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Las claves de la obra de Saint Exupéry

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Saint Exupéry explicaba en la presentación de Tierra de los hombres, en 1939,  algunas de las principales claves de su obra, que alcanza en ese libro, y después en El pequeño príncipe, sus cimas más reconocidas. Estas son las palabras del escritor:

"No he tratado de escribir esta vez como lo hice en Vuelo de noche, una novela que trata sobre la aviación comercial. Deseaba aportar algo más que una ficción o una simple colección de recuerdos. Pero a través de esos recuerdos, a través de las imágenes, las anécdotas, la alegría y la tormenta de un oficio fértil como pocos, he tratado de extraer el testimonio que una larga práctica profesional acumula poco a poco no sólo sobre el piloto, sino sobre el propio hombre. Para ser más claro, voy a leer simplemente la primera página de mi libro, que escribí a modo de prefacio para explicar mi vida. Dice así:

'La tierra nos enseña más sobre nosotros mejor que cualquier libro porque se nos resiste. El hombre se descubre a sí mismo cuando se mide con un obstáculo. Pero para alcanzarlo le hace falta un instrumento. Le hace falta una garlopa o una carreta. El campesino, en su labor, arranca poco a poco algunos secretos a la naturaleza, y la verdad que desprende es universal. Asimismo el avión, el instrumento de las líneas aéreas, involucra al hombre en todos los viejos problemas.

Siempre tengo presentes las imágenes de mi primera noche de vuelo en Argentina, una noche oscura en la que refulgían como estrellas las escasas luces dispersas por la llanura. Cada una señalaba en aquel océano de tinieblas el milagro de una conciencia. En aquel lugar se leía, se reflexionaba, se susurraban confidencias. En aquel otro, alguien, tal vez, intentaba penetrar en los secretos del espacio y se consumía haciendo cálculos sobre la nebulosa de Andrómeda. Más allá se estaban amando. De vez en cuando resplandecían en el campo hogueras que reclamaban su alimento. Brillaban incluso las más discretas: la del poeta, la del maestro, la del carpintero. Pero, entre estas estrellas vivas, cuántas ventanas cerradas, cuántas estrellas apagadas, cuántos hombres adormecidos...

Tenemos que procurar unirnos. Tenemos que intentar comunicar con alguna de esas hogueras que, de vez en cuando, arden el campo'".