte y el duelo a través de los cuentos' (Kolima Books)

En el libro, la experta en duelo ha recopilado numerosos ejemplos de historias que rescatan del olvido a la muerte, aunque insiste en que el lenguaje de los relatos populares es simbólico y no debe interpretarse de forma literal, ni racionalmente, porque los cuentos “son para ser vividos y leídos no para ser explicados”.

“No debemos quedarnos con que los cuentos son agresivos porque aparte de que se han suavizado mucho, reflejan arquetipos y siempre tienen que acabar bien. En todos está la idea del Bien y del Mal y los personajes superan muchas dificultades. Eso encarna un simbolismo de que se puede vencer a la adversidad. Algo que los niños interiorizan perfectamente”, asegura, por esta razón, recomienda que los cuentos se lean y no se vean en imágenes en movimiento para que cada lector los haga suyos en su imaginación y se deje llevar.

El lenguaje simbólico en los cuentos

En la época contemporánea, Moreno cita las metáforas e imágenes que subyacen en los cuentos populares de los Hermanos Grimm (Hansel y Gretel, Blancanieves), Perrault (Caperucita Roja, La Bella Durmiente) o del poeta danés Hans Christian Andersen (El Patito Feo, La Reina de las Nieves).

En relación a los diferentes niveles de significado de los cuentos y su influjo, la psicóloga sostiene que los niños siempre acaban identificándose con los personajes positivos de las fábulas y por instinto rechazan a los que se comportan de forma incorrecta.

La investigadora cita El Patito Feo de Andersen como clásico imprescindible para los más pequeños de la casa. En el relato se ensalza de principio a fin el poder de transformación que palpita en el interior de cualquier persona, y puede servir de ayuda cuando un niño se siente diferente o atraviesa un periodo de dolor, relata.

“Yo pongo como ejemplo del duelo la imagen de la niebla, que aparece en muchos cuentos; al principio no ves nada más a tu alrededor y te sientes perdido pero al final se levanta, sale el sol y la vida continúa”, afirma.

En el texto, la autora defiende que se cuenten fábulas antiguas y actuales a los niños para enfrentarles con las inevitables despedidas que conllevan los cambios en el transcurso de la vida.

Carmen Moreno sostiene que la sociedad actual aleja a la infancia y la juventud de las vivencias relacionadas con la muerte. Una realidad que contrasta con las costumbres de antaño donde se velaba a los difuntos en los hogares y el contacto era más directo, como sigue ocurriendo en otras culturas donde se "vive con mayor naturalidad".

“Somos una cultura evitativa en la que se procura no hablar de la muerte, de la vejez o del sufrimiento. Así ahorramos a los niños que sufran pero si no les enfrentamos a las pérdidas pequeñas que tendrán que vivir, como que se les muera una mascota o que se cambien de ciudad o que pierdan contacto con su mejor amigo, no podrán enfrentarse a las pérdidas grandes como el fallecimiento de un ser querido”, concluye la especialista en acompañamiento en el duelo.

Alguna citas del libro sobre la vida y la muerte:

Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada causa una dulce muerte. Leonardo Da Vinci

Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que es el morir. Jorge Manrique

Si he de morir, sentiré la oscuridad como una novia y la estrecharé entre mis brazos. William Shakespeare