(Música)
Este es Miguel de Lucas,
el mago más curioso,
que viaja por España
contando las tradiciones,
la cultura, las gentes,
el arte y la historia escondida
en nuestros pueblos y ciudades.
San Sebastián es hoy
nuestra ciudad mágica.
Descubrimos por qué la ciudad
era el lugar elegido
por los reyes para descansar.
María Cristina
decide venirse al norte,
viene a San Sebastián, y manda
construir esta Real Casa de Campo.
O cómo la playa de La Concha
se ha convertido en el corazón
de la ciudad para
los donostiarras y los visitantes.
Es un placer caminar por aquí.
Toda esta elegancia neoclásica
que tiene la playa de La Concha
atrajo a la reina Isabel en el siglo
XIX para pasar aquí sus vacaciones.
También sabremos el secreto
para elaborar las auténticas gildas.
Ese contraste
de los tres sabores en boca
hace que sea una explosión
de sabor, una explosión...
Te invita a seguir comiendo
y a seguir bebiendo.
Cómo era la vida
en el puerto antiguo de la ciudad
hace poco más de 100 años,
o cuáles son los pueblos costeros
más impresionantes de Guipúzcoa.
Bienvenidos a "Un país mágico".
(Música)
(Música animada)
San Sebastián, una de las ciudades
más señoriales de España,
que está rodeada por tres montes,
que siempre la han protegido:
el monte Urgull,
el monte Igueldo y el monte Ulía.
El Urgull está entre
la parte vieja y el paseo nuevo,
coronado por la estatua
del Sagrado Corazón,
más o menos como Río de Janeiro.
Desde su cima se pueden disfrutar
impresionantes vistas de la ciudad
y de sus playas, como
la de La Concha, a sus pies.
(Música)
En el extremo oeste de la ciudad
está el Igueldo, en su cima
aún hoy se puede encontrar
un original parque de atracciones,
y un faro del siglo XVIII
construido en madera.
El Ulía es un auténtico
parque natural en plena ciudad:
era usado como parque
de recreo para la aristocracia
a principios del siglo pasado,
y hoy es un lugar
muy valorado para hacer senderismo.
(Música)
Llego a San Sebastián
por su paseo más internacional,
el paseo de La Concha,
como veis, tiene forma de concha.
Este paseo está delimitado por
dos montes: el Igueldo y el Urgull.
Además, está formado por dos playas:
la de Ondarreta y la de La Concha,
aunque de eso hablaremos
un poquito más adelante,
porque ahora he quedado
con el escritor Álvaro Arbina,
que me va a contar la historia
de esta fantástica playa,
y con él nos vamos a fijar
en detalles tan especiales
e interesantes como
las farolas y su mítica barandilla.
(Música suave)
Álvaro, ¿qué tal?
Hola, Miguel.
¿Cómo estás?
Me alegro de verte.
Yo también, y de que me aquí,
donde comienza
el paseo de La Concha, ¿verdad?
Aquí, en el ayuntamiento,
en la casa consistorial.
Qué bonito, ¿eh?
Es precioso, es precioso.
No siempre ha sido ayuntamiento,
antes era un casino.
Ah, ¿sí?
Sí, se construyó
a finales del XIX, en 1887.
Fue un casino durante
varias décadas, hasta el año 1924,
que en la República
se prohibió el juego.
Anda, es verdad.
Se cerró el casino,
dejaron de amasarse fortunas
aquí, y de perderse fortunas...
Claro.
Estuvo cerrado varios años,
hasta que se abrió el ayuntamiento,
frente a los jardines
del Alderdi Eder.
Vamos a pasear, ¿vale?
Venga.
(Música)
Con el fresquito
que hace hoy en San Sebastián,
y la gente bañándose, incluso.
Sí, son unos valientes, estos
no se cogen catarro en todo el año.
Ya veo, ya veo.
¿Nos bañamos, o seguimos hablando?
Ya veremos luego,
de momento vamos a hablar.
Podemos hablar de esta maravilla,
que es curiosa, ¿verdad?
Sí, es el símbolo de la ciudad.
¿Ah, sí?
Estamos en una de las playas
más famosas del país,
y de Europa, también.
Playa de La Concha.
Sí, es la más visitada,
la más fotografiada,
aparece en las postales.
Uno de los símbolos
de esta playa es esta barandilla,
tiene casi 100 años,
es centenaria, digamos.
Cuando se decidió construir,
cuando se decidió diseñar,
costó un precio de 34 E,
que eran 5700 pesetas.
5700 pesetas.
Que hoy en día son 34 E.
Es impresionante cómo una barandilla
que ha tenido tanto peso
en el transcurso
de esta ciudad, tanto simbolismo,
que aparezca en tantas
postales, que costara 34 E.
Qué bien amortizada.
Sigamos paseando, que te voy
a preguntar sobre las farolas.
Son especiales, ¿verdad?
Sí, sí, sin duda.
(Música)
Es un placer caminar por aquí.
Toda esta elegancia neoclásica
que tiene la playa de La Concha...
De hecho, una de las razones es esa,
atrajo a la reina Isabel en el siglo
XIX para pasar aquí sus vacaciones.
Eso hizo que detrás
todas las élites del país
fueron viniendo
a pasar sus vacaciones aquí.
A raíz de eso, ha traído
mucho glamur a esta ciudad,
es por lo que nos hemos
parado delante de esta farola,
una réplica de esta farola
se entrega como Premio Donostia
en el Festival
de Cine de San Sebastián.
Una réplica en plata.
En plata, mucho más pequeña.
Qué bueno.
Álvaro, no sé si
has traído tu último libro,
"La sinfonía del tiempo",
como te pedí.
Sí, lo he traído.
Lo tengo por ahí, lo tengo por ahí.
Si te parece, hacemos una cosa:
me voy a despedir de ti
con una experiencia de magia
basada en tu libro, ¿te apetece?
Qué peligro.
Venga, vamos.
Sí, sí.
Vamos, vamos.
(Música)
Álvaro, ha llegado el momento.
Ha llegado el momento.
Déjame tu libro.
¿Cuántas páginas tiene?
Unas 560.
560 páginas.
Ese libro que tú has traído,
yo no lo he podido modificar,
lo acabas de sacar ahora,
lo hemos comentado...
Sí, sí, sí.
Vamos a hacer un ejercicio
increíble, creo.
Dime "alto" cuando tú quieras, ¿eh?
Ya.
¿Aquí, seguro?
Sí.
Vale.
De esta página o de esta página,
quiero que te fijes en una palabra,
que no sea demasiado complicada.
¿La tienes?
Sí.
¿Seguro?
Sí.
No la olvides, y para comprobar
que esa palabra
no la puedes cambiar,
quiero que la escribas aquí. Este
va a ser mi rotulador para luego,
y este será el tuyo.
La escribes aquí.
Venga, ahí está.
Yo me doy la vuelta, no quiero ver.
(Música)
Bien claro.
¿Lo tienes, seguro?
Lo tengo.
¿De verdad?
Sí.
Dobla el papel,
que yo no pueda verla.
¿Sí?
Ya está.
Una cosa muy importante, que no
quede nada escrito en la libreta,
nada, ¿no? Perfecto.
Muy bien,
devuélveme esto. Vamos allá.
¿Cuántas posibilidades
hay de que yo sepa qué palabra...?
(RESOPLA)
Hay unas 200 000 palabras
en el libro,
como alguna se repite, no lo sé.
"No lo sé".
Muy pocas posibilidades, muy pocas.
Mira lo que voy a hacer,
te voy a pedir algo.
Voy a dibujar una página
de tu libro, mira.
(Música)
Es una página que en principio
va a estar vacía, claro.
Así.
Voy a escribir la palabra
que más me ha llamado la atención
cuando leí "La sinfonía del tiempo".
Una palabra elegida completamente
al azar, y que ni los cámaras saben.
Tú la estás pensando, está aquí.
Es como tus ideas
cuando vas a escribir,
las tienes aquí y aquí,
y cuando se hace
esa conexión las plasmas.
Con la magia sucede igual:
yo tengo una idea aquí,
si la siento aquí, la plasmo,
y es lo que ahora voy a hacer.
Date la vuelta,
para que no puedas ver
lo que yo escribo aquí, solo después
te darás la vuelta, ¿te parece?
Muy bien.
Necesito por última vez
que pienses fuerte en esa palabra.
Fuerte, fuerte. Sí, la tengo.
Date la vuelta.
(RÍE)
(Música intriga)
Álvaro, quieto ahí.
No me muevo.
No estamos compinchados, ¿verdad?
No, no, no hay conspiración.
Entre 200 000 palabras.
Vente así, sin darte
la vuelta, hacia mi lado.
Cuidado, no me pises la obra,
vente por aquí, vente por aquí.
Y quiero que mires
lo que tengo escrito.
(SORPRENDIDO) Ja, ja.
Por favor, ¿quieres sacar tu papel?
(RÍE)
Impresionante, impresionante.
Muestra que pone "pueblo".
(RÍE)
Impresionante.
Es que es una palabra...
es maravillosa, tiene
que ver mucho con nuestro programa,
recorremos pueblos, ciudades...
Madre mía.
Sí, sí, sí.
Espero que te haya gustado.
Qué gran ilusión, yo soy
un ilusionista de las palabras.
Lo sé, lo sé.
Creo una ilusión en el lector,
y me parece impresionante,
una palabra con tanto sentido,
tanta fuerza,
y que la hayas captado.
La magia se produce
en la mente del espectador,
al leer un libro,
cuando ve un espectáculo.
Estoy... Ha sido... Vamos.
Muchas gracias.
Enhorabuena.
Gracias.
Miguel me parece una persona
bastante misteriosa,
que sabe ocultar muy bien los
engranajes ocultos tras la magia.
Ahora lo que quiero
es saber cómo ha sabido acertar
una palabra que
he pensado entre las 200 000
que puede encerrar
un libro de 560 páginas,
es realmente impresionante.
(Música suave)
Este impresionante palacio
fue construido hace poco más
de cien años
por la reina María Cristina.
Es el palacio de Miramar,
y aquí la reina
pasó los mejores momentos
de ocio con su familia.
Situado enfrente
de la playa de La Concha,
las vistas desde
aquí son inmejorables.
No es de extrañar que la bisabuela
del rey emérito don Juan Carlos
eligiera este lugar entre todos
los que tenía a su disposición.
Sus más de 34 000 m²
de superficie total,
más o menos la superficie de 350
casas de las habituales hoy en día,
están divididos en el palacio,
un parque, jardines,
y varios edificios que Miguel
está a punto de descubrir
con Lola Horcajo, una historiadora
donostiarra estudiosa del palacio.
(Música)
Hola.
Hola, Miguel.
¿Qué tal, Lola, cómo estás?
Muy bien, encantada de recibirte
en este gran salón del palacio
de Miramar, de San Sebastián.
Que tiene una historia fascinante.
Sí, tiene una
historia muy interesante.
Corrígeme si me equivoco,
pero Alfonso XII se casa
con María de las Mercedes.
Así es.
Esta muere, y más tarde Alfonso XII
se casa con María Cristina.
Muy bien.
La deja embarazada, y él muere.
Sí, solamente tenía 27 años,
se murió muy joven.
María Cristina decide venirse
al norte, a San Sebastián,
y manda construir
esta Real Casa de Campo,
porque las vistas que tiene
son incomparables, sobre la bahía,
sobre las dos playas
de San Sebastián,
y el aire era mucho más fresco
que en la llanura castellana.
¿Qué tenía San Sebastián?
En aquella época, con aquel poder,
casi podía haber construido
donde hubiera querido.
Fue una persona muy afín
al carácter de San Sebastián,
una ciudad abierta, liberal,
y que la dejó un poco tranquila,
lejos de esa corte
encorsetada que tenía en Madrid,
y en los otros palacios también.
Qué bueno.
Es un palacio fascinante
que me encantaría conocer.
Hay muchas cosas
que me gustaría ver,
y empezar por algo que tiene que ver
con el misterio, con algo oculto.
¿Aquí hay una escalera oculta?
Por supuesto que sí.
¿Vamos a verla?
Vamos a verla, Miguel.
Perfecto.
Venga.
(Música)
Estamos entrando en el despacho
oficial de la reina María Cristina.
Así es, Miguel, aquí recibía
todos los días María Cristina,
aunque estaba de vacaciones
y hacía vida de playa y de campo,
pero todos los días
recibía al ministro de jornada.
No sé si leyenda o historia, recibía
a los ministros de dos en dos.
Así es, era una mujer tan prudente,
que recibía a los ministros
de distinto ramo a la vez,
de dos en dos,
para que nadie pudiera poner
en su boca algo que no había dicho.
¿Dónde está la escalera secreta?
Como te he dicho,
estamos en el despacho,
y María Cristina era discreta.
Entonces, tenía que tener
una entrada y salida de este despacho
sin que pudiera ser observada.
Para evitarse pasar por el "hall".
Eso es, esa es la idea.
Miguel, ¿dónde crees
que pudiera estar esa puerta secreta?
Voy a ver.
A ver qué te encuentras.
A ver qué hay.
(Música)
¡Guau! La de historias
que habrán pasado aquí.
Eso es.
Subía a sus habitaciones privadas,
por tanto era algo privado.
Todavía aquí tenía una pequeña
habitación, un tocador:
sin tener que subir a la habitación,
también podía aquí arreglarse,
era mujer, después de todo.
Qué fantástico,
qué de historias y de sensaciones
habrá tenido María
Cristina subiendo por ahí.
Eso ya se lo queda para ella,
a nosotros nos queda todavía
conocer un poco más de este palacio.
Claro que sí.
(Música)
Y llegamos a la biblioteca
del palacio de Miramar,
esto no lo pisa cualquiera.
Claro que no,
solamente algunos reyes
y algún príncipe, ¿eh?
Muchas gracias, hombre.
Esta era la biblioteca
del palacio de Miramar,
que también la usó
como despacho Alfonso XIII.
Alfonso XIII, el hijo de
María Cristina, huérfano de padre.
Eso es, su hijo póstumo,
que vino aquí de chiquitillo,
pero con 16 años ya fue el rey, y
usaba esta biblioteca como despacho.
Claro, para no usar
el despacho de su madre.
Exactamente.
Esta biblioteca tiene algo más,
también me parece
que está un poco escondido.
Hay muchos secretos.
Muchos secretos,
y enseguida lo vas a encontrar.
¿Qué piensas que puede haber
detrás de esas grandes puertas?
Algo muy importante.
Muy importante.
Voy a abrir la puerta, con permiso.
Venga, Miguel.
Vamos allá.
(Música)
¡Guau! Qué chulada,
es pequeñita, pero muy acogedora.
Es un pequeño oratorio
privado, para la familia,
las sillas de enea,
muy sencillas, se colocaban aquí,
en la parte de la biblioteca,
porque dentro de la capilla
solamente cabía el sacerdote.
¿Quién usaba esta capilla?
En principio, la familia en actos
privados, pero hubo una ocasión
especial en que esta capilla
tuvo fama internacional,
porque aquí se celebró
un 7 de marzo del año 1906,
el bautizo católico de la princesa
Victoria Eugenia de Battenberg,
que para casarse con Alfonso XIII,
como condición indispensable,
tenía que convertirse al catolicismo.
Y ese bautizo católico
tuvo lugar aquí, en esta capilla
del palacio de Miramar
de San Sebastián.
Y tras esa ceremonia,
ya se pudieron casar.
Claro que sí.
Eso fue en Madrid,
un 31 de mayo de ese mismo año,
se casaron en los jerónimos.
¿Continuamos este paseo?
Sí, vamos, Miguel.
(Música)
Esta sala revestida
de madera de roble,
con esta chimenea imponente,
estamos en el comedor de Miramar.
Te quería preguntar algo que tiene
que ver con sucesos históricos
que ocurrieron después.
Si habláramos con
el rey emérito, con Juan Carlos,
diría que aquí pasó unos años muy
buenos estudiando el bachillerato.
Ah, ¿sí?
Sí.
Pero en aquella época
no vivía en España él.
¿Cómo acabó aquí estudiando?
Los condes de Barcelona
vivían en Estoril,
pero que se educaran sus hijos
en el extranjero, eso no lo querían,
querían que se educaran en España.
Y el lugar que ellos tenían,
que era suyo propio,
era este palacio de Miramar.
Aquí acondicionaron
el pabellón del príncipe
como colegio e internado para
Juan Carlos y su hermanito Alfonso.
Lola, ha sido maravilloso
este paseo por la historia.
Espero que os haya gustado mucho.
Me encanta venir a un edificio,
y en el mismo edificio,
sin salir de él,
recorrer varias épocas
de la historia, es maravilloso.
De la "belle époque"
hasta la actualidad, casi.
Lola, muchísimas gracias.
Muchísimas gracias a vosotros,
que vengáis muchas veces a Donosti,
que estáis en vuestra casa.
Muchas gracias. Adiós, Lola.
Hasta luego, adiós.
(Música)
(Música suave)
Zarautz es una de las joyas
de la costa guipuzcoana,
especialmente su playa,
que con 2,5 km de longitud,
es una de las más
grandes del País Vasco,
es por eso que la llaman
"la reina de las playas".
Pero además, hay otro motivo.
¿Os imagináis cuál es?
La Reina Isabel II de España eligió
Zarautz como residencia de verano,
y provocó un efecto llamada entre
las clases altas y la aristocracia.
Este paisaje ha ido
desde entonces desdibujándose,
y los palacios
han dado paso a los hoteles
y a los edificios
de apartamentos modernos,
y estos han atraído a su vez
un turismo menos elitista.
Zarautz fue fundado en 1237,
y durante mucho tiempo la pesca
fue la principal actividad
económica de la localidad.
Se cuenta que en
los astilleros de Zarautz
se construyó el primer barco que dio
la vuelta al mundo, el nao Victoria,
que navegó al mando
de Juan Sebastián Elcano,
originario de la localidad
vecina de Guetaria.
(Música)
He venido paseando
hasta el Buen Pastor,
o lo que es lo mismo,
la catedral de San Sebastián.
Para su construcción se utilizó
pizarra y piedra del monte Igueldo.
De su fachada me llaman
la atención muchas cosas,
pero fundamentalmente,
esa cruz que veis ahí,
se llama "Cruz de la paz",
y es de Eduardo Chillida,
igual que el "Peine de los vientos".
Vamos a pasar a su interior,
y junto a Koldo,
vamos a descubrir más secretos
de esta catedral neogótica.
(Música)
La catedral se construyó
hace poco más de 120 años,
con estilo neogótico,
inspirada en las iglesias medievales
de Alemania y Francia.
Como dato curioso, la obra
se finalizó en apenas ocho años,
y costó más
de 1,5 millones de pesetas,
sin incluir altares ni retablos.
Una gran suma de dinero,
teniendo en cuenta
que a finales del siglo XIX,
el salario diario de un trabajador
podía rondar las tres pesetas.
(Música)
Hola, Koldo.
Muy buenas tardes, ¿qué tal?
¿Cómo estás?
Bien, bien.
Digo bien si digo que estamos
en el Buen Pastor, ¿verdad?
Sí, sí, estáis en el Buen Pastor.
Esta es la parroquia del Buen pastor,
y a la vez, desde hace
unos 60 años, catedral también.
Parroquia y catedral.
En su día se hizo solo parroquia.
¿Vamos a conocerla?
Vamos a verla un poco, adelante.
(Música)
Koldo, de vuestra
catedral he oído muchas cosas,
pero una de las que más me
ha llamado la atención es el órgano,
que es, si no me equivoco,
¿el más grande de España?
Este es el más grande de España,
sí, y uno de los mayores de Europa.
¡Anda!
El órgano lo construyó Organistería
Española, de Azpeitia, en 1954,
tiene 10 000 tubos.
No puede ser.
10 000 tubos.
Cómo sois aquí, en el País Vasco,
lo agrandáis todo, ¿o no?
(RÍE) No.
¿Son 10 000 tubos de verdad?
Sí, sí, 10 000 tubos.
¡Madre mía!
Y el tubo más largo mide 12 m.
Es el que está en el medio, ¿verdad?
Sí.
(AMBOS) 12 m.
La consola tiene cinco teclados.
Cinco teclados.
Aparte, el del pie.
Ajá.
El de los pies.
Y el órgano funciona, ¿verdad?
Funciona en cuatro misas: el domingo,
en los funerales, en las bodas...
Se ve el estilo, es neogótico,
es una iglesia
que se hizo como parroquia,
ese tamaño de iglesia para parroquia.
En 1897 se inauguró,
el día de San Ignacio.
La basílica... Santa María está
muy relacionada con la catedral,
y de ahí vino la Virgen del Rosario.
La Virgen.
No solamente el párroco
para hacerlo, también la Virgen.
Cuéntame algo de su restauración,
de la cantidad
de capas que encontraron.
Esta es una pieza del XVI,
pero al cabo de los años,
como en tantas figuras en piezas
del Medievo y del Renacimiento,
para arreglarlo lo repintaban.
Y al cabo de los años
se repintaba muchas veces.
Claro.
Y esta llegó a tener
15 policromías diferentes.
Esta es una policromía del siglo
XVIII, ya 200 años después...
¡200 años después!
Sí.
Y es una policromía que es la octava,
y ahí nos paramos.
Koldo, un placer conocer
un poquito más esta catedral.
Perfecto, Miguel, gracias a ti.
Y este Buen Pastor.
Eso que nos acompañe a todos.
Que está ahí precioso, claro que sí.
(RÍE) A ver si somos buenas ovejas.
Claro que sí, claro que sí.
Adiós, Koldo.
Adiós.
(Música)
Zumaia está en uno de los lugares
más bellos del litoral guipuzcoano,
en una bahía entre
los ríos Urola y Narrondo.
Zumaia tiene dos playas de arenas
oscuras, el motivo del color
es la alta concentración
de yodo en su composición,
son, por tanto, beneficiosas
para algunos tratamientos de salud.
Sus espectaculares
acantilados son muy visitados,
desde la playa
de Itzurun hasta Deba.
En este recorrido
pueden contemplarse
estas peculiares formaciones
rocosas que se alzan sobre el mar.
¿Cuál es el mejor momento para
disfrutar de este paisaje mágico?
En la bajamar queda al descubierto
un fenómeno llamado "flysch",
son unas láminas de roca erosionadas
por el mar, de particular forma,
creadas durante alrededor
de 60 millones de años.
Rodeada de montañas y acantilados,
Zumaia cuenta con un casco histórico
muy interesante, que
aún conserva su trazado medieval.
(Música)
Es momento de hablar
de la gastronomía
del País Vasco en general,
y concretamente de aquí,
de la de San Sebastián.
Aquí hay mucha tradición
en torno a los pinchos,
y el nombre de pincho
es muy curioso,
porque originalmente
era una rebanada de pan
donde se ponía la comida, para que
no se cayera se ponía un palillo,
y de ahí el nombre de pincho,
todo tiene una explicación, ¿verdad?
No os miento si os digo
que voy a ir a un lugar
donde dicen que se inventó la gilda.
(Música)
Antxón.
Aúpa, Miguel.
¿Cómo estás?
¿Qué tal?
Me has pillado con las manos...
Da igual.
Dame la mano igual.
¿Qué tal estamos?
No me habré equivocado, he dicho
que aquí se inventó la gilda.
Me has pillado haciendo
un montón de gildas para hoy.
Pero no me has contestado.
¿Se inventó o no aquí la gilda?
Se inventó la gilda.
Ah, ¿sí?
En el año 1942, el abuelo Blas
vino desde Navarra, desde Olite,
con vinos cosecha propia, de
sus propios viñedos, y tal y cual.
¿A qué vino aquí, a San Sebastián?
Había que vender esos vinos.
Vino a vender los vinos.
Vino a vender, y aquí
hizo su bodega de vinos,
y aquí se servía
a las casas, a la gente, tal.
Luego había que vender más vino,
y había que poner lo que había
entonces, los encurtidos.
No se vendía como este conjunto,
se vendía por separado:
aceituna, guindilla, lo que fuera.
Hasta que al ensartar con un palillo,
al ensartar las tres cosas con
un palillo: la anchoa en aceite,
a poder ser, del Cantábrico,
como digo yo; unas guindillas...
¿De las que pican?
No, estas no pican nada.
¿Seguro? No me engañes.
No pican nada.
Que luego quiero probarlas.
No pican nada.
Vale, vale.
Cinco, como veis aquí, ensartadas
una por un lado, otra por otro,
para que lo haga más bonito,
y una aceituna.
¿Con hueso, o sin hueso?
Con hueso, porque en el año 1942...
como comprenderás,
no había sin hueso.
Es la receta original,
no ha variado en absoluto.
No ha variado nada. Ese contraste
de los tres sabores en boca,
hace que sea una explosión
de sabor, una explosión rica,
que te invita a seguir comiendo,
y a seguir bebiendo.
Y se llamó gilda.
Gilda.
Se llamó gilda porque
es verde, salada, con anchoa,
y un poquito picante.
Un poquito picante.
El deje de picante es aquel tema de
Rita Hayworth en la película "Gilda".
Ah, qué bueno.
Vamos a hacer una cosa,
vas a hacer tú una gilda.
Venga.
Vamos a hacer una gilda,
tú me sigues a mí.
Pero vete despacio, que
es mi primera vez como "gildero".
Esto no hace falta mucho.
Doblas por el lomo,
por la parte bonita de la anchoa.
¿Cojo así primero?
Sí.
A ver.
Cogemos las guindillas,
y vamos poniendo una para un lado,
otra para otro lado.
¿Con la puntita
mirando para un lado...?
Ahí.
Y la otra para el otro.
Eso.
Para un lado, otra para otro.
¿Cuántas?
Cinco.
¿Cinco?
Cinco es el número ideal
para hacer de una gilda
el tema ideal.
¿Cuánto tiempo llevas tú
haciendo gildas? Muchísimo, ¿no?
Sí, sí, bastantes, bastantes.
Y me queda una, venga.
Te queda una.
Ya acabo, ¿eh? Y cinco, ahí está.
Acabamos con aceituna.
Aceituna.
Para... Para comer esto...
Tiene su técnica, ¿no?
Vamos a ver. Primero.
Venga, primero.
Vamos a hacerlo bien.
Ya que tiene hueso,
primero se coge la aceituna.
Voy a hacerlo.
Quitamos el hueso.
Y en esa misma aceituna,
insertamos todo lo que vendría.
O sea, no me la trago.
No, no.
La dejo en la boca.
Ostra, Antxón. Vamos allá.
Con lo que me gusta a mí esto.
(Música suave)
Qué explosión.
Mm...
¿Qué sabor?
Dime qué estás sintiendo.
Una explosión. No sé qué decirte.
Eso es magia.
Ay, cómo pica.
Pero no pica.
Antxón, que me has engañado.
Mira cómo se ríen tus camareros.
No, no.
Esto es la novatada que he pagado yo
por venir aquí, Antxón.
(RÍE)
Ay, madre, cómo pica.
No, no.
Mira.
No pica. Es una cosa fresca,
fresca y tal.
Vamos a hacer una cosa, mira.
Hablando un poco
de gastronomía y de magia,
te voy a hacer
un pequeño juego de magia.
¿Te parece?
Perfecto.
Mira, nos hace falta
que cada uno de nosotros
cojamos una servilleta.
La tienes por ahí, ¿verdad?
Sí, por supuesto.
Ahí está.
Una.
Sí, una.
La dejamos por aquí, así,
que se vea todo bien,
aquí con las gildas.
Voy a usar una baraja de cartas,
¿de acuerdo?
Perfecto.
Voy a mezclar así un poquito.
Así, que se vea bien cómo se mezcla
la baraja de cartas, y...
Ay, dale la vuelta, dale la vuelta
a esta que se ha caído. Así.
Voy a intentar relacionar un poco
la magia y la gastronomía.
Tú has hecho que yo...
me ponga en mi boca una gilda.
Y una gilda no va a ser,
pero va a ser una carta.
Pero vamos a hacerlo
de una manera especial. Mira.
Para que sea una carta única
en el mundo,
después de haber mezclado,
la primera carta que quede
será para ti, Antxón.
Quiero que la firmes.
Fírmala aquí. Que se vea bien.
Ahí está. Vaya firma.
Muy bien, Antxón. Perfecto.
Mira lo que vamos a hacer.
La dejamos aquí, Antxón.
El 4 de tréboles, ¿de acuerdo?
Mira, y ahora la vamos a doblar así,
un poquito.
Así, la doblamos otro poquito así,
y quiero que hagas...
Cierra la boca.
Ahí está. Aguántala, ahí está.
Aguántala, ¿eh? Perfecto.
Mira, la siguiente carta que quede
es la tuya.
Esto te lo he hecho
porque como me has dado
una gilda que pica,
para que te fastidies. Mira.
Y esta carta que tengo yo aquí,
la siguiente
la voy a firmar también, ¿vale?
Voy a poner aquí, así: "Miguel".
¿De acuerdo?
Ahí está.
Y lo mismo, me la voy a poner
en la boca. Mira.
Oye, sabéis que vosotros a través
de las gildas y otros pinchos,
generáis mucha ilusión en la gente.
Es en lo que nos parecemos
los magos y los cocineros,
en que vosotros generáis ilusión
y nosotros también.
Vamos allá, ¿eh?
Tu carta firmada y mi carta firmada.
Dame la mano.
Así, cruzadas.
Mira. Una, dos y tres.
Ya está. La magia se ha hecho.
Mira, por favor,
lo que tienes en la boca.
(Música)
Mi carta firmada,
y lo que tengo yo aquí, Antxón,
es exactamente tu carta firmada.
(Aplausos)
Mola, ¿no?
Genial.
Oye, Antxón, pues ha sido un placer
visitarte aquí, en tu casa.
La verdad que me voy encantado.
¿Ya puedo decir
que soy un maestro gildero?
Hombre, por supuesto.
Me voy a llevar yo esto para acabar
de cogerle el gustillo.
Hacemos un cambio, tú te quedas
con las cartas de recuerdo.
Perfecto.
Y yo me llevo las gildas,
que las voy a compartir
con el equipo.
Perfecto.
Antxón, muchas gracias.
Nos vemos cuando tú quieras.
Claro que sí. Muchas gracias.
Venga, agur.
Adiós, adiós.
(Aplausos)
Una sensación de decir:
"¿Cómo lo ha hecho?
¿Cómo lo ha hecho?"
Genial, genial.
(Música)
A unos 25 km al oeste
de San Sebastián está Guetaria.
La localidad está enclavada
en una pequeña península
que termina
en el monte de San Antón.
Os recuerda a algo su forma,
¿verdad?
La similitud de su perfil
con el más famoso de los roedores
hace que el monte sea conocido
como el ratón de Guetaria.
Aquí, hace años,
los habitantes de la localidad
avistaban y pescaban
enormes ballenas del Cantábrico,
ya que muchos de ellos subsistían
gracias a ellas.
Hoy en día, por desgracia,
ya no quedan
ni balleneros ni ballenas.
En el marco de la Guerra
de la Independencia española,
en el verano de 1813,
tuvo lugar una batalla
entre las tropas francesas
y angloportuguesas,
cuyo resultado fue la destrucción
de la capital guipuzcoana.
Es un hecho que cada 31 de agosto
se conmemora aquí,
en la zona antigua de San Sebastián.
(Continúa la música)
Hola.
Hola, Miguel.
¿Qué tal? ¿Cómo estás, Álvaro?
Bien.
Estamos en un lugar muy histórico,
¿verdad?
Sí, muy histórico.
Estamos en una encrucijada.
Tenemos aquí la iglesia
de San Vicente,
y esta es la calle 31 de agosto.
Es un nombre un tanto peculiar.
¿Por qué se llama
calle 31 de agosto?
Originalmente se llamaba
la calle de la Trinidad.
De la Trinidad.
Lo que pasa que cambió de nombre
a raíz de los sucesos
que aquí acontecieron,
que fue cuando al final
de la Guerra de la Independencia,
que venían las tropas napoleónicas,
francesas,
huyendo de la batalla de Vitoria.
Era el principio del fin de Napoleón.
Bueno, pues huyeron,
se acantonaron aquí,
y entonces empezó un sitio
de dos meses.
Dos meses.
Los angloportugueses,
que eran los aliados,
venían tras ellos y, entonces,
cuando llegaron
a las puertas de San Sebastián,
estuvieron intentando entrar
durante dos meses
hasta el 31 de agosto, que fue
cuando se derribaron las puertas
y, entonces, llegaron a establecer
una lucha por las callejuelas
de todo el casco histórico.
¿Y esta iglesia, entonces,
qué representa
para esa etapa que estamos hablando?
Bueno, esta iglesia,
la iglesia de San Vicente,
fue un refugio
para todas las personas
que huyeron de esa lucha,
todos los civiles,
que huyeron de sus casas
porque los angloportugueses
estaban incendiando las casas.
Entonces, ellos huyeron
y se refugiaron en esta iglesia.
(Música)
Hace algo más de 200 años
aquí ocurre algo
y la gran cantidad de turistas
que vienen a disfrutar
de los pinchos,
de la gastronomía, del ambiente,
quizá no se imaginen
lo que ocurrió aquí, ¿verdad?
Porque además, justo en este punto,
digamos que es un punto
como frontera.
Sí. Estamos en una frontera, digamos.
De aquí a la izquierda
se incendió la ciudad,
y de aquí a la derecha,
que es la última calle
antes de lo que es las faldas
del monte Urgull,
pues se mantuvieron estas viviendas.
¿Por qué se mantuvieron?
Porque sirvieron de hospedaje
a las tropas aliadas
que saquearon la ciudad.
Observamos una gran diferencia
entre esta casa,
que parece que se conserva
lo más parecido a aquella época,
y por las casas
por las que hemos paseado, ¿verdad?
Sí. Esta es una de las casas
mejor conservadas.
Ahora tiene ladrillo rojo,
pero entonces estaba cubierto
por una capa de cal,
pero el entramado de vigas de madera
que se ve es exactamente el mismo,
se conserva igual.
Y cuéntame,
cuéntame cómo era aquella rutina
que tenían las tropas, cuando
llamaban a la puerta de casa.
"Dinero o muerte", sí.
Eso es lo que decían
a los vecinos de Donosti.
Lo que hacían era llamar...
No llamaban a la puerta,
pegaban disparos.
Ah.
Disparaban cinco o seis disparos,
abrían las puertas a la fuerza,
y entonces decían: "Dinero o muerte",
y si los familiares
no entregaban sus bienes,
entonces había problemas.
El problema es cuando
alguien entregaba un bien
y se iba ese pelotón,
y volvía luego otro detrás
y no tenían otra cosa que entregar,
entonces había problemas.
Cuánto tenemos que aprender
de la historia, ¿eh?
Bueno, la guerra oculta
ese tipo de cosas, ¿no?
Claro.
Muchas veces nos cuentan
los buenos y los malos,
pero realmente
es algo mucho más complejo.
Claro. Y por eso el 31 de agosto,
para recordar
y que no vuelvan a ocurrir
estas cosas,
se celebra la conmemoración
de una manera un tanto especial.
Cuéntame.
Sí, lo que se hace es...
Durante la noche se apagan
todas las farolas,
se oscurece toda la calle
y, entonces, se encienden velas
en los balcones.
Ah, qué bonito.
Y, de alguna manera, se recuerda
lo que sucedió aquel día,
porque es importante que se recuerde
lo que pasó aquí
porque es parte de nuestra historia.
Un escritor
de novela histórica como tú,
¿cuando ve esta batalla
piensa en escribir alguna...?
Hombre, los escritores intentamos
bucear en la historia
para rescatar este tipo de sucesos,
¿no?
Porque al final nuestra labor
es rescatar las partes más oscuras
de la historia
para que no queden olvidadas
y que, al fin y al cabo,
reflexionemos sobre lo que somos.
Así que nada, Álvaro,
muchísimas gracias
por tu lección de nuevo. Gracias.
Un placer.
Muchas gracias.
(Música)
(Música)
A unos 10 km de la capital
está Pasajes de San Juan.
Se trata del distrito más antiguo
de los cuatro que forman
el municipio de Pasaia.
Situado al este de la bahía,
es el de mayor extensión,
debido a que incluye
el monte Jaizquíbel.
La aldea
era tradicionalmente pescadora,
y está separada
de Pasajes de San Pedro
por la ría de Pasajes,
que fue motivo de disputas
en el pasado por controlar
esta salida al mar,
ya que la bahía de Pasaia
albergaba el puerto comercial
más importante de Guipúzcoa.
Pasaia destaca
por su extenso patrimonio cultural
y por su particular arquitectura
de edificios
con varias alturas
y pintados de colores llamativos.
Lo mismo a un lado
que al otro de la ría,
que hoy en día pueden cruzar
los turistas en una barca,
desde la que se puede disfrutar
de este impresionante paisaje
desde el agua.
(Música)
He quedado con uno
de los presentadores más queridos
y conocidos de la televisión
en San Sebastián,
y junto a él vamos a hacer
lo que más nos gusta.
Vamos a dar un paseo por esta zona
donde me encuentro del casco antiguo
y vamos a descubrir
anécdotas y curiosidades.
(Continúa la música)
Muy buenas.
¡Miguel!
¿Qué tal? ¿Cómo estamos?
Pues bien. Tú un poco fresco.
Menos mal que yo tengo una bufanda
de tu tierra, de Zamora,
que abriga un montón.
Ah, ¿sí?
¿Tú te has fijado en algo?
Bueno, me he fijado en muchas cosas.
Bien.
Pero ¿hay algo que te llama
la atención?
Ah, sí. Claro, claro,
lo de los números.
Los números.
Es una numeración un tanto extraña.
¿Verdad? Pues mira,
yo cada vez que vengo aquí,
a la gente que viene de fuera,
de visita, le digo:
"¿Y por qué estos números?"
Bueno, pues tiene su razón.
Esto antes se alquilaba
como localidades
de los festejos taurinos.
Anda.
O sea, se celebraban aquí
los festejos taurinos.
Aquí. Algunos cuentan
que, después del gran incendio,
esto se reconstruyó
con dinero público
y, entonces, el ayuntamiento
parece ser que puso una condición
a los propietarios,
y es que paga el ayuntamiento,
dinero público para reconstruir
estos edificios,
pero con la condición
de que algunas veces al año,
cuando se hacían
los festejos taurinos,
cediesen el balcón como localidad.
Entonces, tú venías a ver los toros
y te ibas al 3 o al 4.
Vamos a seguir con sorpresas.
¿Seguimos con la ruta?
Venga, vamos.
(Música)
Este es el mercado, Miguel.
Ya, pero tiene un nombre
un tanto curioso, ¿verdad?
¿Te ha llamado la atención?
El Mercado de la Brecha.
Sí. El Mercado de la Brecha.
¿Por qué ese nombre?
Pues mira, aquí estaban
las murallas de defensa.
Antes del famoso incendio,
las tropas inglesas consiguieron
hacer aquí, en la muralla,
una de las brechas
para entrar a la ciudad.
Ah, qué bueno.
Y por eso se llama la Brecha.
(Música)
A ver, ¿qué tiene de peculiar
este reloj? Que chulo es.
Chulo es, ¿verdad?
Pero seguro que alguna historia
tiene detrás.
Hombre, aquí, en Donosti,
todo tiene historia.
A ver, cuéntame.
Este reloj lo puso la compañía
de tranvías de San Sebastián.
Sí, porque esta era la estación
central del tranvía.
Ah, qué curioso.
Para que sus trabajadores supiesen
cuándo tenían que hacer el servicio
pusieron el reloj.
Han pasado muchos años
y, a día de hoy,
todo el mundo queda aquí.
Todo el mundo te va a decir,
si vienes a lo viejo, dices:
"Oye, quedamos a las seis
o a las siete en el reloj".
Y todo el mundo aquí.
Y todo el mundo aquí.
Marca, digamos,
el inicio de la zona vieja.
Eso es, de la parte vieja.
Es la entrada a la parte vieja.
Lo que he aprendido contigo.
¿Sí?
Te iba a dar la mano,
pero te voy a dar un abrazo.
Venga.
He aprendido muchísimo contigo.
(Música)
El teatro Kursaal de San Sebastián
es un icono
en la arquitectura moderna
de la ciudad.
Está construido en un lugar
con muchísima historia
por el edificio
que hubo en el mismo lugar
hace menos de 100 años.
Era el Gran Kursaal Marítimo
de San Sebastián,
un lujoso palacio inaugurado en 1921
por la reina María Cristina,
en la tradición de los "kursaales"
o casinos europeos.
Un lugar tan impresionante
que los constructores
tuvieron que ganarle espacio al mar,
y también construir
el puente de Zurriola
para unir el Kursaal
con el centro de la ciudad.
La demolición del casino,
apenas 50 años después
de construirse,
dejó un solar vacío
en un sitio privilegiado.
No fue hasta el año 1999
cuando por fin se construyó
este edificio vanguardista,
que nos va a enseñar Miguel
con la ayuda de la periodista
Maite Eskarmendi.
(Música)
Hola, Maite.
Hola, Miguel.
¿Cómo estás?
¿Qué tal? Muy bien.
Tenía muchas ganas de conocer
a la Eskarmendi.
Esa misma soy yo. ¿Qué tal estás?
Mira... Muy bien.
Venía por el camino pensando
que el primer Kursaal se inauguró
en el año 1921, que ya ha llovido.
Bastante.
Pero claro, aquel edificio, supongo,
que no tendría nada que ver
con lo que hoy es esto, ¿verdad?
Absolutamente nada que ver.
Eran los años 20, la belle époque,
era un casino,
tenía salas de fiesta, salas de cine.
¿Cuándo se alza entonces
este edificio?
Bueno, pues en el 99,
si no me equivoco,
el arquitecto Moneo presenta
este proyecto, se acepta.
Sí que hubo mucha controversia,
porque aquí se hacía muy raro
que después de tantos años, bueno,
pues un edificio así...
Tan grande.
Lo llamaban de mamotreto,
hubo manifestaciones,
recogidas de firmas...
Sí, sí.
Pero bueno, al final yo creo
que la ciudad lo ha aceptado,
es un edificio
que se ha integrado superbién.
Sí.
Y yo hoy no concebiría San Sebastián
sin el Kursaal, la verdad.
Claro, aquí se realizan
habitualmente
muchas exposiciones, conciertos,
actos culturales, pero claro,
tenemos que destacar sin
ninguna duda el festival de cine.
Por supuesto.
Entonces, no sé si voy a tener
la oportunidad de pasear
de forma oficial por este Kursaal.
¿Qué te parece si nos convertimos
por ejemplo, en Julia Roberts?
Me encanta.
Y yo, algo para despertar envidias,
George Clooney.
Me parece superbién.
Pues venga, vamos a pasear
por el sitio donde pasean ellos.
Ay, qué ilusión.
(Música)
Estaba pensando la cantidad
de sentimientos y emociones
que se habrán vivido
en ese patio de butacas.
Pues imagínate, se han vivido
momentos muy especiales,
sobre todo, con esos Premios Donostia
que normalmente suelen ser
un homenaje a una trayectoria, ¿no?
Muy emotivo.
Y han venido estrellas,
actores y actrices de Hollywood,
de todos estos que...
Y estrenos de películas,
claro, también se han hecho,
de directores muy conocidos,
¿verdad?
Jo, pues por ejemplo,
Alfred Hitchcock estrenó
en el Festival de San Sebastián
"Vértigo",
"Con la muerte en los talones",
la primera saga de Star Wars,
de "La guerra de las galaxias",
también se estrenó aquí.
Roman Polanski también estrenó aquí,
por lo tanto, yo creo
que es un festival fetiche,
ya que al ser también
de los más antiguos que hay
a nivel mundial ahora mismo,
pues bueno, se puede decir
que el glamour, el estilo,
y el buen hacer
han estado muy presentes.
Quiero que me acompañes
porque vamos a hacer una cosa,
es un escenario muy grande.
Sí.
Vamos a darte una sorpresa
muy grande.
Vale, me encantan las sorpresas.
(Continúa la música)
Pues tenía muchas ganas de tener
la oportunidad de sorprenderte.
Mira, en primer lugar, he elegido
unas cartas grandes,
porque estamos en un lugar grande,
y porque para mí, como mago,
es un privilegio que una carta
pise este escenario.
No podía hacer otra cosa
que no fuera con cartas.
Y como eres periodista...
Sí.
Y muchas veces tenéis que estar
detrás de la noticia,
esto va a ser la noticia,
¿de acuerdo?
Mira.
OK.
Noticia y nada, ¿vale?
Empezamos, ¿eh?
Quiero que sigas atentamente
la noticia,
te iré haciendo algunas preguntas,
como si yo fuera el periodista,
¿de acuerdo?
OK.
Tienes que seguir la noticia,
¿de acuerdo?
(Música)
¿Dónde está la noticia?
Aquí.
¿Seguro?
¡Ah!
La noticia está aquí.
Voy a repetirlo, porque claro,
cuando buscáis la noticia
a veces pasan cosas
que os descolocan como periodistas.
Mira lo que vamos a hacer,
voy a intentar hacer algo
aún más especial, por ejemplo.
Mira, de nuevo, dejo por aquí,
así...
No muevo mucho para que no pienses
que es un juego de trilero,
que no tiene nada que ver.
¿Dónde está la noticia?
Pues yo diría que aquí,
pero no va a estar.
¿Ves?
Va a estar aquí.
Mira lo que vamos a hacer ahora,
lo vamos a hacer...
Te voy a cambiar la pregunta,
mira lo que vamos a hacer, atención.
Damos a vuelta a la noticia...
Soy muy mala periodista, ¿eh?
Atenta, atenta.
Sí.
Mi pregunta ahora
va a ser diferente,
te voy a preguntar
dónde está la distinta.
Fíjate. Para ti,
¿dónde está la distinta?
Aquí.
Justo aquí.
No.
No, ¿no?
La distinta...
Venga ya, no.
¿Sabes por qué es la distinta?
Porque todas las demás
son exactamente iguales.
¿Qué te parece?
Pues que me has dejado fatal.
Pero está muy bien.
No era mi intención, ¿eh?
Maite, ha sido un placer.
Igualmente.
Conocerte un poquito más,
y de tu mano,
conocer esta preciosa ciudad,
que por cierto,
la vendes maravillosamente.
Para mí es mágica,
no puedo decirte otra cosa.
Y para mí a partir de ahora,
también.
Me alegro.
Como periodista he quedado fatal,
porque parece que no tengo ni idea
de cómo perseguir una noticia,
pero me ha engañado totalmente.
Estaba convencida,
las tres veces que he señalado,
que la carta era esa,
pero evidentemente, es magia.
(Música)
Al final de la playa de Ondarreta,
a los pies del monte Igueldo,
está "El peine del viento",
una de las obras más conocidas
del escultor Eduardo Chillida.
Es un conjunto escultórico formado
por terrazas de granito
de color rosa,
y tres piezas de acero,
que pesan en total 30 000 kilos.
Para que os hagáis una idea,
es lo mismo que pesan 42 vacas.
La fuerza de la naturaleza
que representa se ve reforzada
por un sistema de tubos que impulsa
el aire generado por las olas
al chocar, emitiendo un sonido
muy característico
los días de gran oleaje.
(Música)
Sin salir de la zona vieja
de San Sebastián,
me dirijo al puerto.
Allí he quedado con Mikel Zumeta,
es un sociólogo que nos va a contar
cosas muy interesantes
y quizá también algunas personales.
Mikel, ¿qué tal, cómo estas?
Bien. ¿Qué tal?
Estamos en la calle Puerto, ¿verdad?
Pero claro, has querido quedar
justo aquí,
me temo que no es casualidad.
Bueno, pues hemos quedado aquí porque
esta calle da con el puerto,
digamos, una de las partes
más relevantes o significativas
de Donosti, que es
una ciudad costera y portuaria,
y porque por aquí pasa la calle
Campanario, por aquí arriba,
que antes era un túnel,
y es uno de los pocos restos
que nos queda
de la Donostia anterior a 1813,
y después el puerto,
y luego pasaremos a verlo.
¿Vamos al puerto? Perfecto, vamos.
Muy bien.
(Música)
A puntito de entrar al puerto
por este arco.
Sí, aquí podemos ver, digamos,
lo te queda
de la muralla
de la parte vieja de Donosti,
y bueno, tenemos
una especie de balconada,
que da paso, digamos, dejamos
a un lado ya la parte vieja,
el casco antiguo,
y pasamos al puerto.
Claro, el puerto y los pescadores
estarían extramuros.
Eso es, se encontrarían
fuera de la muralla,
fuera del burgo, digamos,
del casco antiguo.
En euskera se diría "baserritarrak
arrantxaleak eta kaletarrak",
que serían los campesinos,
los pescadores y los ciudadanos,
de alguna manera, los que viven
en el burgo, en la ciudad,
los que viven en el monte
y los que viven en el puerto.
Siempre ha habido clases, ¿no?
Eso es.
Vamos al puerto. Venga.
(Música)
Entonces, ¿este puerto llegó a ser
uno de los más importantes?
Llegó a ser uno
de los más importantes del Estado,
junto con el de Pasajes, hacia
el siglo XVII, aproximadamente,
porque encima, hay que tener
en cuenta que Donostia se encuentra
a mitad de camino
entre Bayona y Pamplona,
y los obispados de Bayona
y de Pasajes, pues bueno,
tenían su nexo de unión en Donosti.
¿Cuál es la relación tan especial
que tienes tú, una relación
familiar, con este lugar?
Cuéntame.
Pues el padre de mi abuelo
nació aquí, exactamente.
Tu bisabuelo nació aquí al lado.
Eso es, en el puerto de Donosti.
Mi bisabuelo solía coger
a mi abuelo una vez a la semana,
y le hacía pasear por el puerto,
para que hablaran francés, para
que mi abuelo aprendiera francés.
¿Por qué,
por aquí pasaban muchos franceses?
Hombre, al final, piensa que Donosti,
estamos muy cerca de la muga,
de la frontera,
y tenemos el puerto,
o sea, al final, el puerto
es un nexo de unión con el exterior.
Qué bueno.
Con el mundo exterior.
Al final, es mucho más fácil
viajar a través del mar,
aquí mismo, porque podrías llegar
incluso a Inglaterra si quisieras,
a Portugal, Francia, que no hacerlo
entrando tierra adentro
a pie, a caballo o lo que fuera.
Y actualmente,
¿cuál es la actividad que tiene?
Vemos que está llegando un barco,
¿pero cuál es
la actividad que tiene?
Pues hasta hace relativamente poco,
la pesca, digamos,
ocupaba el espacio del puerto,
y todavía tenía bastante importancia
en el puerto, pero bueno,
en los últimos años,
también la pesca es dura,
y es difícil conseguir relevo,
y Donostia se ha centrado sobre todo
en el aspecto turístico,
y bueno...
Nada, Mikel, ha sido un placer.
No me quería ir de Donosti
sin conocer el puerto,
y ha sido un placer
conocerlo de tu mano.
Gracias, Mikel, adiós.
Adiós.
(Música)
Sorprende encontrar en mitad
del valle de Urola
este edificio tan singular,
es el Santuario de Loyola.
Rodeado de montañas
y en un entorno idílico,
este edificio barroco
está construido
sobre la casa donde nació
San Ignacio, en 1491.
Se trata de un monumento repleto
de obras de arte
y centenares de reliquias,
es por esto
uno de los principales centros
de peregrinación de España.
Tiene una extensión
de 10 000 m² de suelo
repartidos en tres partes.
Por un lado,
está la conocida como casa natal,
que nos lleva a la época feudal
a través de la familia de Oñaz
y Loyola,
a la que pertenecía el santo.
Parece que entras
a una fortaleza medieval
cuando cruzas sus muros
de más de 2 m de ancho,
que es más o menos lo que ocuparían
16 paredes de ladrillo juntas.
En el centro está la basílica.
Destaca la cúpula
y el pórtico que la precede,
decorado en estilo churrigueresco,
que es una variedad del barroco,
especialmente recargada.
Rodeando el santuario están
los inmensos jardines
que han ido creciendo a la vez
que se iban añadiendo
los terrenos adyacentes
al monasterio.
(Continúa la música)
(Música)
Ha llegado el momento
de decir adiós, y lo hago
en el mismo sitio al que llegué,
el paseo de la Concha,
pero antes de irme,
me gustaría contaros algo
que estoy seguro
que no vais a saber.
Mirad, esta barandilla que recorre
el paseo de la Concha
es muy larga
y tiene una decoración maravillosa.
Está compuesta de algunas flores
y de las cientos de flores
que ornamentan esta barandilla,
tan solo hay una
que está mirando hacia el infinito,
todas las demás
miran hacia el interior. Es justo
esta que tengo a mis espaldas,
está mirando al horizonte.
Os estaréis preguntando
por qué esto es así.
Pues que si queréis saberlo,
ahí tenéis una razón más
para visitar esta bella tierra,
así que, nada, hasta luego,
San Sebastián,
"gero arte", Donosti.
(Música)
San Sebastián, Miguel te deja
con tu playa de la Concha,
tus montes, tus palacios,
tus historias de reyes,
y también, de gente real.
Con las olas de tu mar Cantábrico,
y con tus historias de pescadores.
Se nota en el ambiente
que eres una ciudad
que ha sabido quedarse con lo mejor
de todos los que por aquí
han pasado. Tu historia
y las huellas que ha dejado
te hacen inolvidable, y enamoran
a los que aquí viven,
y a los que por aquí pasan.
Espero que pronto volvamos a vernos,
San Sebastián.
(Canción en euskera)
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Uno de los mejores viajes que guardo en el recuerdo, pues fue mi primer viaje que hice con amigos a la ciudad vasca de San Sebastián, donde cogimos un pequeño bote en la playa de la concha para llegar hasta la isla de Santa Clara. Su estilo y elegancia neoclásica junto a su fantástica gastronomía la hacen ser una de las mejores ciudades de España.