Soderbergh inquieta en Venecia con la apocalíptica 'Contagion'
- En competición Poulet aux prunes, una historia ambientada en los años 50
- También Alpis, un film cargado de soledad e incomprensión
- Contagion ha tenido una discreta acogida
El cineasta estadounidense Steven Soderbergh presentó esta misma jornada, fuera de concurso en el 68 Festival Internacional de Cine de Venecia, su último filme, "Contagion", en el que aborda, de un modo apocalíptico, la rápida propagación de un virus mortífero y hasta el momento desconocido.
La cinta, que tuvo una discreta acogida este sábado por parte de la prensa de "la Mostra", cuenta con un destacado reparto de actores, entre los que figuran Matt Damon, Marion Cotillard, Jude Law, Kate Winslet y Gwyneth Paltrow, parte muy importante de esta trama en la que, en ocasiones, es difícil distinguir la delgada línea que separa la realidad de la ficción.
Contagion, historia escrita por Scott Z. Burns, pone de relieve el "peligro" al que está expuesta la humanidad ante la aparición de una nueva epidemia, sobre todo en tiempos en los que los transportes hacen que un virus pueda transmitirse de Hong Kong a EEUU en cuestión de horas a través de un avión.
"La película es el resultado inicial de un debate con Scott. Nuestra impresión era que toda la parte científica en el filme debía estar extremadamente cuidada.
Todas las escenas en las que se hablaba de virus debían ser realistas. Si no hubiera sido así, no habríamos podido contribuir a este tipo de género", ha indicado Soderbergh durante la rueda de prensa de presentación.
La historia se enmarca dentro de una
sociedad contemporánea globalizada que ya ha tenido que hacer frente a alarmas sobre epidemias mundiales
y, en ese sentido, planea durante las casi dos horas de la película el ejemplo de la gripe A, un caso real que puede traer malos recuerdos al público que vaya a ver el filme.
En competición Alpis y Poulet aux prunes
La competición de Venecia se ha instalado este sábado en un terreno más personal y minoritario con las dos películas proyectadas. En la soledad e incomprensión de Alpis, del griego Yorgos Lathimos, y en la fábula y la magia de Poulet aux prunes, de Marjane Satrapi y Vincent Paronnaud.
Dureza e incomprensión en la búsqueda de una salida a la soledad en la cinta de Lathimos, una película compleja y por momentos incomprensible que podría dar en la diana de los premios de Venecia frente a la dulzura y la nostalgia que destila el trabajo de Satrapi y Paronnau, cuya belleza formal también podría conseguir algo en esta 68 edición de la Mostra.
Tras el éxito de Persépolis en 2007, con nominación al Óscar incluida, Marjane Satrapi, junto a Vincent Paronnaud, vuelve a adaptar al cine otra de sus novelas gráficas, en este caso "Poulet aux prunes" ("Pollo con ciruelas"), que cuenta la historia del romántico hermano de su abuelo, un personaje que ya aparecía en su filme anterior.
Con una estética preciosista y totalmente deudora del dibujo, Satrapi y Paronnaud construyen una historia ambientada en los años cincuenta en Teherán y que han tratado de que sea muy universal.
Así lo ha explicado Satrapi en la rueda de prensa de presentación en Venecia de una película en la que han utilizado la abstracción del dibujo para darle esa universalidad que buscaban.
Un homenaje al cine de los años cincuenta
A lo que se ha unido su deseo de rendir un homenaje al cine de los años cincuenta, a los grandes dramas hollywoodienses. "Es un grito de amor por el amor y por la belleza, no sólo por el cine. De vez en cuando hay que hacer cosas simplemente por el arte y la belleza", señaló Satrapi.
“Un grito de amor por el amor y por la belleza“
Tras la historia de una joven iraní durante la revolución islámica de "Persépolis", Satrapi ha llevado al cine un proyecto a medio camino entre el cuento y la fábula sobre un amor imposible.
Una película que los directores no han querido que fuera totalmente realista. "Lo hacemos todo con el objetivo de mostrar las cosas en común entre todos, como el amor. Una historia que pasa en Irán pero que podría ocurrir en cualquier lugar", precisó la directora.
Junto a Amalric, en Poulet aux prunes aparecen Golshifteh Farahani, María de Medeiros, Chiara Mastroianni e Isabella Rossellini en una pequeña colaboración.
Nombres tan conocidos como desconocidos son los de los protagonistas de Alpis, el nuevo trabajo del griego Yorgos Lanthimos tras la sorpresa que supuso su Canino hace dos años, que también logró una nominación al Óscar.
Repite Lanthimos con su exploración de la soledad pero desde un punto de vista diferente.
En este caso, Alpis ("Alpes") cuenta la historia de un grupo de gente que se dedica a consolar a personas que han perdido a un ser querido sustituyendo al fallecido.
Complicada de narrar y sin artificios de ningún tipo, Alpis emociona por momentos pero también se pierde en un laberinto mental difícil de entender.
Cuando empezó a preparar el filme, Lanthimos y su coguionista, Efthimis Filippou, pensaron en personas que escribían cartas o llamadas de teléfono a otros haciendo pensar que eran muertos.
“La historia está contada desde el punto de vista de personas que entran en esta vida distinta y huyen de la suya“
"Nos dijimos que la historia debería de ser sobre estas personas y no tanto sobre quienes pierden a alguien y lo lloran. La historia está contada desde el punto de vista de personas que entran en esta vida distinta y huyen de la suya, haciéndose pasar por otros", ha explicado el director en rueda de prensa.
Una historia en cierto modo relacionada con su anterior trabajo, un parecido que el realizador ha querido descartar.
"No tiene que ver específicamente con Grecia, sino que se podría ambientar en cualquier parte del mundo. Por supuesto que aparece que el dinero es una necesidad y la gente hace lo que sea por conseguirlo. Pero este no es el hecho que lleva al filme", ha señalado el director.
Dos filmes muy diferentes que bajan el listón de estrellas que había presentado el Festival de Venecia hasta este momento pero que no desentona con el buen nivel visto hasta el momento.