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Jack Mircala: "'Pentagonía' es una obra con una profunda vocación artística y poética"

  • El ilustrador vuelve a sorprender con sus imágenes a base de recortables
  • Pero también da rienda suelta a su mejor prosa en su libro más poético

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Fragmento de una ilustración del relato 'Esquirla', del libro 'Pentagonía', de Jack Mircala
Fragmento de una ilustración del relato 'Esquirla', del libro 'Pentagonía', de Jack Mircala

JACK MIRCALA

Ilustrador y autor de cuentos y poemas para jóvenes lectores. Comenzó trabajando a finales de los 80 en el diseño industrial e interiorismo, pero venció su vocación, las artes plásticas, y decidió dedicarse a la ilustración. Su trabajo asocia disciplinas como el dibujo, la escultura, la escenografía y la fotografía. Explora la herencia de la literatura gótica, el cine de terror o la pintura expresionista. Entre sus libros más destacados figuran El acertijo de Valpul (Premio Lazarillo de Ilustración 2000, editado por Ediciones Sins entido), Ciudad Monstrualia y Gamusoides Mircalianos (editados ambos por Hiperión). Mircala ha colaborado con editoriales españolas de primera fila (Anaya, Santillana, Bruño, Espasa) y ha realizado numerosas exposiciones.

Jack Mircala es uno de los ilustradores más originales, arriesgados y poéticos, de la actualidad. Sus imágenes tridimensionales, creadas con recortables de papel, han llevado a la papiroflexia a explorar nuevos mundos y le han valido numerosos premios como el Lazarillo de Ilustración por su libro El acertijo de Valpul (Sins Entido, 2002) o el Premio Visual de Diseño de libros (2011) por Eclipse en Malasaña (Sins entido). Y sus obras (herederas de Poe, Tim Burton, lo gótico y las vanguardias artísticas europeas del siglo XX) han sido expuestas por toda España.

Ahora lleva su arte un paso más allá con Pentagonía (Sins entido) en la que sus ilustraciones siguen siendo espectaculares pero su prosa poética cobra mayor importancia que nunca. Es su obra más intimista pero, a la vez, la más arriesgada tanto en lo visual como en lo literario.

"Es una obra con una profunda vocación artística y poética - asegura Mircala-, en la que a través de cinco cuentos de estilo surrealista y simbólico trato de mostrar todo un catálogo con las más nefastas tribulaciones humanas: el fracaso, la depredación, los sentimientos reprimidos, la ruina moral, la impotencia del esfuerzo… Pero también, casi imperceptiblemente, insinúo que hasta en la más infausta de las situaciones, acaba por quedar un hilo que nos cose a la vida".

"El último cuento concluye con la frase: "Únicamente espero que jamás llegues a descubrir el motivo de mi consuelo en la certeza de que aún respiro". En realidad, Pentagonía, como ya lo fue “Eclipse en Malasaña”, es un relato autobiográfico enmascarado".

Cinco mujeres, cinco alegorías

"Las cinco presuntas mujeres que componen Pentagonía -asegura Mircala- encarnan de un modo alegórico las heridas, los anhelos, las pérdidas y las frustraciones que nos cincelan en el tránsito de nuestra existencia, y en especial en esos años que transcurren entre el final de la juventud y el inicio de la madurez, donde de verdad cobramos forma".

"De tal modo expreso, por ejemplo, que “Cianótica” representa el futuro aceptado con una resignada convicción, así como la percepción de que lo soñado se nos torna extraño y se desvanece. O que “Anemia” es la remembranza de un pasado individual o colectivo, y la asimilación de la muerte de las ilusiones, de la virginidad y la inocencia, como sangre derramada en un jardín. “Esquirla”, “Vulpécula” y “Deletérea” terminan de ofrecernos un paisaje en ruinas, donde todo es impostura, represión, chantaje y desprecio, desembocando en el horror cósmico".

"Nunca más seré capaz de hacer algo parecido"

Una obra que es, como reconoce el autor, su trabajo literario más personal hasta la fecha: "Lo es, con toda seguridad; porque surgió de un modo vertiginoso,  hemorrágico; no tenía que mirar afuera para hallar la inspiración, solo abrir archivos personales. Mi temor no fue enfrentarme al “papel en blanco”, sino a que lo torrencial acabara en colapso".

"Los cuentos de Pentagonía -continúa-, especialmente ese tridente desazonador que componen “Esquirla”, “Vulpécula” y “Deletérea”, se revelaron con una brusquedad inusitada e ingobernable. “Pentagonía” es el primer trabajo en el que me he mostrado absolutamente desinhibido, y es por ello el más limpio. Siento que no voy a ser capaz nunca más de hacer algo parecido".

Un cambio literario que ha cambiado su forma de trabajar: "Creo que ha supuesto una nueva experiencia, y ha habido un cambio un tanto inclasificable; debo acudir a las palabras de mi amiga y prologuista, la Doctora en Filología Ana González-Ribas, para encontrar etiquetas como “Neo-Gótico Diatópico”,  o “Expresionismo Gótico-Futurista”. No sé si los textos de Pentagonía son el resultado de una evolución o pertenecen en realidad a otra especie. Igual que el primer hombre que dispuso de fuego encendía una hoguera con las brasas de la anterior, los rescoldos de lo último que has hecho alimentan el inicio de una nueva aventura artística, pero en este caso... Y sí, el estilo literario condicionó el proceso gráfico; trabajé bastante rápido, de un modo impulsivo y eléctrico, regodeándome en lo extravagante e improvisando soluciones".

Nuevas formas de tratar la cartulina

Mircala nos ha contado cómo es su método de trabajo, compLEtamente artesanal: "En primer lugar trazo un boceto poco detallado de lo que quiero hacer, una mera disposición de espacios y formas. Luego empiezo a elaborar los escenarios y después los personajes y objetos, cortando, coloreando y doblando piezas de cartulina para darles volumen. En este proceso tomo muchas decisiones sobre la marcha, desde los colores a emplear, hasta las formas y detalles, e incluso añadiendo o suprimiendo lo previsto inicialmente".

"Finalmente -asegura- realizo una fotografía, disponiendo una iluminación sencilla y eficaz que me proporcione luces y sombras y los efectos deseados, y esa es mi ilustración, sin retoques ni trucos digitales, apoyándome en lo meramente artesanal. El tiempo puede variar desde un par de días hasta una o dos semanas, dependiendo de la sofisticación y la abundancia de detalles".

Para este libro, Mircala asegura que ha encontrado nuevos métodos de trabajar la cartulina: "Durante años he ido puliendo la técnica, aunque en el caso de Pentagonía no se ha tratado de un avance ortodoxo en el virtuosismo, sino que ha sido una búsqueda visceral, primaria, incluso salvajemente artística. Había doblado y curvado la cartulina de todas las maneras posibles, pero este libro exigía otro tratamiento, y encontré un valor expresivo en la cartulina cortada a mano, quemada, arrugada, o combinando los colores en crudo, sin matices ni filigranas a lápiz de color. En los textos había mayor énfasis y espontaneidad que en trabajos anteriores, y las ilustraciones debían reflejarlo. Cada cuento fue un experimento".

Un artista único en el mundo

Esa mezcla de papiroflexia, ilustración y fotografía le convierten en un artísta único: "He visto últimamente algunas cosas en la red (artisitas de otros países), con estilos diversos, pero van más enfocados a la publicidad o al diseño gráfico. De todos modos, en lo que respecta a usar esta técnica como ilustración de cuentos, me inspiré en una foto del artista ruso Rodchenco, un diorama muy sencillo en blanco y negro, y que usó como ilustración para un cuento infantil. Yo había trabajado con volúmenes en cartulina en la escuela de interiorismo en la que estudié; sólo tuve que darle vida a la mera geometría".

Mircala nos ha confesao las influencias artísticas y pictóricas del libro: "Al tratarse de cinco cuentos ilustrados cada uno con un aspecto gráfico distinto, hubo una evolución que pudo ir desde el Steam Punk y lo gótico en “Esquirla”, al Futurismo Abstracto en “Cianótica” o en “Vulpécula”. Por en medio hay todo un catálogo de influencias, especialmente las que hacen referencias a las vanguardias artísticas europeas del siglo XX: Expresionismo, Dadaísmo, Minimalismo, Constructivismo... Tenía en mente a Kirchner, Max Ernst, Franz Marc o Bacon, pero también un amplio espectro de disciplinas como el diseño industrial, la arquitectura, el cine, o la música".

Lo malo es que, debido a su volúmen, Mircala no puede conservar sus obras: "No, desde luego que no puedo guardarlo todo. Una parte importante ha desaparecido, a veces porque los propios decorados eran un montaje efímero y aparatoso. He regalado piezas, he vendido algunas maquetas y personajes, otras descansan en un pequeño trastero. Y por otro lado está mi modesto estudio, donde ando siempre rodeado de los trabajos en curso".

Sus proyectos: "Su gran libro"

"Este año espero publicar con El Patito Editorial Descenso a Esquela, un relato en la línea de cuentos gótico-románticos que ya inicié con Lóbrego romance, pálido fantasma. Estos libros son algo así como mis “caras B”, historias sencillas para todos los públicos, en nada pretenciosas, pero líricas y emotivas".

"Y sobre mi tablero de trabajo -asegura Mircala- están ahora mismo las maquetas de un proyecto a medio hacer, inspirado en el cine y la literatura de ciencia ficción, con un aire retro-futurista entre Star Trek Yo Robot. Estoy volcándome en ello porque me gustaría que fuese “mi gran libro”, aunque eso mismo pretendía con anteriores obras; pero siempre que acabas un trabajo te quedas con una cierta insatisfacción que te impulsa al siguiente proyecto".

Sea lo que sea, lo que es seguro es que irá un paso más allá en su carrera y que volverá a sorprendernos, como con Pentagonía.