Fuera de emisión
Subtitulado por Teletexto i-RTVE.
"Miremos más que somos padres de nuestro porvenir,
que hijos de nuestro pasado".
Hace apenas 30 años, se produjo un hecho insólito
en la historia de la evolución.
Por primera vez, una especie, la humana, fue capaz
de crear un descendiente de forma artificial.
Fue una niña llamada Louise Brown.
La fecundación "in vitro" supuso la culminación de un deseo
que se remonta siglos atrás.
Al mito griego de Prometeo, a las recetas de los alquimistas medievales
para fabricar un homúnculo, o a poder crear al monstruo de Frankenstein.
Intervenir de una forma tecnológica en la procreación humana
sigue viéndose como algo peligroso.
Pero los científicos están convencidos
de que se puede hacer mucho bien.
Hemos aprendido a preservar ovarios, óvulos, espermatozoides y embriones
con los que fabricar vida,
a reescribir el ADN para evitar enfermedades que acabarían con ella.
Ninguna rama de la medicina ha avanzado tanto en tan poco tiempo.
En los próximos años, podríamos tener
nuevas técnicas más revolucionarias,
incluso, que la fecundación "in vitro",
herramientas que hagan de la infertilidad un problema del pasado.
Los humanos como especie no somos eficientes a la hora de reproducirnos
Carles Giménez, Mireia Salandinas, Inma Sánchez y Gloria Calderón
explican porqué y cómo la ciencia
puede solventar este hándicap evolutivo.
Cristina Eguizábal y Josep Santaló, hasta donde extender la fertilidad
y si hay algo sagrado en la biología humana.
David Mon busca si en lugar de concepción,
bien sea el vientre materno o una placa de ensayo,
deja algún tipo de huella en los bebés.
A todos ellos les preguntamos:
Yo creo que no.
En gran parte, sí. -Sí.
La ciencia no logrará acabar con la infertilidad
de la misma manera que la ciencia no acabará con las enfermedades.
Son propias del ser humano.
Considero que en un futuro próximo, sí.
Ha hecho libre a la mujer.
Ha disociado el sexo y la reproducción.
Que la gente sea más feliz.
Desde tiempo inmemorial, los procesos reproductivos se han representado
en culturas, en formas religiosas, en forma artística,...
Es decir, está en la naturaleza humana el interés por la reproducción
Una gran parte de los problemas
relacionados con la infertilidad o la esterilidad
son las anomalías cromosómicas en embriones.
Lo que hacemos es coger el ADN de la célula del embrión
y marcarlo con un color verde.
Por otro lado, tenemos un ADN que sabemos que es normal
y lo marcamos de color rojo.
Los mezclamos y los ponemos en el chip.
Ponemos el chip en el escáner
y observamos qué proporción de colores tenemos.
En aquellos puntos en los que tenemos rojo,
quiere decir que vamos a tener más muestra de ADN normal,
por lo tanto nos faltan cromosomas en nuestro embrión.
En aquellos puntos en los que veamos verde,
quiere decir que hay más muestra de nuestro blastómero,
que es la célula del embrión.
Por lo tanto, vamos a tener un exceso de cromosomas.
Los puntos que veamos amarillos quiere decir
que hay exactamente la misma proporción de ADN normal
que ADN de nuestro embrión, por lo tanto, va a ser normal.
Hasta hace poco, solo podíamos detectar
entre 9 y 12 cromosomas alterados.
Ahora, al poder detectar todos los cromosomas,
quiere decir que vamos a evitar que se transfieran embriones anormales.
Vamos a conseguir aumentar las posibilidades de embarazo,
disminuir las tasas de aborto, y por lo tanto, tener más posibilidades
de conseguir un bebé en casa.
Se trata de un caso de una paciente,
portadora de una mutación en el gen BRCA1,
que aumenta considerablemente la posibilidad
de padecer cáncer de mama y de ovario.
De hecho, en su familia,
hay varias mujeres afectadas de este tipo de cáncer.
Se les planteó la posibilidad
de realizar un diagnóstico genético pre-implantacional,
que es una técnica que consiste en analizar el embrión
antes de la transferencia al útero materno.
Se lleva a cabo un análisis genético
para determinar si es portador o no de esa mutación.
Y se transfieren únicamente aquellos embriones libres de la mutación
causante de la posible patología.
La cuestión está en si eso debe ser considerado como una eugenesia,
y donde ponemos los límites.
Hasta donde consideramos que una determinada característica
es una característica, hasta donde consideramos que esa característica
es simplemente algo que diferencia al embrión,
hasta cuando consideramos que eso es una patología que es indeseable,...
Un embrión genéticamente perfecto solo sería perfecto
si no lo sacáramos de una pequeña urna
en la cual no sufriera ningún tipo de agresión externa.
Los seres humanos somos organismos dinámicos,
y no somos estrictamente lo que está escrito en nuestros genes,
sino que interactuamos con el ambiente, y el ambiente nos modifica.
Lo que tenemos que hacer es ser capaces de asociar problemas,
por ejemplo, de abortos,
saber si están relacionados con un gen determinado,
con una mutación en un gen determinado,
para poder después tratar y dar, o bien cura,
o intentar evitar que hayan embriones afectos,
o intentar solucionar los problemas relacionados con la infertilidad.
Entrenar a un embriólogo, un especialista en reproducción asistida
es un proceso largo y costoso que requiere, además, utilizar
abundante material biológico humano.
Todo esto podrá reducirse gracias al primer simulador virtual del mundo
diseñado por científicos españoles.
El "Embrio Training" es como un videojuego
que enseña de forma virtual
como introducir un espermatozoide dentro del óvulo.
El simulador tiene diferentes niveles de dificultad,
según la experiencia del usuario.
El siguiente paso es crear nuevos programas
que simulen otras técnicas de reproducción asistida más complicadas
La cirugía estética hace maravillas
para ocultar los signos del envejecimiento.
Pero aún no hay solución para los problemas de fertilidad femenina
que surgen con la edad.
Ahora, un grupo de científicos cree haber dado
con una nueva vía de investigación
con el gusano más famoso de los laboratorios.
El llamado "C Elegans" tiene un reloj biológico
que funciona de forma parecida al de los humanos.
Los investigadores han conseguido manipular genéticamente a los gusanos
hasta conseguir ampliar su vida reproductiva.
Ahora hay que ver si se puede fabricar un fármaco
que tenga el mismo efecto en humanos.
De momento, la ciencia no ha logrado que los bebés se gesten 9 meses
en el vientre del padre.
Pero un inventor japonés se ha propuesto que los hombres,
al menos, experimenten en su cuerpo qué es un embarazo.
Para ello, ha diseñado un artilugio
que simula el crecimiento del vientre y los pechos,
e incluso, las pataditas del feto en los últimos meses de gestación.
El 80% de las madres que lo han probado
dicen que la sensación es muy parecida
a tener un bebé real en el interior.
Pero claro, la simulación solo dura 2 minutos,
y no incluye nauseas, cambios hormonales, ni pies hinchados.
"El trasplante de ovarios".
En 1999, Margaret Lloyd Hard cogió un vuelo de Arizona a Nueva York.
En el asiento de al lado, viajaron 72 muestras congeladas de sus ovarios
Eran para Kutluk Oktay, ginecólogo y cirujano de un hospital de Brooklyn
que la esperaba en el aeropuerto.
Margaret era bailarina.
Con solo 30 años, quedó menopáusica y estéril
cuando la extirparon sus ovarios por causas médicas.
A través de internet, localizó al doctor Oktay,
que utilizó las muestras congeladas
para realizar el primer trasplante de ovarios de la historia.
Pero la técnica no funcionó del todo.
Los ovarios de Margaret no producían óvulos con normalidad.
Hubo que esperar hasta 2004
para ver el nacimiento del primer bebé concebido
tras un trasplante ovárico.
Hoy, gracias a esta técnica,
muchas mujeres pueden recuperar la fertilidad perdida
por una grave enfermedad.
Si comparamos la eficacia del ser humano
con, por ejemplo, con el ratón, con el conejo, con la cabra o con la vaca
es infinitamente inferior.
En cuanto a hablar del desarrollo del embrión humano "in vitro",
si lo comparas con este mismo tipo de mamíferos,
también salimos en desventaja.
Lo que nos permite es grabar
el desarrollo embrionario humano "in vitro" completo.
Desde antes de la fecundación hasta el día 6 de desarrollo.
Lo único que podemos hacer, hasta este momento,
para seleccionar los mejores embriones,
para transferir y que den lugar a un embarazo, es mirarlos.
Antes, los podíamos mirar una vez cada 24 horas.
Lo que hacía el embrión en el resto de esas 24 horas
era desconocido para nosotros.
Y gracias al "Embrioescop" ahora sabemos, en cada momento,
qué es lo que está haciendo el embrión.
Y nos hemos dado cuenta de que "in vitro"
también cometen anomalías del desarrollo
que son posibles causas de fallos de embarazo,
que antes no podíamos detectar porque no los podíamos ver.
El objetivo que nosotros buscamos
es poder determinar si un embrión es normal o no es normal
en base a lo que encontramos en el medio de cultivo
donde ese embrión ha vivido los primeros días.
El medio de cultivo, metabolómicamente, es distinto
si comparamos embriones normales
de embriones que tienen alteraciones cromosómicas.
Si somos capaces de saber,
según los metabolitos que encontramos en ese medio de cultivo,
y podemos relacionar eso
con la información cromosómica que tiene un embrión,
de una forma no invasiva,
podremos seleccionar mucho mejor los embriones que vamos a transferir.
Y eso nos puede dar un incremento en nuestras tasas de embarazo.
Cuanto más sincrónicas sean las divisiones embrionarias,
mayor potencial implantatorio tiene ese embrión.
Un parámetro que tiene mucha importancia
es lo que tarda el embrión en pasar de 4 a 5 células.
Y esto si que ha sido como muy sorprendente
para la mayoría de los embriólogos,
porque todos pensábamos que el día 3 de desarrollo embrionario
era el que tenía más valor predictivo, y parece ser que no.
Si llegaremos a tener un bebé clonado no lo sé.
La gran pregunta, no solo en el aspecto biológico,
sino también en el aspecto ético,
es si tiene algún sentido clonar a un individuo,
que no hay ningún problema reproductivo
que solo pueda ser solucionado con las técnicas de clonaje.
Partimos de las células madre pluripotentes,
las cuales modificamos las condiciones de cultivo,
añadiendo diferentes compuestos
que favorecen que se diferencien hacia el tipo celular,
bien o un óvulo, o bien un espermatozoide artificial.
Los óvulos y los espermatozoides son dos tipos celulares complejos,
ya que durante la diferenciación "in vivo"
pasan a tener únicamente la mitad de la información genética
en comparación con el resto de las células de nuestro organismo.
Y este proceso, el poder reproducirlo "in vitro" en el laboratorio,
es muy complejo.
En un futuro próximo, digamos, si que se podrá conseguir
tanto óvulos como espermatozoides artificiales,
en el laboratorio.
Nos fascina y nos aterroriza.
Es instinto.
Nos fascina curar la enfermedad.
Porque preservamos la especie humana.
Cualquier medicina reproductiva o terapéutica
cambia nuestro destino como especie.
La medicina reproductiva es parte de la medicina,
y la medicina, de hecho, ha cambiado nuestro destino como especie.
No.
No cambiará nuestro destino como especie,
pero ayudará a curar enfermedades.
Todas las opciones para preservar la fertilidad
en personas con cáncer que quieran ser padres en el futuro
se pueden consultar en la revista online "Reproducción asistida.org"
Mongolia, Namibia, San Francisco y Tokio.
El cineasta Thomas Balmés recoge en "Babies"
el primer año de vida de cuatro bebés nacidos
en estos cuatro lugares del mundo.
El documental refleja la aventura de nacer y crecer en distintas culturas.
Subtitulación realizada por Mercedes Escudero.
Louise Brown fue la primera niña probeta. En 1978 se produjo este hecho insólito en la historia de la evolución. Por primera vez, una especie, la humana, fue capaz de crear un descendiente de forma artificial. A pesar de que la reproducción artificial siempre ha sido objeto de polémica, ninguna rama de la Medicina ha avanzado tanto en tan poco tiempo. En los próximos años podríamos tener nuevas técnicas más revolucionarias incluso que la fecundación in vitro. Herramientas que hagan que la infertilidad sea un problema del pasado. Los humanos estamos entre los animales más infértiles del planeta. Un óvulo y un espermatozoide excelentes pueden producir un embrión excelente que no acabe en embarazo. En la naturaleza, sólo tres de cada diez intentos termina en un bebé. De forma artificial sólo cinco de cada diez. Hemos aprendido a preservar ovarios, óvulos, espermatozoides y embriones con los que fabricar vida. Y a volver a escribir el ADN para evitar dolencias que acabarían con ella. Carles Giménez, Mireia Salandinas, Inma Sánchez y Gloria Calderón explican por qué y cómo la Ciencia puede solventar este hándicap evolutivo. Cristina Eguizábal y Josep Santaló hasta dónde extender la fertilidad y si hay algo sagrado en la biología humana. David Monk busca si el lugar de concepción, bien sea el vientre materno o una placa de ensayo, deja algún tipo de huella en los bebés.
Histórico de emisiones:
08/01/2012
03/05/2012