A pesar de las medidas impuestas por la Generalitat para evitar que la situación de los rebrotes se agrave, la guardia urbana ha tenido que a los jóvenes en las playas de Barcelona en la noche del martes, muchos de ellos turistas que estaban bebiendo alcohol. Hasta 750 personas han tenido que ser desalojadas por no respetar las normas anunciadas contra este tipo de reuniones. La Generalitat puede multar hasta con 15.000 euros y corresponde a los ayuntamientos las funciones de vigilancia, inspección y control para evitar que se pueda beber alcohol en vía pública.
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