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El reparto dispar en el cuidado de los hijos dificulta la igualdad de la mujer

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Las madres, cuidadoras principales de los hijos en los tres primeros años de vida
Los padres son cuidadores principales de los hijos en tercer lugar, por detras de madres y abuelas, según el CIS.

La mujeres se han incorporado al mercado laboral sin que los hombres lo hayan hecho en la misma medida en el cuidado de los hijos. Las madres son las principales cuidadoras hasta que los niños cumplen 3 años, seguidas de las abuelas y de los padres, según el barómetro de marzo del CIS. Este hecho, aseguran los expertos consultados, favorece que las mujeres sean discriminadas al no ser consideradas por las empresas como trabajadoras comprometidas.

"La realidad es que las mujeres siguen asumiendo la tarea exclusiva del cuidado de los demás", denuncia Virginia Carrera, coportavoz de la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles por Nacimiento y Adopción (PiiNA). Si las madres disponen de un permiso de más duración, 16 semanas frente a los 13 días que tienen los padres, se las discriminará laboralmente, "por el hecho de estar menos disponibles", asegura.

El profesor de Sociología de la Universidad de Málaga Luis Ayuso coincide con la coportavoz de PiiNA en que las madres son quienes piden permisos en el trabajo para cuidar de sus hijos si se ponen malos. Si las abuelas ocupan el segundo lugar como cuidadoras principales es porque, en el reparto de tareas, "el cuidado de los niños depende sobre todo de las mujeres".

Pese a todo, los expertos consultados coinciden en que ha habido un “cambio importante” en los últimos años en la actitud de los hombres hacia el cuidado de los hijos, aunque todavía es insuficiente para que haya una verdadera igualdad. De hecho, el 80% de padres han pedido el permiso de paternidad de 13 días desde que en 2007 se aprobó en la Ley de Igualdad, un permiso que hasta entonces se limitaba a dos días después del parto.

Además, según la misma encuesta del CIS, los padres sí son el principal apoyo para la madre en un 40,3% de los casos, seguidos una vez más por las abuelas.

Permisos iguales y no transferibles

La Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles por Nacimiento y Adopción defiende la implantación de permisos de paternidad y maternidad iguales y no transferibles como solución para evitar que las mujeres sean discriminadas en el mercado laboral, eliminando la etiqueta de "menos disponible" que pesa sobre las mujeres.

El potencial de las mujeres no se aprovecha en el mercado laboral y tampoco el de los hombres como cuidadores, asegura la plataforma, una situación que podría al menos prevenirse, si ambos tuvieran los mismos permisos. En países como Noruega e Islandia, la experiencia ha demostrado que los varones “se implican más en la toma de decisiones y en actividades no remuneradas, de ámbito privado” después de haber utilizado un permiso de igual duración que el de su mujer.

Países europeos próximos a España, como Italia y Francia, también son más flexibles en sus políticas de conciliación. En Italia, el permiso de maternidad supera al de las españolas, dos meses antes del parto y tres después. Además, existe un permiso parental de 10 meses que se reparten ambos progenitores, durante el cual cobran un 30% del salario.

Mientras, en Francia los permisos de paternidad y maternidad son casi de igual duración que en España, 16 semanas para la madre y 11 días para el padre, pero se amplían a 46 semanas y 18 días respectivamente en partos múltiples. Los progenitores franceses pueden además compartir además un permiso parental de seis meses,  que el Gobierno quiere ampliar este año a doce.

En Alemania, padres y madres puede compartir un permiso parental de 12 meses, dos intransferibles para la madre, que se amplían hasta 14 meses si el padre hace uso del mismo.

Presión en el trabajo

José Francisco Sánchez, padre de dos niños de cinco y dos años, miembro de la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género (AHIGE), es una excepción. Solicitó estar un mes sin empleo y sueldo a través del Plan Concilia, al que pueden acogerse los funcionarios. Además de utilizar el permiso de paternidad, ha pedido la conciliación: una reducción de su jornada laboral a un 75% del horario normal, con una rebaja proporcional del sueldo. “Nuestra gran conquista es la esfera privada, el cuidado de los hijos y de las personas dependientes”, explica convencido a RTVE.es.

Francisco reconoce que su empleo como funcionario en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha facilitado su conciliación y sus amigos le dicen que no tendrían la posibilidad de hacer lo mismo en la empresa donde trabajan.

Los datos confirman que el caso de José Francisco es muy poco frecuente. Son las mujeres quienes piden más excedencias para el cuidado de los hijos: ellas solicitaron 28.163 excedencias y los hombres 1.488, en 2012, según datos del INE.

Si en algo coinciden los sociólogos es en señalar la presión del entorno laboral como uno de los mayores obstáculos para los hombres que desean conciliar. El profesor de Sociología Luis Ayuso habla de la “falta de conciencia de maternidad” en España.

“No piden la conciliación, aunque legalmente puedan hacerlo, porque saben cuáles son las relaciones dentro de la empresa”, explica este experto en Sociología de la familia. En Noruega, el padre que no disfrute de todo su permiso de paternidad es considerado un “irresponsable” en su entorno laboral, mientras que en España el ámbito laboral premia justo el caso contrario, añade.

José Francisco asegura  haber encontrado “mucha incomprensión” por parte de compañeros que no entienden por qué ha pedido la conciliación “incluso cuando su mujer estaba en el paro” y teniendo la posibilidad de pagar una guardería. “Muchos de ellos no llegan a utilizar las dos semanas que les corresponden después de ser padres”, explica.

Permisos iguales e intransferibles

“Primero habría que conceder igualdad en el permiso y después proteger a los hombres para que lo tomen para que no se vean agraviados en sus empresas”. La profesora titular de Sociología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) Josune Aguinaga cree que “algunos hombres” no se atreven a ejercer su derecho a conciliar como padres por ese motivo, un “agravio” que por otra parte, “las mujeres llevan sufriendo toda la vida”.

A los hombres, que durante siglos se han considerado como el sostén de la familia, les cuesta cambiar de papel, aunque "algunos van entendiendo la compensación emocional de ver a los niños y niñas crecer", considera Aguinaga.

Además, aunque la mujer tiene la posibilidad de compartir su permiso de maternidad con el hombre, “esto prácticamente no se lleva a cabo”, apunta la socióloga, autora además del libro El precio de un hijo: los dilemas de la maternidad en una sociedad desigual. Solo un 12% de las mujeres compartieron su permiso de maternidad con el otro progenitor en 2013, según el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). 

Carolina del Olmo, autora del libro Donde está mi tribu y del blog bajo el mismo título relativiza el dato del CIS que apunta a las mujeres como principales cuidadoras. Del Olmo cree que no es raro que las mujeres apenas compartan sus permisos con los padres si se tiene encuenta su corta duración, que hace que las mujeres no quieran ceder nada al padre.

Del Olmo también relativiza el dato, según el cual las mujeres son en un 82% de casos las principales cuidadoras de los hijos, porque se refiere a la edad más temprana, de 0 a 3 años, cuando “la lactancia materna es muy importante”. “El permiso de paternidad no existía hace siete años”, recuerda, y compara estos datos con los de la encuesta del CIS en 1983, según la cual un 1% de padres se ocupaban entonces de los hijos, mientras que las madres lo hacían en un 78%.

La economía como problema

El coste económico y la crisis son el principal argumento de las administraciones y las empresas para explicar por qué no es posible todavía igualar los permisos de hombres y mujeres. Las empresas juegan un papel clave en el aumento de la natalidad, apunta la socióloga de la UNED Josune Aguinaga, que considera que "no han comprendido que la subsistencia de una sociedad se basa en que haya más nacimientos".

La Plataforma por Permisos Iguales e Instransferibles, creada en 2005, logró que todos los grupos políticos apoyaran, el 26 de septiembre de 2012, una proposición de ley en la comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados que instaba al Gobierno a equiparar los permisos de maternidad y paternidad.

La proposición aún no se ha debatido en el Congreso de los Diputados y de momento, la ampliación del permiso de paternidad de 2 a 4 semanas, que iba a llevarse a cabo en 2011 fue aplazada por el anterior Gobierno por motivos económicos. El argumento es inaceptable para PiiNA. “No nos sirve la excusa, es el momento de fomentar políticas de igualdad y potenciar los recursos humanos”, explica Virginia Carrera.

El sociólogo Luis Ayuso cree que las abuelas “siguen siendo el factor clave” para la conciliación. Las familias españolas tienen los hijos cada vez más tarde y de forma más planificada pero cuando los tienen “su cuidado recae en la mujer y el colchón de las abuelas sigue siendo fundamental”.

Educar a los niños en el cuidado

Otro factor a tener en cuenta, apunta Ayuso, es que en España no existe una red para el cuidado de los hijos, con guarderías universales de 0 a 3 años. La maternidad se sigue considerando un asunto privado, no público, lo que, según el sociólogo también explica que “muchos jóvenes no quieran moverse de su ciudad natal si quieren tener hijos”, porque “si no tienen a la abuela ¿qué hacen?”.

Los desiguales permisos de hombres y mujeres favorecen la baja natalidad, dice Ayuso, que advierte de que en España no se ha planteado el debate, pese a que vendrán generaciones con muchos mayores y pocos jóvenes para pagar sus pensiones. "Si no fuera por las redes familiares", coincide la socióloga Josune Aguinaga, todavía nacerían menos niños.

Los permisos iguales e intransferibles para hombres y mujeres, defiende la plataforma, permitirían educar en la igualdad desde el principio a niños y niñas. Una necesidad, la de "socializar" en el cuidado desde la infancia, en la que coinciden todos los expertos.