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La importancia de los debates en un país que devora televisión

  • Aunque todo está medido al milímetro, lo mejor del debate es ver al candidato "al natural"
  • Una oportunidad única en el caso de Palin, a la que están protegiendo de los periodistas
  • Biden está ensayando ante una gobernadora demócrata que actúa como si fuera Palin
  • Los debates de aspirantes a vicepresidentes también son una tradición en Estados Unidos
  • La corresponsal de TVE en EE.UU. Anna Bosh explica cómo son los cara a cara en su blog

 

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En la cuna de la comunicación política, en el país donde más televisión se ve, los debates de candidatos adquieren una relevancia especial. También los de los aspirantes a vicepresidentes, que también son ya una tradición en Estados Unidos.

Los debates presidenciales han sido decisivos en varias ocasiones, aunque el ejemplo más claro es el primer debate televisado de la historia de Estados Unidos, en 1960, cuando se enfrentaron Nixon y Kennedy. Aunque para los oyentes de radio Nixon fue mejor, los telespectadores le vieron demacrado y sudoroso. Para ellos, casi 70 millones (una de las emisiones más vistas de la historia de la TV en EE.UU.), el claro ganador fue Kennedy, a la postre nuevo presidente. 

Ese cara a cara inauguró el reinado de la televisión en la política. Entonces, Nixon no quiso maquillarse, eligió una chaqueta que no combinaba bien con el decorado... Desde entonces, los detalles se cuidan al máximo. "Hoy está todo absolutamente preparado y medido", explica a RTVE.es el asesor político Marcos Magaña.

Por ejemplo, de cara a esta campaña, Obama ha estudiado los debates de McCain en las primarias republicanas del 2000 para adivinar sus puntos débiles. Y se entrena con un demócrata que hace de McCain: el abogado Greg Craig.

También Joe Biden ensaya contra un alter ego de Palin, su compañera gobernadora de Michigan, Jennifer M. Granholm. Y Sarah Palin cuenta con nuevos asesores.

Para dar una idea de la importancia y la omnipresencia de la imagen de los candidatos, sólo en el mes de agosto, los republicanos  gastaron 23 millones de dólares en anuncios y los demócratas hasta 33 (unos 22 millones de euros). 

"En Europa las campañas aún son algo informativas, pero no tanto en Estados Unidos, donde se devoran horas de televisión...", advierte Magaña, que ha trabajado en procesos electorales en 17 países.

Un debate especial por Palin

El primer debate de aspirantes a vicepresidente fue en 1976. En las siguientes elecciones no tuvo lugar, pero desde 1984 se celebra ininterrumpidamente. Y frente a los líderes, que se enfrentan varias veces, ellos lo hace sólo una: todo a una carta.

Por eso, la expectación será mayor. Más cuando en esta ocasión, una aspirante es poco conocida y, pese a acaparar la atención de los medios desde que es candidata, sus entrevistas se cuentan con los dedos de una mano.

Pero a pesar de lo preparados que llegan los contendientes, en un debate siempre surgen imprevistos. Lo mejor de un cara a cara es que permite ver a los candidatos tal como son. "Una de las pocas veces en las que el elector ve al candidato al natural", en unas campañas cada vez más dirigidas, destaca Magaña.

No obstante, para proteger a Palin, no habrá tanto tiempo para el enfrentamiento dialéctico como en el cara a cara de los líderes, una contrapartida negociada por los republicanos, segúnel New York Times.

A los demócratas tampoco ven mal dar menos rienda suelta a la lengua de Biden, porque pese a su veteranía, el senador destaca por sus meteduras de pata.

Una prueba más de la importancia y preparación de estos foros es que los organizadores, la independiente Comisión para los Debates Presidenciales, fijó hace ya casi un año las fechas y los lugares de los cuatro debates de esta campaña, incluso sedes alternativas ante alguna eventualidad.

Mientras tanto, los ciudadanos envían sus preguntas para el próximo debate entre Obama y McCain a través de una web. La participación de los internautas es la principal novedad en los debates de este año. Y tienen de plazo sólo hasta este viernes.