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La veintena de turistas españoles atrapados en Tailandia asegura que su situación es desesperada

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Los turistas españoles atrapados en varias ciudades de Tailandia a causa de las protestas contra el Gobierno se encuentran fuera de peligro, según informaron este sábado a Efe fuentes diplomáticas. Sin embargo, su situación es desesperada según han explicado los propios afectados en RNE.

Lucas Soriano ha relatado al programa "No es un verano cualquiera" que se trasladan en una furgoneta para tomar un autobús, donde les esperan otra veintena de personas, para salir del país ya que los tres aeropuertos están cerrados. Se están desplazando hacia Bangkok.

Soriano se ha quejado el trato recibido por las autoridades locales y españolas. "El consul no dice nada, es inservible. Exteriores nos dice que no pasa nada, hasta que le pase algo a alguien y entonces ya se moverán", ha relatado indignado.

Según los cálculos de Exteriores, al menos medio centenar de españoles no ha podido tomar sus vuelos hasta la capital después de que los manifestantes provocaran el cierre de los aeropuertos de la isla de Phuket y las ciudades de Had Yai y Krabi, los mayores destinos turísticos en el sur del país. A medio día del sábado, el aeródromo de Had Yai había sido ya reabierto por las autoridades.

Algunos de los turistas se encuentran a salvo alojados en hoteles a la espera de que se restablezca el funcionamiento de las terminales.

Las autoridades tailandesas han informado de la reapertura del aeródromo de Had Yai, cerca de la frontera con Malasia, tras llegar a un acuerdo con los activistas antigubernamentales que bloquearon los accesos a las pistas.

Óscar Antelo, residente en A Coruña, ha señalado a Efe que "en el aeropuerto de Phuket sólo hay soldados y policías, así que nadie nos dice nada sobre cuando se resolverá la situación".

Tensión en Taliandia

Por otra parte, los trabajadores de la empresa estatal de ferrocarriles interrumpieron desde el viernes el servicio de trenes para solidarizarse con los manifestantes, que desde hace cinco días ocupan la sede del Gobierno en la capital tailandesa.

El primer ministro de Tailandia, Samak Sundaravej, ha asegurado este sábado que no piensa ceder a las presiones de los manifestantes, que llevan varios días pidiendo su dimisión. Las protestas se han acentuado por la pérdida de apoyos en el seno de la coalición del Gobierno y en las altas esferas del Ejército.

El jefe del Ejército tailandés, el general Anupong Paojinda, rechazó el viernes la intención de Sundaravej de declarar el estado de excepción y le conminó a dimitir o disolver el parlamento para apaciguar las protestas, pero el primer ministro se ha negado a seguir estas reclamaciones.

Al anochecer, los agentes utilizaron gases lacrimógenos y detuvieron a una veintena de manifestantes, quienes atacaron la Dirección General de la Policía en Bangkok y reforzaron su presencia en el Palacio del Gobierno y las calles adyacentes, donde su número asciende hasta 20.000 personas.

Las protestas callejeras comenzaron el pasado mayo, cuando los seguidores de la Alianza del Pueblo para la Democracia acamparon y montaron un campamento con su escenario frente al edificio de Naciones Unidas.

Los líderes de la alianza acusan al Gobierno de corrupto, desleal a la Corona y de ser un títere al servicio del ex mandatario Thaksin Shinawatra, depuesto en septiembre de 2006 mediante un golpe de estado.