Domingos a las 10.00 h.
(Música)
Buenos días.
Pues el Servicio Diocesano de Empleo
tiene como distintos eslabones, digamos, en una cadena que, a veces,
se hace larga en el sentido de que empezamos
o intentamos empezar el servicio desde la proximidad más cercana
a las personas, en su zona de residencia,
con unos servicios que básicamente lo respaldan
equipos de voluntarios asesorados técnicamente por el servicio,
pero mayoritariamente son personas voluntarias
que conforman los servicios de orientación
e información para el empleo,
los SOIE, que funcionan en red y que están presentes
en todo el territorio de la Diócesis.
Ahora mismo son en torno a 20 equipos de trabajo
que básicamente ofrecen lo que su propio nombre indica,
que es orientación e información para el empleo.
A veces esos primeros pasitos,
esa brújula para enfocar
en función del recorrido de cada una de las personas que llega,
que es muy distinto a veces con mucha experiencia,
otras veces buscando un primer empleo,
a veces con experiencia en países de origen
que hay que volver a situar o volver a enfocar,
hacen esa esa misión de brújula, de primeros pasos
en esa búsqueda de empleo.
Como recurso de apoyo tenemos dos centros de formación
donde, bueno, no podemos ofrecer formación
en todas las familias profesionales, pero sí intentamos mantener
como una formación actualizada en base a la demanda del mercado,
pero también ajustada a las personas que atendemos.
Es decir, es un equilibrio
entre las personas que buscan apoyo en Cáritas
y las oportunidades del mercado
para que esa formación en competencias técnicas, digamos,
les habilite y les facilite esa puerta de entrada en el mercado.
Luego tenemos más desde el servicio, quizás de manera más centralizada,
un pequeño equipo de intermediación y prospección en empresas,
que es un trabajo realmente interesante
en ese acercamiento de las empresas,
desde la toma de conciencia y también desde la oportunidad.
Es decir, el acercamiento
de ese potencial de tantos trabajadores,
esa experiencia tan rica que muchas veces se acumula
en la trayectoria de la vida,
cómo poder buscar una oportunidad en la empresa.
Luego tenemos como un tiempo transitorio, digamos,
de acceso al empleo a través de empresas de inserción
en distintos sectores profesionales,
donde, bueno, se desarrolla
un tiempo de trabajo y aprendizaje a la vez
que nos facilita también la transición para un mercado,
bueno, en empresas más generales del mercado laboral.
Hemos visto incrementada la necesidad.
Bueno, como tantas veces ha salido en los medios,
en respuesta a necesidades básicas.
Es verdad que una vez cubiertas esas necesidades básicas
desde la pura emergencia, que te sorprende,
que nos ha sorprendido a todos en estos meses atrás,
la idea es ser capaces de dar una respuesta más de promoción,
digamos, de respaldo a esas personas
que, o bien en su búsqueda de empleo en estos meses las dificultades
se multiplican por infinito,
digamos, o esas personas que, teniendo una situación, bueno,
más estabilizada, digamos,
han perdido su fuente de ingresos o la han visto recortada
fruto de los ERTE
o de alguna situación compleja de las empresas.
Entonces, es verdad que se han acercado
probablemente muchas personas que es la primera vez
que se acercan a buscar apoyo,
a buscar ayuda para poder continuar de manera autónoma en ese proceso.
Yo creo que ahí el esfuerzo ha sido grande
de acercamiento a personas que, a lo mejor,
era su primera vez que necesitaban buscar una ayuda.
Y, efectivamente, a través del empleo
es la manera más reconfortante, digamos, de poder ganar autonomía
y capacidad de poder seguir gestionando las personas
y las familias o su vida.
Bueno, yo venía con muy poca experiencia
porque la experiencia que yo tenía de trabajo en mi país,
pues siempre trabajé autónomo
y al venir acá,
pues me sentí solo,
que no encontraba la manera como...
Porque busqué mucho,
los primeros meses busqué mucho trabajo
y no había manera de conseguirlo.
Pero después de haber andado un poco,
de repente vi un rótulo que decía "Hermandades del Trabajo".
Entonces, me acerqué, pedí información,
me dijeron el día y la hora de atención
y fui ese día que correspondía.
Fui y era un SOIE,
y de ese SOIE, pues me derivaron a Cáritas,
me enviaron con una carta a Cáritas y fue ahí donde conocí Cáritas.
Me recibieron con tanta calidez,
con tanto cariño,
que la verdad que desde ese momento sentí
como que estaba en casa,
como que estaba en familia
porque me brindaron mucho apoyo.
Desde un primer momento me hicieron...
me enseñaron a entender que para conseguir un trabajo
necesitaba... me hacía falta preparación.
En 2012, que yo me fui a diferentes cursos,
pues yo pasé cuatro cursos,
el primero qué pasé pues fue de geriatría
porque alguien me dijo: "Pues mira, puedes buscar en el sector
de cuidado de personas dependientes".
Entonces pues sí, empecé a pasar un curso de seis meses
y sucesivamente,
pasé otros cursos también ligados a este sector...
Sí, ya orientado por ahí, porque, digamos,
había un curso de peluquería básica para personas dependientes
que no pueden ir a la peluquería,
y también eso me ha servido.
Y después me he dado cuenta
que después de haber pasado esos cursos,
es una herramienta muy importante que me ha servido, porque así,
desde la primera oferta de trabajo que me enviaron,
yo ya iba con esa seguridad
de que podía hacer el trabajo.
Yo sentí que realmente me brindaron esa mano, la tomé,
y hasta hoy, pues la verdad que no me ha faltado...
No me ha faltado el trabajo.
Creo que no...
Está muy difícil,
la tasa de desempleo en estos momentos
pues es muy difícil,
pero ahí estaba mi mano, Cáritas,
y pues llamé, informé que me había quedado sin empleo
y me volvieron a dar una oferta de trabajo
y encima cambiar de sector.
Y la verdad es que estoy contento porque en medio de esta situación
Cáritas me sigue ayudando,
me sigue apoyando y quiero decirle algo también,
que eso lo estoy hablando personalmente,
pero también yo lo vi en mucha gente.
Desde que yo empecé en Cáritas
he visto mucha gente que ha pasado cursos,
los que he pasado yo y otros más que hay
y que a toda esta gente,
pues es gente que le ha ido bien aquí en España.
Por eso, por ese apoyo que he obtenido,
esas herramientas que nos ha dado para poder seguir adelante.
Cuando los pilares que nos sostienen, bueno,
sentimos que se vuelven frágiles, que nos caemos
y que no sabemos muy bien a quién recurrir,
casi todos recurrimos a los que nos dan confianza.
Si es familia, pues a tu familia;
si tienes menos red familiar, como pueden ser muchos de los casos,
pues vas a quien te ha servido de apoyo en determinado momento.
Es verdad que seguramente en el recorrido de vida,
todos somos capaces de recordar muchas personas
que en algún momento han sido importantes con símbolos,
con pequeños...
José Esteban decía: "Una carta que se escribe", jo...
Pues a veces te da esa calidez, esa cercanía
que te permite compartir también tu momento de debilidad
y de fragilidad y desde ahí recuperarlo.
Y también te permite recuperarlo desde el superpotencial
que tiene mucha de la gente que trabaja, ¿no?
Que al final es verdad que el contexto
te determina muchas de las oportunidades,
pero también esa potencialidad,
esos valores y ese aprendizaje y ese recorrido profesional
también permite recuperar de alguna manera las oportunidades.
Buenos días. Buenos días, María Ángeles. Gracias.
Pues en realidad, "cocinar para otros" es el resultado
de muchas charlas a través del teléfono entre dos amigas,
esta que veis, que ahora vivo en Londres,
y Susana, que vive en Guadalajara pero es de Cuenca
y que aún no nos conocemos físicamente.
Entramos en contacto virtual porque ella tiene un blog fantástico
de recetas de cocina,
a mí me gusta cocinar y me gusta cotillear y aprender.
Y un día la conocí en Internet hace diez años.
Ella es oyente de COPE, que es la radio donde yo trabajo.
Entonces, ella me escuchaba, yo la leía y un buen día
nos dimos los teléfonos, nos hicimos amigas
y así hemos llegado, pues eso, diez años, hasta la pandemia.
En el primer confinamiento cada una confinada en su casa
pues teníamos delante una realidad de hambre en las calles
y, sobre todo, de lugares cerrados, comedores sociales,
parroquias, asociaciones vecinales...
Lo hemos visto todos, ¿no?
Por desgracia, en cualquier país y en cualquier gran ciudad.
Y, entonces, insisto, hablando se nos ocurrió:
"Oye, ¿y cómo podemos ayudar a los que ayudan?"
Porque un día les haces un puré de patatas con zanahorias
y unas salchichas,
otro día les haces unos espaguetis a la boloñesa,
pero ya cuando intentas darles de comer una semana tras otra,
porque no hay turistas, porque los ayuntamientos nos ayudan,
pero los "homeless", los sin techo, los mendigos crónicos,
no lo tienen nada fácil,
no tienen dónde ir a pedir un plato caliente.
Yo soy fan de los bancos de alimentos
desde hace muchísimos años, pero te da un paquete de arroz
que no puedes masticar, lo tienes que cocinar,
y hay gente que por no tener no tiene ni un hornito
o una pequeña llama donde calentar agua.
Y así empezó todo,
viendo cómo los voluntarios de muchas ONG,
de Cáritas, daban de comer platos preparados
y platos calientes tantas veces.
Ayudando a los que ayudan,
así salió "Cocinar para otros"
que a mí me gusta recomendar en formato iPad o tablet
o lo que tenga cada uno porque es lo más fácil de llevar a la cocina.
Si se mancha lo limpias con un trapo.
El libro está ahí, puedes pasar las recetas
y, sobre todo, esto es solamente una inspiración,
son 21 recetas, 20 y media,
pero es la forma de darte ideas a ti que no sabes cocinar,
pero a lo mejor sabes cargar cajas.
O estas navidades puedes coger unas flores en el campo
y preparar un centro de mesa silvestre para tu vecina.
Porque no todos los que pasan hambre están en la calle tirados.
Muchos sí, otros están en el piso de abajo
o están callados y se pintan los labios,
pero no saben de qué van a alimentarse mañana.
Así que, esta es la génesis de este libro precioso.
Claro, alguno de nuestros oyentes o televidentes se estará preguntando
qué es cocinar para otros que no sea cocinar para los tuyos
o para uno mismo, pues es muy fácil:
es comida fácilmente transportable.
Es decir, una sopa de fideos no es práctica,
es comida que puedas hacer en grandes cantidades.
Un plato con un montaje elaborado no es práctico
y, sobre todo, es comida que no se estropee.
Por ejemplo, la lechuga yo la desaconsejo
porque enseguida se arruina.
O...
Comida cara.
Pues a lo mejor no es el momento de comprar una pularda,
pero el pollo, si tú sigues los consejos
de Susana Webos Fritos, que es así su nombre de cocinera,
Ella te enseña a hacer un pollo que no está soñado
en el mejor restaurante francés.
Entonces, las premisas de estas recetas
de "Cocinar para otros"
que se puedan hacer grandes cantidades al mismo tiempo,
que se puedan transportar fácilmente,
por ejemplo, unas lentejas pues bien espesas,
que lleva su zanahoria, su patata, su verdura, sus trocitos de chorizo
o de lacón y la legumbre.
Y eso es lo fundamental, que lleven todos los nutrientes,
proteínas, hidratos y vitaminas; o verduras o frutas.
Porque tú no sabes si esa es la única comida del día
o el único plato caliente de esa familia.
Así que si en el plato va todo lo necesario para un menú completo,
¿nos queda la conciencia tranquila?
No, porque se puede hacer mucho más.
Pero nosotros no podemos salvar al mundo entero,
sí podemos cambiarle ese minuto,
esa comida y esta Navidad al que tenemos al lado.
Además, tiene truco, porque cuando cocinas para otro,
estás más contento, es verdad.
Hay que hacer la prueba. Pero es empírico.
El precio lo pones tú.
Este libro que nació gratis es para darse gratis
y como decimos en el prólogo, ojalá lo plagien,
lo copien y lo rulen muchas personas.
Es muy fácil en Internet: "cocinarparaotros.org"
es la página web y ahí os lo podéis descargar.
Si no, pues en "webosfritos.com",
que es la web de las recetas de donde nace todo este invento.
Pero yo creo que es más fácil recordar "cocinarparaotros.org".
Nosotros lo que proponemos es nuestra ONG favorita que es Cáritas.
Por eso en el libro hay un link directo para donar a Cáritas,
pero haz con ello lo que quieras.
Imprímelo, que se puede,
fotocópialo, gíralo por WhatsApp,
úsalo o plágialo, si se trata de dar ideas.
¿Tú qué sabes hacer?
Hubo gente que sabía coser e hizo mascarillas.
Si sabes cocinar puedes hacer un plato caliente, pero si no sabes,
repito, es que seguro que puedes hacer algo,
aunque solo sea pararte a pensar ya es una manera de ayudar,
en el otro.
Y como los católicos creemos que el otro es Cristo,
pues no se me ocurre mejor manera que vivir la Navidad
que llevando al portal de Belén un plato de lo que sea,
buscando a ese niño Jesús en tu barrio,
en el parque, en el banco donde haya alguien durmiendo
y pasando frío en estos días.
Pero vamos, es una provocación, cada uno sabrá dónde está su otro.
¿Tú te imaginas que a esa puerta donde nadie ha llamado
porque no ha ido una sola visita en muchos meses
o ese teléfono que no ha sonado de repente, sorpresa:
"toma" y sin pedir nada a cambio?
¿Sabes qué? Los niños saben cocinar fenomenal
y en este libro, "Cocinar para otros",
hay recetas que pueden hacer o los pequeños
o toda la familia
o los que tienen muñones en vez de manos.
Porque el truco que tienen las recetas de Susana
es que salen siempre.
Si tú sigues al pie de la letra las instrucciones,
la receta sale más mona o más chamuscada,
o un poco más dura la patata, pero sale bien.
¿Y qué más da?
Si no sabes cocinar, sabes conducir
o sabes subir escaleras y llevarle las bolsas a alguien.
Si esto, repito, es una forma de salir de uno mismo
cuando en plena pandemia,
la tentación más a mano es mirarse el ombligo
y enumerar las carencias.
Creo que hay muchas formas de buscarse la vida.
Y repito, esto es casi más egoísta,
sale de tiempos muertos en el confinamiento,
y a mí personalmente me tuvo entretenida muchísimas semanas,
así que, casi te diría que es una inversión del tiempo,
pero al revés, te crees que haces algo por los demás
y resulta que has ganado un montón de minutos sonriendo
donde podías haber estado llorando.
Feliz año, especialmente a los bancos de alimentos
y a Cáritas.
Una de las consecuencias que está dejando la pandemia de covid19 tiene que ver con la pérdida de empleo o la dificultad para acceder a un puesto de trabajo.