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Los microorganismos de suelos mediterráneos son muy resistentes al cambio climático

  • Se los sometió a sequía extrema y han mostrado gran capacidad de adaptación
  • Las zonas mediterráneas se verán menos afectadas por el cambio climático
  • Las bacterias y los hongos tienen un papel clave en los ecosistemas terrestres

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Imagen de archivo de una sequía extrema
Imagen de archivo de una sequía extrema

Un estudio español ha revelado que los microorganismos de los suelos mediterráneos son muy resistentes al cambio climático, lo que supone que los ecosistemas del Mediterráneo no son tan frágiles como otros frente a posibles variaciones de la temperatura global.

Así lo ha explicado a RTVE.es el autor principal de la investigación, Jorge Curiel, quien señala que estas comunidades microbianas -bacterias y hongos, principalmente- tienen una gran capacidad de adaptación y pueden funcionar bajo condiciones extremas, como las que "probablemente" nos depara el actual escenario.

A pesar de que todavía hay gran desconocimiento sobre el mundo de las bacterias y los hongos, sabemos que estos organismos son imprescindibles para el funcionamiento de los ecosistemas terrestres. Habitan en los suelos y son los encargados de aportar nutrientes para las plantas y también los que las protegen contra los ataques patógenos.

Por ello, conocer su resistencia a las variaciones en el ambiente nos permite suponer que la zona mediterránea no se verá tan afectada como, por ejemplo, los Trópicos frente al cambio climático, indica el científico.

Los microorganismos fueron sometidos a una sequía extrema

El experimiento ha consistido en someter a las comunidades de microorganismos a una sequía extrema. A lo largo de diez años, en los suelos de un encinar costero en las montañas de Prades (bosque de Poblet, Tarragona), han simulado un terreno de mayor aridez mediante la exclusión de lluvia en determinadas parcelas. Es decir, han recreado las posibles condiciones climáticas que nos esperan en el futuro.

A través de una técnica de secuenciación masiva de ADN, conocida como "pirosecuenciación", han comprobado que las bacterias estudiadas no sólo fueron capaces de sobrevivir sino que además no alteraron "significativamente" su estructura.

"Se han adaptado a lo largo de la historia, es selección natural. En el clima mediterráneo los cambios -interanuales, estacionales e incluso diarios- son grandes, por lo que estas comunidades ya han desarrollado esta resistencia", señala Curiel.

Un papel clave en los ecosistemas

También ha explicado que conocer la realidad de estos seres vivos es fundamental porque cualquier modificación que en ellos se produzca tiene consecuencias decisivas sobre el ecosistema que habitan. De este modo y al observar su estabilidad taxonómica y funcional, el equipo de científicos cree que en las regiones mediterráneas el cambio climático afectará menos.

La investigación también destaca que este tipo de organismos tienen un papel clave en las emisiones de dióxido de carbono, el gas que más contribuye al efecto invernadero, ya que su respiración produce, aproximadamente, cinco veces más de CO2 que todas las actividades humanas juntas.

Si se produjeran cambios en estas comunidades, Curiel apunta que las consecuencias podrían ser decisivas: ¿qué pasaría con sus emisiones? ¿aumentarían? ¿qué pasaría si dejan de proveer nutrientes a las plantas, fundamentales para que éstas realicen la fotosíntesis?

Finalmente, también han estudiado la gran diversidad de los microorganismos, mucho mayor que la existente en el "mundo macro": en medio gramo de suelo podemos encontrar hasta 3.000 especies diferentes de bacterias y más de 1.000 filotipos de hongos.

El trabajo, en el que han participado investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales, ha sido publicado en dos artículos de las revistas Soil Biology and Biochemistry y FEMS Microbiology Ecology.