Los vuelos comerciales están en la diana de la lucha contra el cambio climático y sus efectos. Los aviones emiten cada año cerca de 900 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera y, según los expertos, por cada tonelada se derriten tres metros cuadrados del Ártico. Grupos ecologistas reclaman medidas urgentes para frenar el número de vuelos. Y el movimiento Flygskam ("Vergüenza de volar") ha conseguido que en Suecia, su país de origen, muchos renuncien a subirse a un avión por motivos medioambientales. A sólo unas horas de que empiece en Madrid la cumbre del clima, Informe Semanal analiza esos movimientos con los grupos que los impulsan y también con representantes de la aviación y el turismo.
Vuelos insostenibles
30.11.2019