En Bélgica se han abierto este martes infinidad de persianas y puertas, después de cuatro semanas sin clientes por las restricciones para contener la COVID-19. Solo puede entrar una persona cada diez metros cuadrados, pero para los comerciantes ya supone un alivio.
El comercio es casi lo único que cede. El resto de las Navidades serán duras, de las más duras de Europa. No habrá fiestas y solo se podrá invitar a casa a una persona durante todas las Navidades. Si vives solo, dos.
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